5_libro_abierto-300x184

LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Una misa emotiva.

La semana pasada asistí a varias celebraciones, una triste y otras dos festivas, en las que tuve vivencias interesantes. La primera fue una misa en memoria de Adalberto, el esposo de Rocío, amiga de mi esposa, a un año de su fallecimiento. La misa se realizó en la Iglesia de Chimalistac, de la que ya hice referencia hace un año. A mi parecer el sermón del sacerdote no fue trascendente, empero, cuando pidió que los concurrentes nos entrelazáramos las manos y como fondo se escuchaba una melodía religiosa interpretada por una mujer acompañada de su guitarra, percibí que se extendía una vibración positiva que subió de intensidad cuando la gente se abrazó y se besó. Como judío, participé en este acto fraternal, no sentí que transgredí mis principios religiosos, sino en una actitud de tolerancia conviví un momento intenso de amor con otros seres humanos. Si esto sucediera en la Franja de Gaza entre judíos y los militantes del movimiento fundamentalista de Hamas, la paz sería inmediata en esa conflictiva región.

Por otra parte, Serena, la hija menor de Rocío, subió al altar y leyó unas notas que escribió de los recuerdos de su relación con su padre y con la de su hermano, menor que ella, que murió en un accidente ocho meses antes que Adalberto. Su lectura, entrecortada por sollozos, fue conmovedora, cualquier padre después de muerto querría que sus hijos se expresaran de él con el profundo amor y emoción de Serena. Me impactó tanto su lectura que no pude evitar llorar, lo cual me sirvió de catarsis; soy un individuo que pocas veces he llorado en mi vida de adulto.

Posteriormente, Rocío ofreció a los asistentes a la misa antojitos mexicanos en su casa, que está a un costado de la Iglesia de Chimalistac; sirvió sopes de nopal con queso elaborados con masa azul y un champurrado (atole, chocolate y agua con un toque de vainilla) que disfrutaba mucho su querido Adalberto. Me “empaqué” cuatro sopes de muy buen tamaño, la cocinera los elaboró con un sazón auténticamente mexicano. En la reunión en casa de Rocío, una señora, amiga de mi esposa, se acercó a mí y me comentó que quedó gratamente sorprendida del respeto que como judío tuve en la misa de Adalberto. El secreto de esta actitud está relacionado con tres palabras: tolerancia, tolerancia y más tolerancia.

La fiesta continúa

Otra celebración a la que asistí con mi esposa el sábado anterior fue a la Primera Comunión de la nieta de 10 años de nuestros amigos Ninfa y Miguel, que se llevó a cabo en la Iglesia de la Esperanza en la colonia Letrán Valle, en el Sur de la Ciudad de México. Esta ceremonia es una misa solemne, que se diferencia de una común, en que está especialmente dedicada para el niño o niña “que recibirá a Jesucristo por primera vez”. Lo cierto es que llegamos casi al final de la misa, por lo que no podría dar una opinión sobre la misma; no obstante, durante el convivio posterior que se llevó a cabo en el corazón de Coyoacán, en los jardines de una vieja casona convertida en restaurant para fiestas, no escuché ningún comentario relevante sobre la misa.

Miguel y Ninfa son unos magníficos anfitriones, al igual que sus hijos. En este ámbito, Miguel me preguntó qué opinaba de su intención de colocar en su oficina una bandera de Israel o de un país árabe o de ambos; le contesté, en tono de broma, que no fuera a poner una bandera con una suástica, lo que dio pie a que me dijera, en tono amable: “¿qué, vas a hacer para quitar a los tres o cuatro puestos que comercializan objetos de soldados nazis de la Segunda Guerra Mundial en los puestos que se establecen en las antigüedades los domingos en La Lagunilla?”. Le contesté que nada, porque detrás de ellos, y de otros puestos en general, existen intereses económicos y políticos gansteriles.

Pienso que lidiar con esta gente es tarea de la Conapred (Consejo Nacional Para Prevenir La Discriminación) y del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación en la Ciudad de México. El Jefe Capitalino envió en enero pasado una iniciativa a los legisladores de la Asamblea para sancionar específicamente actos o conductas antisemitas y el negacionismo del Holocausto; previamente, en el 2003; ambas Cámaras del Congreso de la Unión habían aprobado una ley Federal que prohíbe la discriminación. La realidad es que, a pesar de estas buenas intenciones siguen creciendo los grupos neonazis y racistas en la República, respaldados por sectores retrógradas del Partido Acción Nacional así como los movimientos de estudiantes y de anarquistas (vagos profesionales) que con recursos financieros de organizaciones islámicas fundamentalistas se dedican periódicamente a manifestarse contra los judíos y contra Israel, abanderados en la defensa de los derechos humanos de los palestinos.

Después del almuerzo de la Primera Comunión continuamos la “pachanga” con el festejo de los 80 años de Enrique, un compañero del Banco donde trabajé 25 años. La mayoría de los invitados éramos jubilados de esa institución acompañados por nuestras esposas. Al final de cuentas, cuando la gente permanece trabajando en el mismo sitio por décadas, conforma su círculo social básico con sus compañeros. Enrique tiene un carácter agradable, es bromista y apreciado por la gente. Llega a sus ochenta en buenas condiciones físicas y mantiene el entusiasmo que siempre lo ha caracterizado.

En la comida de Enrique compartí con mi esposa una mesa con tres exfuncionarios del Banco y sus esposas. El tema central de la plática fue “los viejos tiempos: peripecias y alegrías”. Dos de las personas con las que conversé en la mesa no las conocía; uno de ellos, de carácter alegre y más con las múltiples copas “que se empinó”, mencionó que él administraba el conjunto de casas en donde vivía; expresó que su función, aparentemente sin remuneración, le era agradable, empero, que había “dos judíos que no querían pagar el mantenimiento” percibí que no tenía aversión a “esos judíos”, sin embargo, ¿por qué siempre se suscitan este tipo de comentarios que a mí me molestan? ¿Acaso existe en la sociedad mexicana vestigios de un viejo antisemitismo heredado de las peroratas de curas? ¿Existe envidia frente a los judíos emprendedores y tesoneros de la comunidad judía? Hay muchas interrogantes al respecto, yo digo ¡basta!

En la fiesta de Enrique sobresalieron los rostros ochenteros “de hombres y mujeres”, que un día conocí frescos y brillantes. Este es el destino del hombre; el chiste “es llegar sano y con dignidad.

La fiesta de la semana terminó con el concierto dominical de la temporada de Verano de la Sinfónica de Minería, en el que sobresalió el triple concierto para violín, violonchelo y piano de Beethoven, interpretado magistralmente por el Trío Wanderer integrado por tres famosos músicos franceses formados en el Paris Conservatoire National Superieur de Musique, quienes entre otros destacados artistas, han colaborado con Yehudi Menuhin. Los Wanderer se presentarán en el próximo Festival Cervantino de Guanajuato en octubre próximo. Así, la vida de “bonvivant” que a veces reflejo, no logra opacar la crisis de la tercera edad que vivo cotidianamente en el presente. Salute chinchin en Italiano, salute en Francés y Lejaim en Hebreo, que siga la fiesta.