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OSCAR HERNÁNDEZ

Para el mundo Hitler fue un auténtico loco, y esto se debe a la atrocidad de sus crímenes.

En sus discursos aparece despotricando y enfurecido como un loco, pero Hitler podía ser cortés y hacer alarde de buenos modales. Estrictamente alguien está mentalmente enfermo cuando su estado mental lo incapacita de alguna forma. Hitler ascendió al poder con cálculo y disciplina; culpó a los comunistas y judíos de las calamidades del pueblo alemán. Despertó en el pueblo alemán un gran resentimiento hacia los “indignos de vivir la vida”.

Hitler esperó a que el anciano y débil presidente Hindenburg muriera; asumió el cargo de comandante supremo de las Fuerzas Armadas del Reich. El ejército prestó juramento no a la Constitución, sino al Fuhrer. Ahí creció más su megalomanía; pero no padecía en esa etapa de su vida alguna enfermedad reconocida, no padecía trastorno bipolar, ya que no se deprimía ni padecía de episodios maniacos.Todo parece  indicar que el momento en el que perdió el piso, fue cuando lanzó el contraataque ruso el viernes 5 de diciembre de 1941.

Los días críticos fueron del 5 al 11 de Diciembre de ese año, cuando ataca a Rusia y simultáneamente se enfrenta gratuitamente a los Estados Unidos. Ambas cosas fueron un fracaso, esa decisión fue fatídica e inevitablemente lo condujo al suicidio. En esos días Hitler estaba borracho de poder, no oía consejos. Aquí Hitler había llegado al punto en donde sus ideas y objetivos eran lo único que importaba, su juicio estaba alterado y cometía error tras error. Algunos historiadores creen que pudo haberse distanciado del ataque japonés a los Estados Unidos, y ofrecer un acuerdo político a Gran Bretaña para evitar que Estados Unidos entrara en la guerra.

Pero ya era tarde, Hitler estaba lleno de soberbia, este líder estaba ya dominado por la fuerza de la certidumbre, tenía una exagerada confianza en si mismo, fuerza que lo condujo a la derrota. En un estudio Murray diagnosticó a este líder histeria, paranoia y silofobia que es el miedo a la contaminación de la sangre.

Otro estudio lo psicoanalizó y lo etiquetó como un psicópata neurótico que rozaba con la esquizofrenia, un verdadero neurótico desinhibido. Destacaba sobre todo su verborrea; podía pasar horas y horas hablando. Otros explican la personalidad de este hombre, basados en que solo tenía un testículo. Su médico personal, el doctor Theodor Morell, le inyectaba extractos de “huevos de toro”. También este doctor le recetaba algunas formas de anfetaminas, cocaína y píldoras antigas que contenían estricnina y atropina.

Puede que estos medicamentos afectaran el juicio de Hitler; fue hipocondriaco y sufría de insomnio; un electrocardiograma mostraba que sus arterias coronarias se estaban cerrando. En 1943 ya la mano izquierda temblaba y tartamudeaba al hablar: el Parkinson estaba presente. No hay pruebas convincentes que permitan clasificar a Hitler como un loco; lo que sí está muy claro es que representa la encarnación del Mal.

Fuente: milenio.com