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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Egipto y Qatar redactan un borrador de tregua mientras la ONU pide restituir el alto el fuego.

A medida que crecía ayer el número de muertos civiles en Gaza -castigada sin pausa por los ataques aéreos israelíes-, la palabra tregua empezaba a surgir tímidamente en el diccionario de la escalada entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas ante la presión internacional y la iniciativa de alto el fuego esbozada por Egipto y Qatar.

Los gazatíes volvieron a llorar ayer a sus caídos. Entretanto, Tel Aviv fue anoche testigo del principal ataque de las facciones palestinas, que durante unos minutos lanzaron varias ráfagas de misiles que fueron interceptados. Como apunte irónico y dramático, las calles de la palestina Hebrón (Cisjordania) recibieron el impacto de un proyectil disparado por sus hermanos de Gaza contra Israel.

La sexta jornada de la ‘Operación Margen Protector’ contra los grupos armados de Gaza arranca hoy con un balance cercano a los 130 fallecidos -dos tercios son civiles, según fuentes palestinas-; un millar de heridos y centenares de casas y túneles destruidos. La Fuerza Aérea israelí, que ha efectuado 1.200 ataques, bombardeó este sábado una mezquita en Nusseirat, en el centro de Gaza, que servía supuestamente de «almacén y lanzadera de proyectiles». Escondido y tragado por la tierra de Gaza, el líder de Hamas, Ismail Haniya, sufrió en sus propias carnes la contienda. A media tarde, un ataque contra la casa de su hermana en el barrio de Sheij Rudain dejó tres muertos, entre ellos, su sobrino, conocido miembro del brazo armado de la organización.

En el hospital Shifa, una mujer gritaba ante su hijo: “¿Por qué le han disparado un misil?”. “Es un crimen de guerra. No sé que han hecho para ser atacados”, añadía otro cerca del centro de discapacitados en el norte de Gaza tras certificar la muerte de al menos dos chicas. Preguntado por este ataque, el portavoz del ejército, Peter Lerner declaró a EL MUNDO: “Estamos investigando las causas, pero lamentamos la muerte de civiles. Hamas nos ataca protegiéndose entre los habitantes”. Mientras, en Gaza, afirman que la ofensiva de 2011 es un “juego de niños” comparado con el fuego empleado esta vez por la Fuerza Aérea. Las ciudades del 80% de Israel se acostaban anoche con las sirenas y el impacto en tierra de los proyectiles que conseguían sortear una de las siete baterías ¡Cúpula de Hierro¡.

Balance de la escalada

El balance de la escalada y la amenaza de una intervención terrestre en Gaza han redoblado los contactos internacionales y han terminado por diluir el perfil bajo de Egipto, eterno mediador en las trifulcas de palestinos e israelíes. El régimen de Abdelfatah al Sisi, enredado en su propia guerra contra los Hermanos Musulmanes, no quiere de ningún modo entregar un balón de oxígeno a Hamas, la rama palestina de la Hermandad catalogada por la justicia como “organización terrorista” y acusada de respaldar los ataques yihadistas contra las fuerzas de seguridad que se registran a diario en la península del Sinaí. “El Gobierno egipcio debe ejercitar un delicado equilibrio: está ansioso por detener el derramamiento de sangre, pero no desea ayudar a Hamas”, argumenta a EL MUNDO el politólogo Ghanem Nuseibe. “Cuanto más dure el conflicto y más elevado sea el balance de muertos, mayor será también la presión interna y externa para que Egipto intervenga”, agrega.

Ayer, fruto de esa premura, Al Sisi departió en El Cairo con el enviado especial del Cuarteto del Proceso de Paz para Oriente Próximo, Tony Blair. El británico instó a ambas partes a “actuar con moderación y responder a los esfuerzos encaminados a lograr una tregua” y subrayó que El Cairo es el jugador “más capacitado para convencer a ambas partes de la necesidad de alcanzar un alto el fuego”. Al Sisi, por su parte, advirtió de los peligros de la escalada militar y reconoció que su Gobierno mantiene “contactos estrechos con israelíes y palestinos” para suspender unas operaciones movidas -a su juicio- “por la obstinación y la intransigencia”.

Borrador de tregua

Precisamente, varios medios de comunicación árabes e israelíes se hicieron eco ayer de un borrador de tregua redactado por Egipto y Qatar. Según algunas fuentes, la propuesta -que estarían analizando ya las partes en liza- incluye la demanda de Hamas de liberar a 56 presos excarcelados en el canje de 2011 y detenidos recientemente, el fin del bloqueo israelí y la reducción del perímetro que Tel Aviv mantiene como zona de seguridad alrededor de la franja de Gaza.

Al calor de esta oferta, la diplomacia internacional ha aumentado sus movimientos. Este viernes, el Consejo de Seguridad de la ONU llamó a restituir el alto el fuego que lograron los servicios secretos egipcios en noviembre de 2012 bajo los auspicios del derrocado presidente Mohamed Mursi tras ocho días de ofensiva que se cobró la vida de 155 palestinos y cinco israelíes. Está previsto, además, que los jefes de la diplomacia de EEUU, Reino Unido, Francia y Alemania aborden el alto el fuego este domingo en Viena durante la reunión para impulsar la negociación nuclear con Irán.

La presión internacional contrasta, sin embargo, con las cautelas con las que israelíes y palestinos han recibido la propuesta de cese de hostilidades. Tel Aviv guardó silencio, pero la sensación es que el acuerdo está lejos de germinar. “El gran objetivo es devolver la calma de forma permanente y no para unos pocos meses. Se puede lograr con la diplomacia o con el aumento de los ataques”, argumentaron fuentes gubernamentales. En el bando palestino, uno de los principales líderes de la Yihad, Ziad Najale, descartó el final de la violencia: “El terreno aún no está preparado para la tregua. Los luchadores de la resistencia son los que marcan lo que hacer y serán ellos quienes decidan cuándo es el momento de la tregua”.

Fuente:elmundo.es