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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

La visita al Panteón Español. El abuso de autoridad crea zozobra

 El pasado 2 de noviembre, Día de los Muertos en la tradición mexicana, acompañé a mi esposa a visitar la tumba de sus padres en el Panteón Español. Como lo consigné en una Crónica pasada, su madre murió a los 99 años cinco meses atrás; salimos temprano de casa para evitar las aglomeraciones que se registran en los panteones ese día. Estábamos en las proximidades del Panteón, que no lográbamos ubicar porque la policía de tránsito realizó desvíos sin sentido para los automovilistas. Las señales no eran claras y he aquí que me di una vuelta indebida, cuando de repente de una patrulla salieron tres energúmenos policías que me gritaban; con parsimonia les expliqué que estaba perdido y buscaba el camino al Panteón Español; sin escuchar mis razones me hicieron dar vuelta de regreso en contra del flujo de vehículos para “que aprendiera”, así le comentó un policía a otro; lo cierto es que me sentí atemorizado por los gritos y las pistolas que llevaban en la cintura; actitud que probablemente tenga que ver con el abuso de autoridad que a diario escuchamos en las noticias y cuya situación extrema, entre otras múltiples, queda ilustrada en el caso de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa en Guerrero. La fusión de la delincuencia organizada con las autoridades y los policías han creado un clima de temor en la ciudadanía en toda la República. La policía, al menor desafío que percibe de la gente, responde violentamente y frecuentemente sus atrocidades quedan impunes. Vivimos en el país un clima de terror no comparable con otras épocas; mientras tanto, la Secretaría de Gobernación y otras dependencias gubernamentales señalan que las acciones violentas en México siguen disminuyendo. La convocatoria del Presidente Peña a los partidos para establecer un pacto para restaurar el Estado de derecho en el país, resulta una falacia, por lo menos en el corto plazo. “No existe gobernante” o equipo en el mundo capaz de revertir en dos años (la vigencia de la actual administración) la nefasta inercia de décadas de abuso, corrupción e impunidad; si bien la reacción del gobierno ha sido extraordinariamente deficiente y se ha creado una monumental crisis, la responsabilidad para superarla no solo es del gobierno y los partidos, la sociedad en su conjunto tiene que ser participativa en este proceso. Lo anterior no implica que no se instrumenten acciones para restaurar el Estado de derecho, lo que básicamente determina fortalecer el “andamiaje” de las instituciones y el sistema educativo para que todas las personas cuando acudan ante la justicia sean protegidas; para que ello suceda se requiere de voluntad política. En el entorno nacional la discusión entre los diferentes sectores está centrada en el presente en los sucesos de violencia en Guerrero, y, de alguna manera, se han relajado las discusiones y acciones en relación a importantes actos de negligencia administrativa y corrupción como el de la línea 12 del metro que fue cerrada parcialmente, en la que hubo errores en su diseño, planeación, construcción, operación y mantenimiento. Llegar a estas conclusiones implicó un costoso estudio que llevó meses realizarlo. No cabe duda que el principal responsable de lo que ya se denomina públicamente “un desastre” es el exjefe de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard,  quien dijo ser evaluado durante su gestión,  como el mejor alcalde del mundo. Resulta inaudito, entre otros hechos, que los trenes que se adquirieron sin licitación en España no sirvan para las vías que se construyeron, y las vías tampoco están en condiciones adecuadas; se tienen que cambiar rieles y durmientes; ciertamente para que la línea 12 vuelva a funcionar en su totalidad y bajo condiciones de seguridad se tienen que cambiar 15 Km. de rieles, 14 mil metros cúbicos de balastro, 50 mil sujetadores, 12,500 durmientes y modificar los peraltes de 15 curvas. También se detectaron problemas en los 30 trenes que la empresa CAF entregó a un costo de 18,000 millones de pesos; adicionalmente, de los recursos federales que se entregaron al gobierno de Ebrard, hubo 489 millones de pesos que no se comprobaron. El costo total de la línea 12 es de 18,000 millones de pesos de los trenes alquilados y 24,000 mil millones de la construcción de la línea; el proyecto original de la construcción contemplaba una erogación de 12,000 millones.

La línea 12 del metro involucra un acto de corrupción de gran magnitud; existe una sustracción inexplicable de recursos públicos, además de una danza de millones de pesos mal empleados; esto se llama corrupción, México es evaluado como el país más corrupto de América Latina, después de Venezuela. La impunidad es lo que en gran medida explica la corrupción. Considero que este fenómeno tiene que ver con la falta de valores de la gente que debieran de ser involucrados en el hogar y/o en el sistema educativo; en relación a este último no se puede esperar mucho de el mismo, si se tiene en cuenta que este año el 60.0% de los aspirantes a ocupar una plaza en el Sistema Educativo Nacional a nivel básico reprobaron para estar frente a un grupo escolar. La iniciativa de una ley anticorrupción esta atorada en el Congreso; urge sacarla adelante.

Nuestra visita al Panteón Español, uno de los de mayor tamaño en el país, fue muy interesante; fue inaugurado por la esposa del Presidente Porfirio Díaz en 1886. Resaltan las criptas familiares con un marcado estilo gótico y calles interiores bordeadas por fresnos, robles y  pinos de gran altura. Un buen número de criptas son verdaderos mausoleos de más de 4 mts. de largo y una altura aún mayor. Son suntuosas joyas artísticas que representan la vanidad del individuo más allá de la vida; también hay mausoleos modernos que dan la impresión de un culto a la “naques” arrogante. Siendo un camposanto antiguo se observan muchas tumbas abandonadas y semidestruidas por el tiempo o por la rapiña de los vivos.

Con gran sensibilidad, mi esposa adornó con flores de Cempasúchil la tumba de sus padres. No tuvimos tiempo, ni ánimo para visitar las ofrendas que se ponen en diversos recintos de la ciudad en las “fiestas de los muertos”; quizá el próximo fin de semana podamos visitar la Casa del Indio Fernández en Coyoacán donde siempre se pone una.