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LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

A través del tiempo hemos comentado en este espacio que Mahmud Abbas (MA), presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), no ha realizado esfuerzos reales para alcanzar la paz con Israel que pudieran conducir a la creación de un Estado Palestino. Varias de las demandas de los palestinos son inaceptables para este último país, entre otras, que Israel volviera a las fronteras previas de 1967; que aceptara el retorno de los refugiados palestinos que salieron de Israel en 1948; que se siga liberando prisioneros palestinos encarcelados por actos terroristas y de sedición contra Israel; que se desmantelen los asentamientos judíos en los territorios en disputa de Cisjordania, principalmente. La realidad geopolítica de Israel y de la región del Medio Oriente en el presente no corresponde a las peticiones palestinas, porque comprometen su seguridad y su estabilidad política.

En el contexto de la guerra entre Hamas e Israel el verano pasado, denominada por este último, Operación Margen Protector, se ha presentado una nueva oportunidad para que MA sea el intermediario de una nueva ronda de negociaciones de paz; MA representaría a todos los palestinos, incluyendo a los de la Franja de Gaza, gobernada por Hamas; se ha planteado que la ANP tendría injerencia política en la misma, de hecho participó en las negociaciones de alto el fuego que se llevaron a cabo en Egipto entre Israel y ésta última, en las que hasta el propio Hamas aceptó que la ANP monitoreara los cruces fronterizos para evitar el uso de materiales de construcción en Gaza a fin de prevenir que se hicieran nuevos túneles.

Hamas acepta a la ANP porque los grupos palestinos terroristas que controlan la Franja perdieron el 80% de su arsenal de cohetes y proyectiles de mortero; previo a la Operación Margen Protector contaban con 10,000; por lo demás, “cuarenta personajes de alto rango de Hamas y la Yihad fueron eliminados”. No obstante, MA mostró en su discurso de la 69 Asamblea General de las Naciones Unidas de septiembre pasado que no quiere la paz, acusando a Israel “de haber llevado a cabo una guerra de genocidio en Gaza y que no permitirá que los criminales de guerra escapen al castigo; no olvidaremos y no perdonaremos”. Asimismo, MA destacó que han iniciado intensos contactos con grupos regionales de las Naciones Unidas para presentar una resolución en línea con sus esfuerzos políticos y diplomáticos “para terminar la ocupación israelí de los territorios palestinos, lograr una solución de dos Estados con Jerusalén como capital de Palestina y alcanzar un acuerdo sobre la situación de los refugiados”. La misma historia de MA repetida por décadas y que ha sido un obstáculo para instrumentar un acuerdo efectivo de paz.

Por otra parte, la ANP distribuyó entre los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU un proyecto de resolución en el que establece una fecha límite a noviembre del 2016 para una retirada israelí de Cisjordania y Jerusalén Este y además  “una solución justa del estatus de Jerusalén como capital de dos Estados y al problema de los refugiados palestinos; también solicitó el fin de todas las operaciones militares de Israel, la apertura de todos los cruces fronterizos en la Franja y el despliegue de una presencia internacional en todos los territorios palestinos para proteger a los civiles”. MA mencionó que si el Consejo de Seguridad rechaza su solicitud, revaluará su coordinación con Israel en Cisjordania.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, respondió a MA en las Naciones Unidas afirmando que “ningún otro ejército en la historia ha hecho tantos esfuerzos para evitar víctimas civiles como lo ha hecho Israel”; ¿Cómo se podía acusar a Israel de genocidio cuando su ejército advierte a civiles antes de atacar objetivos? Por contra, Hamas cometió crímenes de guerra al utilizar a sus civiles como “escudos humanos”; a su vez el canciller israelí, Avigdor Liberman, acusó a MA de “terrorista diplomático” y EUA criticó ásperamente el discurso de MA consignando que “fue ofensivo y que afecta los esfuerzos de la paz”.

La actitud de MA en las Naciones Unidas es defensiva y para justificar frente a su pueblo, el por qué la ANP nunca ha preparado a sus ciudadanos para adquirir un compromiso de paz serio con Israel. MA sabe bien que Israel está en la región para quedarse y que sólo permitiría el regreso de pocos refugiados palestinos a Cisjordania; la pregunta es ¿la ANP podrá detener la creciente radicalización de los palestinos contra Israel? Las peticiones unilaterales de MA a las Naciones Unidas no son el camino para la paz, se precisa una negociación bilateral “cara a cara” con Israel.

En este ámbito, el verdadero peligro para Israel no son los palestinos, sino el proyecto nuclear de Irán.