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“Ay de nosotros,
pues nuestra Sagrada Torah
se encuentra en inimaginable declive.”
Rabi Yejiel Michel Epstein

 YEHUDIT LEV PARA ENLACE JUDÍO

DURANTE el medio siglo que precede a su destrucción, los judíos de Europa se maldicen amargamente entre sí. Además de su frágil existencia en los países anfitriones, las peleas que llevan arrastrando desde épocas del exilio no se resuelven. Con los siglos, se apilan nuevas injurias mutuas. Las divisiones se dan por múltiples vertientes, entre ricos y pobres, capitalistas y comunistas, sionistas y tradicionalistas y asimilados y nacionalistas, hombres y mujeres, y también se distinguen varias corrientes dentro de las facciones.

EL PERÍODO entre las dos guerras mundiales es uno de giros revolucionarios para la vida Judía de Polonia. En medio de una extrema pobreza y discriminación, los jóvenes en particular son afectados por el proceso de ‘polonización’ y secularización. Sus padres, imbuidos en la tradición, son considerados irremediablemente retrógrados. La rebelión es imposible de frenar y de ahí brota profundo dolor y odio.

VARSOVIA se conoce como el París de la Europa Oriental. La vida citadina goza de cultura vibrante que incluye teatro, arte, música, cine, además de cafés, cabarets y otros espacios más oscuros de la vida mundana.

LOS JÓVENES abandonan su tradición en estampida, hacia fuegos más atractivos: políticos, sociales, artísticos, académicos, urbanos, revolucionarios. Los grupos judíos socialista, sionista, idishista y otros movimientos juveniles son primordialmente seculares y sirven como contención para aquellos que desean abandonar los lazos de la sociedad natal y la práctica religiosa judía. El problema urgente de las comunidades en cuestión, es que cada vez son más comunes las deserciones aun en círculos jasídicos.

LOS SABIOS de la Torah
no saben qué hacer con sus infieles.

EL MUNDO Jasídico pasa por cambios importantes. La frescura, vitalidad, atrevimiento que alguna vez caracteriza el movimiento, inevitablemente se estanca con el paso del tiempo. Una visión que fue innovadora y desafiante en su espiritualidad, doscientos años después se vuelve predecible y hasta conservadora. Más que fomentar una espiritualidad interna como la enseñaban el Baal Shem Tov y sus discípulos, para principios del siglo XX, el término jasid tiene más que ver con pertenencia a una comunidad específica, adherencia a su manera de vestir, y ciega lealtad a su líder.

EL JASIDISMO es teología basada en el amor, la fe, el gozo. ¿Cómo se puede vivir eso en un período saturado de tormento, dolor y desesperanza?

EL SIONISMO emerge como alternativa a la opresiva situación que viven la mayoría de judíos – repleta de pogroms y depresión colectiva. Theodor Herzl, testigo de la humillación de Alfred Dreyfus a fines del siglo XIX, llega al entendimiento que en Europa los Judíos no recibirán aceptación ni manteniendo sus tradiciones, ni abandonándolas para entregarse de lleno al país donde viven. Necesitan su tierra de vuelta. Ya no están dispuestos a esperar que Dios voluntariamente los saque del exilio.

ASÍ COMO en el pasado el jasidismo genera rupturas familiares cuando los jóvenes saltan del rígido marco del estudio hacia la gozosa modalidad de adoración, la aparición del Sionismo provoca que las familias jasídicas rasguen vestiduras ante la tragedia tribal.

POR CUARENTA años, desde que la chispa Sionista se prende hasta que la guerra los extingue a todos, el mundo ortodoxo ferozmente defiende su territorio espiritual. ¡Anatema! ¡Falso Mesías! ¡Destructor del pueblo! ¡Satan disfrazado! Imposible que el judío escape la condena que Dios impuso por sus faltas. Todavía no hemos terminado de pagar por los crímenes cometidos. Solo la voluntad y el decreto del Creador puede liberarnos del yugo del exilio. La labor del judío es continuar estudiando Torah, cumpliendo los preceptos, viviendo humildemente en el seno de los pueblos que lo reciben.

 Maldiciones Rabínicas

PARA LA ortodoxia el Sionismo es giro de religión a nacionalismo, de espiritualidad a materialismo. Los apóstatas toman por sus propias manos un poder que le corresponde solo a Dios. El acto en si mismo es severa violación de la Torah, que expresamente prohíbe a los Judíos fundar su estado antes de la llegada del Mesías. Los Rabinos castigan, imploran, acusan, advierten de las plagas venideras resultado del abandono. Es su obligación declamar en oposición a los rebeldes y traidores. Quienes van con ellos desmerecen el Mundo Por Venir.

CUANDO unos activistas buscan fundar una escuela Tarbut Sionista en Kamenitz, Lituania, el rabino Boruj Ber Leibowitz , director de la yeshiva local, reúne a la gente del pueblo en la sinagoga y grita con voz temblorosa, “¡Ay de mí que esto me pasa en mi edad anciana! Traen un ídolo a Kamenitz. ¿Qué responderé el Día del Juicio cuando me pregunten cómo tal cosa pudo haber pasado en mi ciudad?” Al finalizar su discurso, se quita los zapatos como señal de duelo y se sienta en el suelo. El espectáculo causa tal impresión en los presentes que los Sionistas no logran llevar a cabo su cometido.

Jaim Elazar Shapiro, Rebbe de Munkacz, Hungría: Enfurecido por la existencia del Gymnasium Hebreo, “donde queman almas Judías con el veneno de la herejía,” declara que sus presentes tragedias son a causa de ese pecado. Volteando hacia el Arca Santa que contiene la Torah, aúlla un grito de advertencia de muerte y destrucción en este mundo y el que viene para cualquier padre o madre que envíe a sus hijos al Gymnasium. Serán responsables de derramar sangre inocente. Los maldice con una maldición rabínica que no puede ser revocada, y advierte que no vayan llorando con él después que acaezca la tragedia. “Tenemos que poner nuestras vidas en la línea para desenraizar esta idolatría de nuestro país.”

CHAIM Soloveitchik, rabino de Brisk, Polonia: “El Pueblo Judío ha sufrido de muchas plagas – Los Saduceos, los Karaitas, los Helenizadores, Shabtai Zvi, la Haskalah, la Reforma y muchos otros. Pero la más fuerte de todos es el Sionismo.”

RABI ELJANAN Wasserman, director de la yeshiva de Baranovitch, Polonia, asevera que uno de los tres juramentos que Dios hace tomar a los judíos es, no serás revolucionario. “La semilla de Amalek prospera entre nosotros.”

SIMJA Isajar Ber Halberstam, Reb de Chiashenov, Polonia, antes de su discurso de Rosh Hashaná durante dos horas despotrica en contra de los Sionistas.

EL RABINO Avraham Yehoshua Freund de Nassod, Hungría, en Yom Kippur de 1925, antes de Kol Nidrei grita, “¡Que sea erradicado el nombre de los Sionistas!”

CHAIM Ozer Grodzensky,rabi de Vilna, Lithuania: Los rabinos de Mizraji – religiosos y sionistas –  “no tienen fe, y no confían en la salvación de Dios. Sus mentes se han desquiciado creyendo que en un estado fundado por las manos del hombre habrá paz para nosotros.”

YOSEF Rosen, rabi de Dvinsk, Latvia: “Por causa de los Sionistas, el exilio será prolongado y emergerán – Dios no lo quiera – muchas calamidades. No puede haber daño más grande que despertar conflictos entre las naciones, y hacer que Israel sea temido como fuente de revuelta, ya que los Sionistas nos representan como un pueblo de corazón amargado por causa del exilio.”

SAMSON Rafael Hirsch, rabino de Frankfurt: “Durante el reino de Adriano cuando la revuelta de Bar Kojba prueba ser un desastroso error, se vuelve esencial que el Pueblo Judío recuerde un importante, esencial hecho, que Israel nunca más debe de intentar restaurar su independencia nacional a través de su propio poder; debía confiar su futuro como nación solamente a la Providencia Divina.”

SHAUL Braj, rabino de Kasho, Hungría: “Los Sionistas son más peligrosos que los Maskilim y los Neólogos, porque eran miembros de las comunidades ortodoxas y las destruyen desde dentro. Piensan que tienen el poder de enfrentarse a las tropas inglesas y llevan a la juventud Judía como ovejas a la masacre.” Si, así lo dijo, como ovejas a la masacre, frase que sería utilizada por los Sionistas ya instalados en Estado, para describir la masa de principalmente ortodoxos Judíos que abatidos desfilaron hacia los hornos crematorios.

RABI YISROEL Meir Hakohein, Chofetz Chaim: “Los Sionistas son ramas muertas de nuestro pueblo, que causan que el cuerpo entero se pudra.” Así también acusan los Sionistas a la comunidad Judía de Hungría, ramas muertas del cuerpo enfermo, necesario mutilarlas para renacer. Ese pensamiento llegará a generar un arreglo en donde los Nazis sueltan a mil 700 Judíos prominentes, y con toda politesse lanzan al vacío a medio millón de dispensables.

SHLOMO Zalman Ehrenreich, rabino de Simlau, Hungría: “Sin la Torah, uno no es ni Judío ni gentil, y ellos no tienen derecho de hablar en nombre del Pueblo Judío.”

Odio con Odio Perfecto

LA SITUACIÓN es tal que aún hombres de fe – pensemos en Rav Kook, el primer Gran Rabino de Palestina – consideran señal de redención que los jóvenes se deshagan de los uniformes y actitudes de ghetto para convertirse en superhombres que marchan a reconstruir la Tierra. Kook – personaje cuya historia es digna de su propio espacio – abraza la revolución secular, más es excepción ante la regla de furiosos que prohíben a sus fieles compartir comida, bebida, convivencia y hasta matrimonio con los infieles

CITAN al Rey David, “¿Acaso no aborrezco, oh Señor, a los que te aborrecen? ¿Y acaso no me disgustan aquellos que se alzan contra ti? Los odio con odio perfecto: los cuento como enemigos míos.” (Salmo 139:21-22)

LOS RABINOS son personas que conocen el peso de las palabras y libremente verbalizan el odio que sienten hacia aquellos que no piensan o viven como ellos, hacia sus hijos rebeldes que no los escuchan más. Hay que comprender que es cuestión de vida o muerte. Miran a sus enemigos taladrar el barco colectivo del Pueblo, y tienen la certeza que las acciones de quienes traicionan la Torah terminarán por hundir a todos por igual.

LAS PALABRAS de los Sionistas hacia sus Padres y Maestros son igual de amargas y venenosas. Se encuentran ante espejos de sí mismo. Contradicciones internas se manifiestan en las externas. Hartazgo, desesperación, se ahogan con sus penurias. Todos buscan una solución. Cada quien hace lo mejor que puede. Los hombres de fe se aferran a sus creencias ante la anunciada tormenta. Los Sionistas sueltan la esperanza mesiánica y se lanzan a conquistar su propia redención.

Dicen abiertamente, “Dios nos ha olvidado
y nos salvaremos a nosotros mismos.”

 

TAL VEZ saben unos y otros que cada maldición que lanzan es cuchillo que desprende parte de la protección Divina que el Pueblo Judío necesita para sobrevivir. Mas sus vísceras están atrapadas en el mundo que se colapsa. Quienes pueden, quienes tienen visión, quienes tienen suerte, se escapan. Los demás se quedan aguardando el monstruo que está apunto de emerger del vientre Europeo.

Yehudit Lev, 8 Elul, 5774