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MOSHÉ ARENS

El Estado Islámico, Hamas, Hezbolá y otras organizaciones terroristas como Al-Qaeda y el Frente Al-Nusra llevan el mismo gen que exhorta a la destrucción del estado de Israel.

Sólo tras las brutales decapitaciones de dos periodistas por un miembro de ISIS, el mundo occidental despertó ante los peligros del terrorismo islámico. Casi inmediatamente, el Presidente de Estados Unidos Barack Obama formó una coalición para luchar contra el grupo Estado Islámico y se iniciaron los ataques aéreos contra objetivos de ISIS. Evidentemente, no se tomaron las precauciones adoptadas por la Fuerza Aérea Israelí durante la reciente campaña contra Hamas en la Franja de Gaza – avisos previos, anuncios escritos, llamadas telefónicas para que los civiles evacuen la zona – y minimizar victimas entre civiles inocentes, ocasionando además daños colaterales inevitables.

El Presidente Obama y los países miembros de la coalición contra ISIS saben bien que Israel ha luchado solo contra el terrorismo islámico durante años: Contra Hezbolá, organización fundada, armada y dirigida por Irán, un estado terrorista en el proceso de obtener la última arma terrorista, bombas nucleares; y contra Hamas, un afiliado ideológico de la Hermandad Musulmana, también armado por Irán. A pesar de que Hezbolá y Hamas son consideradas organizaciones terroristas por los Estados Unidos y la Unión Europea, Israel ha recibido poco apoyo al luchar contra ellas y en ocasiones ha sido criticado severamente por causar daños colaterales.

¿Existe una verdadera diferencia entre ISIS, Hamas y Hezbolá que pueda explicar la distinta actitud de EE.UU. y la Unión Europea hacia estos grupos? ¿Por qué no se ha formado una coalición para combatir a Hamas y a Hezbolá, dejando esta tarea a Israel?

No es necesario que un genetista analice el genoma de ISIS, Hamas, Hezbolá y otras organizaciones terroristas islámicas como Al-Qaeda y el Frente Al-Nusra. Todas llevan el gen que exhorta a la destrucción del estado de Israel. Esto incluye a ISIS, aunque la palabra Israel no esté representada en sus siglas. Pero no nos dejemos engañar por esto porque en la medida que les concierne, la letra S que representa a Siria incluye a Palestina que según ellos se localiza al sur de Siria. El mismo gen lo porta Irán, que no oculta sus intenciones de destruir a Israel, siendo ésta la razón por la que apoya a Hezbolá e incluso a Hamas, una organización sunnita. Además, en caso de que Hezbolá y Hamas no logren sus objetivos, la República Islámica prepara armas nucleares.

¿Por qué entonces el Presidente Obama no reconoce la configuración genética de todas estas organizaciones y en Washington se oponen a que Benjamín Netanyahu identifique a ISIS con Hamas? ¿Será por el despliegue geográfico de ambos grupos? Hasta ahora, el Estado Islámico ha concentrado sus actividades en Irak y Siria, mientras que Hamas controla la Franja de Gaza, abriéndose paso en Judea y Samaria. Quizás se cree erróneamente que Hamas se conforma con el establecimiento de un estado palestino, al tiempo que ISIS expresa sus intenciones de establecer un califato islámico que incluye a Irak, Siria y Palestina. Pero no nos confundamos, Hamas declara abiertamente que su objetivo es la destrucción de Israel.

Respecto a Hezbolá, previamente se consideraba que la organización tenía un objetivo determinado – el de expulsar a las FDI de territorio libanés. Pero tras la retirada del ejercito de defensa israelí del sur de Líbano en 2000, Hezbolá continuó su campaña para la destrucción del estado de Israel. Su presunto objetivo limitado no era más que un error de imaginación de observadores desinformados.

El enfoque de ISIS como la única amenaza terrorista en el mundo corresponde a una visión miope. Desafortunadamente esa amenaza es mucho más extensa e incluye a Al-Qaeda, Hamas, el Frente Al-Nusra e Irán por encima de todo.

Traducción: Esti Peled

Fuente: Haaretz.