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Debemos prevenir desastres para cambiar la realidad del peligro en México – Proyecto filantrópico y social de CADENA.

Cuando la comunidad judía arribó a México, hace 100 años, encontraron en el país la calidez perdida después de siglos de persecución. Con base en los valores dentro de esta comunidad, emprendieron la tarea de la filantropía y el activismo a través de la ayuda asistencial, apoyando socialmente al bienestar fundamental de México.

En 2005 la comunidad judía induce al nacimiento de CADENA. El Comité de Ayuda a Desastres y Emergencias Nacionales o CADENA es una asociación civil sin fines de lucro de la Comunidad Judía de México, que se dedica a la asistencia en la emergencia y la prevención de los desastres naturales, llevado la ayuda “mano a mano” directamente a las personas más necesitadas. Se funda como respuesta activa ante las consecuencias de los desastres naturales
Con el propósito de “crear un grupo que instrumente la logística necesaria para que la ayuda de la sociedad civil, como la recaudada por la comunidad judía de México, realmente llegue a las víctimas de desastres”, declara a El Semanario Sin Límites, Benjamín Laniado, director y fundador de esta institución.

La ubicación geográfica de México lo coloca, a nivel internacional, como uno de los países con gran exposición a desastres naturales de diversa magnitud.
Ubicado a lo largo del “cinturón de fuego”, donde ocurre el 80% de la actividad sísmica mundial, México es vulnerable ante desastres geológicos; de acuerdo al Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), en promedio, en el país se registran más de 90 sismos anualmente con una magnitud de 4 grados o más en la escala de Richter.

Las catástrofes que han azotado el territorio mexicano a lo largo de la historia, han colocado al país en la lista de los 30 más expuestos a tres o más peligros naturales a nivel global.
Según datos del Inegi, entre 1970 y 2009, 60 millones de personas han sido afectadas por desastres naturales, que se agudizan debido al cambio climático que ha provocado el aumento de la temperatura del planeta. Por lo que cada año se presentan lluvias más intensas y en temporadas atípicas, causantes de inundaciones y deslaves que devastan a la economía, tejido social y entorno natural de muchas regiones del país.

John Nelson, presidente de la empresa especializada en seguros mundiales, Lloyd’s, ha declarado que “un gran número de las instalaciones eléctricas en México están en áreas de inundación con 7 millones de viviendas en peligro”.

Nelson también ha advertido sobre el impacto poblacional de diversos desastres alrededor del mundo a lo largo de la historia, deben representar una lección para implementar medidas de seguridad e incentivar las políticas para reducir este riesgo. Al respecto el gobierno federal ha establecido el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), que inicialmente fue diseñado para financiar la reconstrucción posterior a los desastres y, que ahora se encarga de todas las etapas del ciclo de Gestión Integral del Riesgo de desastres (GIR).

Sin embargo, estos esfuerzos no han sido suficientes y la recuperación de la población afectada, no sólo ha corrido en manos de instituciones, sino que desde su trinchera, asociaciones civiles se han sumado a los esfuerzos para reconstruir México.

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A casi 10 años de su fundación, CADENA ha entregado mil 500 toneladas de ayuda a lo largo de la república mexicana, a estados como Nayarit, Colima, Jalisco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Campeche y Estado de México.

El trabajo de esta ONG, no sólo es asistencialista, han desarrollado una metodología profesional para reaccionar de inmediato ante desastres naturales, incluso han llegado a las zonas afectadas antes que el propio ejército. En 2010, las fuertes lluvias ocasionaron la desaparición del municipio michoacano de Angangueo, con una destrucción del 80% de las viviendas y con un saldo de casi 10 mil afectados.

Benjamín Laniado, comentó que CADENA desplegó su infraestructura de rescate en tan sólo tres horas, siendo los primeros en arribar a la zona de desastre, canalizando la ayuda a través de su red logística y humanitaria. Este comité tiene una fuerza de despliegue de mil 500 voluntarios que participan en misiones y centros de acopio.

“Nosotros echamos a volar toda la red del tejido social de la comunidad judía para ayudar a México” destaca Laniado. Su modelo asistencial ha sido solicitado incluso por gobiernos de países como Filipinas, Kenia, Haití, Turquía, Guatemala y Siria, a los cuales han asistido en misiones de rescate por aire, tierra y mar.

El proyecto que sostiene CADENA es asistencial y educativo, pues busca la solidaridad y la sensibilización ante catástrofes naturales. “Nuestro trabajo no sólo es asistencialista sino que buscamos cambiar la realidad de las personas y de las comunidades”, comenta el representante de CADENA.

A partir de su trabajo de campo como rescatistas, las brigadas detectan las necesidades y las áreas de oportunidad en las comunidades, han desarrollado un sistema innovador para la prevención de inundaciones causadas por el desbordamiento del río Grijalva.

Bitzal cuarta sección, es una localidad situada en el Municipio de Macuspana en Tabasco, con un total de 117 habitantes, aquí CADENA ha creado una “aldea sustentable” con gran éxito.
Se trata de una aldea construida de bambú, que aprovecha los recursos locales para ser sustentable, arquitectos ambientales desarrollaron el proyecto, la población y el voluntariado del Comité la hicieron posible. “Si México desarrolla proyectos importantes, puede empezarse a sembrar paso a paso una buena cultura de la prevención con implementación de tecnología, con capacitación y adiestramiento”, advierte Benjamín Laniado.

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Educar antes que reconstruir

“México tiene muy poca cultura de la prevención, posee mucha cultura de la solidaridad pero eso no es suficiente”, aclara el presidente de CADENA. A través de su experiencia, Benjamín Laniado reconoce que el país carece de cultura de prevención, porque entre los ciudadanos no se toma con seriedad el tema de prevenir, y desconocen cómo reaccionar ante eventualidades catastróficas.

“Es un deber del gobierno y de la sociedad civil el concientizar la cultura de la prevención”, porque “no es lo mismo solidarizarse y ayudar que prevenir”, asevera Laniado.
El problema reside en que no se destinan recursos proporcionales al riesgo que se tiene en el país, debido a su situación geográfica Laniado expresa que “vivir en México es una verdadera encrucijada, pero la gente no lo percibe”.

En países desarrollados el presupuesto de seguridad se destina en su mayoría a la prevención, con inversiones como tecnología de alertamiento, y lo que resta en manejo de emergencias.

“Si fuéramos más conscientes, y las políticas de gobierno fueran conducentes, tendríamos que tener recursos para la prevención del tamaño de los riesgos, como lo hacen los países de primer mundo”, enfatiza el directivo de CADENA. La Organización de las Naciones Unidas, destaca que por cada peso que se invierte en prevención, se ahorran siete en reconstrucción. “Lo que se necesita es cambiar la cultura de reacción y respuesta hacia una cultura de la prevención” añade Laniado.

“No depender de la esperanza de ser salvado”

La falta de prevención en México, de acuerdo a Laniado, se debe a que las necesidades de la población están invertidas, pues los recursos familiares destinados para la seguridad y prevención son las menos priorizadas. “Mucha gente no se pregunta por ejemplo, si ocurre un sismo o terremoto quién de los miembros de la familia cierra la llave del gas para evitar una posible explosión”.

Por lo que es necesario estructurar planes familiares y priorizar los recursos del hogar para atender las necesidades de seguridad. “Si se observa que alguna pared del hogar se está cayendo, lo primero es destinar recursos para repararla en lugar de comprar una televisión” puntualiza el directivo de CADENA.

Benjamín Laniado enfatiza, que la población debe aprender a “salvarse a sí misma” y “no depender de la esperanza de ser salvado”, tal cual lo hicieron los habitantes de Filipinas afectados recientemente por un tifón, que afectó a toda la población y a la fuerza de respuesta. “Al brindar asistencia en Filipinas, aprendimos que realmente si la población está preparada, se va a salvar a sí misma, es decir, no tendría la necesidad de ser rescatada.”
Por lo que el autoentrenamiento es primordial para poder sobrevivir, esto se logra de acuerdo a Benjamín Laniado, al generar escenarios de desastre y desarrollar un plan de acción. Es por ello que la visión a futuro de CADENA es “ser menos reactivos y más preventivos”, generando más proyectos de prevención basados en la filantropía.

El caso de México, es una muestra de lo que ocurre en América Latina, zonas con alto riesgo de desastre, poblaciones marginadas, polarización en repartición de riquezas “pero también existe mucha gente que quiere donar”, rescata Laniado.

CADENA planea replicar su modelo de éxito mexicano, en toda la región. Hasta el momento se ha logrado un avance en Chile, Argentina y Costa Rica. Entre el 2014 y 2015 se tiene el objetivo de tener una interconexión de asistencia con cinco países latinoamericanos.
“Prevenir en lugar de lamentar, es misión fundamental de nuestra sociedad” – Proyecto complejo de gran envergadura.

Fuente:elsemanario.com