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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

Avaricia y Corrupción de Autoridades y Particulares. Caos en el Área Metropolitana de la Ciudad de México

El Comité vecinal de mi colonia convocó a una junta de los residentes la semana pasada en el parque que está frente a mi casa; el propósito fue delinear acciones contra la iniciativa del gobierno capitalino que modifica la norma 26 de edificación de viviendas en la Ciudad de México para ser sustituida por la 30 y 31, y que de ser aprobadas por la Asamblea del Distrito Federal, agudizaría el terrible deterioro ecológico y ambiental que ya registra la Ciudad. En la Asamblea son mayoría los legisladores del PRD, de aquí que la posibilidad de aprobación de las normas 30 y 31 son amplias; estas últimas harían oficial la construcción indebida de edificios de gran altura y de conjuntos de condominios en zonas residenciales en donde en el presente teóricamente está prohibida su edificación. Los efectos de esta nueva disposición serían catastróficos en materia de disponibilidad de servicios públicos y agua, entre otros, se agravarían los problemas de vialidad, más bien de inmovilidad, que ya existen por todos los rumbos de la Metrópoli. Continuaría la destrucción del paisaje urbano que ya presenta una visión apocalíptica. De hecho, en Coyoacán, una zona con un amplio patrimonio cultural y arquitectónico, se han construido gigantescos conjuntos habitacionales que han hecho imposible transitar a personas y vehículos por viejos pueblos y barrios, algunos que datan de la época colonial; un panorama similar se observa en lo que era el bello San Ángel.

La complicidad de las autoridades con los desarrolladores inmobiliarios es muy estrecha para seguir lucrando a costa del deterioro ambiental y urbano en el Área Metropolitana de la Ciudad de México y en su zona conurbada que abarca a los Estados de México, Puebla, Morelos e Hidalgo, principalmente. Tengo entendido que el panorama es similar en el resto del país. Un dato curioso, el Secretario de la SEDUVI (Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda) de la Ciudad de México es un importante desarrollador inmobiliario. Por lo demás, nuestro hábitat metropolitano está contaminado por un elevado número de espectaculares; la impresión que dan estos últimos es la de un dantesco infierno. Asimismo, la basura y las heces de animales están dispersas por doquier; los baches y topes son una pesadilla cotidiana en un extenso número de calles y avenidas; las luminarias no funcionan; la delincuencia organizada y desorganizada impone su ley; robos, secuestros, extorsiones, se multiplican, y qué decir de los encharcamientos que se observan en la época de lluvia; que se han convertido en verdaderos ríos. La Ciudad de México está al borde del colapso.

El Comité Vecinal, que se ha caracterizado por la verborrea de sus dirigentes y por su ineficiencia, está apoyado por una legisladora de la Asamblea, que me imagino quiere llevar “el agua a su molino”. Los ciudadanos estamos atados de manos por la corrupción que nos rodea y por la apatía de mucha gente.

Una evidencia adicional del fango de la corrupción en el que estamos hundidos es el tráfico de influencias en el que recientemente estuvo involucrada la diputada del PRD, Purificación Carpinteiro (PC), que forma parte de la Comisión que aprobaría o rechazaría la nueva Ley secundaria en materia de telecomunicaciones; PC ya había tenido problemas con el actual director de la Bolsa Mexicana de Valores cuando ella fue subsecretaria de gobernación en la pasada administración del Presidente Calderón, mismo que la expulsó de su gobierno. PC, amparada bajo el manto de un partido y con una marcada e innegable falta de ética, se valió de una información privilegiada para tratar de hacer negocios y obtener una buena tajada invitando a un viejo colega en la rama de la telefonía celular. Su involucración en esta inmoral actividad salió a la luz pública cuando hace varias semanas se difundió una grabación en la que mostraba euforia por la posibilidad de volverse millonaria con el negocio de la telefonía. La afirmación de la diputada de que no había conflicto de intereses en buscar hacer un negocio mientras formaba parte de quienes legislan leyes para facilitar los negocios en telefonía, sin embargo, es obvio que sí lo hay, porque PC contravino el reglamento de la Cámara de Diputados que obliga a los legisladores a informar de los asuntos en que tengan intereses o puedan obtener beneficios personales. La ilógica actitud de PC podría llevarla al inicio de un juicio para desaforarla; esto no ha sucedido y PC aún tiene “su chamba” en la Cámara de Diputados. En EUA o en otra nación donde se respeta el Estado de Derecho; PC habría sido enjuiciada y enviada a prisión. Su agravio a las leyes resta credibilidad a la representación de la ciudadanía en el Congreso.

Los excesos del Poder Legislativo no tienen límite; la sociedad ve con recelo a diputados y senadores; su credibilidad ante sus representados está por los suelos; la variedad de sus actos ilícitos abarca desde el famoso Moche (dávidas de gobernadores a legisladores para que estos aprueben recursos federales a sus Estados), principalmente. Además, existe dispendio en sus gastos de representación, en contratación de amigos como asesores, y su vinculación con actividades ilícitas (lavado de dinero, tráfico de drogas). Lo lamentable es que casi todas estas acciones deshonestas, quedan en la impunidad, e incluso son motivo de orgullo para los transgresores. Por lo anterior, la sociedad muestra una sensación de desesperanza hacia el futuro y de desconfianza ante la proclamación de leyes de transparencia y de rendición de cuentas para controlar los recursos públicos, de manera que se utilicen honestamente y con eficiencia.

En el ámbito de la corrupción, el Auditor Superior de la Federación, informó a la Cámara de Diputados en marzo pasado, que el 60.0% de las instituciones públicas apenas alcanzan una calificación de 3.9 en sus procesos de control interno para la transparencia y la rendición de cuentas, es decir, que casi dos terceras partes de esas instituciones están reprobadas en la materia. La frustración de la sociedad frente al gobierno, políticos, legisladores, magistrados, policías, fuerzas armadas, empresas paraestatales, organismos descentralizados, entre otros múltiples actores de la vida pública, es profunda. Así, las reformas estructurales recientemente aprobadas en el Congreso tendrán un impacto limitado en el país, en tanto la gente no confíe en sus líderes y gobernantes.

El entorno descrito influye negativamente en mi ánimo personal, de por si afectado por una relación familiar que registra deterioro, al igual que mi situación financiera, que en conjunto, no facilitan que viva una situación emocional armoniosa.