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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Siete semanas después de la Operación Margen Protector, el Ministro de Defensa Moshé Yaalon explica por qué Israel no derribó a Hamas; el Presidente de la Autoridad Palestina Mahmoud Abbas no es un socio para la paz; los palestinos obtendrán autonomía, no un estado.

Nadie desea estar en el lugar del Ministro de Defensa Moshé Yaalon, el hombre que se encuentra en la cima de la pirámide de la defensa israelí, el responsable de aprobar los planes operacionales y quien conoce íntimamente todas las amenazas en los frentes. Es el mismo que maneja los recortes presupuestarios y visita a las familias de los soldados caídos o heridos en combate.

¨Estoy moralmente en paz con las decisiones que tomamos durante la Operación Margen Protector. Nuestro objetivo era atacar a los terroristas, pero en realidad muchos civiles fueron victimas. Cuando analizo si se debe de ejercer fuerza, me someto a tres pruebas: La primera es si puedo mirarme al espejo luego de aprobar una operación. Luego analizo la situación desde una perspectiva legal, de acuerdo a nuestra ley, así como el derecho internacional. Si todos participaran en las reuniones para aprobar operaciones, se darían cuenta que afrontamos dilemas complejos como cuando disparar, el principio de ‘no matarás’, la sanidad de la vida frente a la noción de ‘matar a quien viene a matarte’.¨

¨Nosotros examinamos cuestiones en base a la proporcionalidad, la moralidad y la santidad de la vida en ambas partes, pero el enemigo no se adhiere al derecho internacional, no honra la moralidad ni el valor de la vida humana, ni siquiera en relación a sus propios combatientes o civiles que son enviados a los frentes. Los dilemas son muy difíciles. Luego aparecen las Naciones Unidas y pretenden investigarnos. Aquí hay una hipocresía obvia. Ellos deben de investigar a Hamas, pero resulta más sencillo criticarnos y atacarnos. Es una combinación de hipocresía, antisemitismo y quizás otros elementos más.¨

Durante la Operación Margen Protector el primer ministro, usted y el jefe del estado mayor trabajaron en coordinación como un trío. ¿Por qué decidieron no derrotar a Hamas?

¨La operación no se dio por sorpresa. El gabinete ha estado debatiendo este tema desde que se formó el gobierno. Se realizaron reuniones preliminares sobre la Franja de Gaza y otros frentes, en caso de ser atacados desde Líbano o Siria u otros países. Se discutieron muchas opciones. Entre ellas, planes operativos relacionados con incursionar Gaza, conquistar y limpiar el territorio. Tras un análisis de costo beneficio, decidimos que esta opción no era adecuada. Nos dimos cuenta que nadie tomaría control si conquistamos y limpiamos: Ya sea Mahmoud Abbas, los egipcios, la Liga Árabe o la ONU. Esto significa que de haber conquistado nos hubiésemos atorado ahí.¨

Se habla mucho de un sabor amargo por la manera en que concluyó la operación. Quizás el público entendió que Gaza no podía ser conquistada y que Israel no puede lograr una verdadera victoria, precisamente por el costo que esto implica.

¨Yo considero que victoria implica obligar a que la otra parte acepte nuestros términos de cese al fuego, y realmente provocamos que Hamas acepte un alto al fuego que contradice sus deseos. Esto es indudablemente un logro. Hay una victoria por el alto costo impuesto sobre la Franja de Gaza. Yo espero que en el futuro Hamas piense dos veces antes de una escalada de violencia. El tiempo dirá que tipo de disuasión se logró con esta operación.¨

¿Qué solución diplomática hay para Gaza?

¨Nosotros nos retiramos de Gaza. La población local eligió a Hamas, que decidió fabricar cohetes en lugar de exportar fresas y por ello ahora pagan el precio. Aunque probablemente no sea una solución estable y permanente, es importante discutir el tema del ‘manejo de crisis’ en relación a Gaza, así como Judea y Samaria de tal manera que cubra nuestros intereses. Según la doctrina del muro de acero, ellos tomarán consciencia de que estamos aquí para quedarnos. Desde que se iniciaron los enfrentamientos en 1936, Moshé Belinson, asistente del editor del Diario Davar fue interrogado sobre ‘cuándo esto terminará’ y él respondió: ‘cuando el último de nuestros enemigos comprenda que estamos aquí para siempre. No existen los atajos. Nuestros esfuerzos para buscar atajos durante las últimas dos décadas – desde Oslo hasta la fecha – han fracasado. Sabemos cómo vivir con ello. No es necesario controlarlos. Podemos otorgarles la misma autonomía con la que cuentan ahora.¨

¿Abbas es aún considerado socio para la paz?

¨Abbas nunca ha declarado que nos reconoce como el estado del pueblo judío. Tampoco ha dicho que si se logra un acuerdo, incluso uno que se adhiere a su visión de las fronteras de 1967, finalizaría el conflicto y con él las demandas palestinas. Él nunca ha desistido de los derechos a refugiados. Entonces, ¿a dónde podemos ir con él? Yo no busco una solución, sino una manera de manejar el conflicto y relacionarnos de manera que se cubran nuestros intereses. Debemos liberarnos de la idea que la única opción es un estado palestino. En lo que a mi me concierne, que lo llamen Imperio Palestino. No me interesa cómo lo llamen siempre y cuando es una autonomía, un territorio desmilitarizado, el establecimiento de un modus vivendi tolerable que satisface nuestros intereses.¨

¿Está usted rechazando la idea de una solución de dos estados?

¨Llamalo como quieras. Ya existe la separación política y es bueno. Nosotros no controlamos las vidas de los residentes de Gaza o de Judea y Samaria. Esta separación es importante. Yo estimularía y reforzaría la gobernabilidad, la economía y la habilidad de los residentes de vivir una vida digna con posibilidades económicas. Las cosas no son blanco y negro, estado o no estado. Yo pondría la terminología a un lado.

¿Podrán ellos adquirir la contigüidad territorial que significa un estado?

Primero que nada, es posible unir Nablus, Jenin y Ramala si ese es el problema. La pregunta es cuáles son sus metas a largo plazo. Buscar paz y seguridad para vivir con tranquilidad es una cosa. El otro lado no piensa que las fronteras de 1967 son el fin de la historia, y nunca se comprometieron a ello. Para ellos, eso es simplemente una fase. No se trata de establecer un estado, sino de destruir al estado judío y negar su existencia. Aquí hay una asimetría que no nos favorece. Por lo tanto, necesitamos aprender a manejar el conflicto sin ilusiones.¨

Las relaciones con Egipto son buenas, pero como en el caso de otros países árabes moderados, no se hacen públicas.

¨Si, desafortunadamente el Estado de Israel aún se encuentra fuera de lugar en la región, por lo que resulta difícil lograr una normalización. Yo considero que toda relación requiere de una orden de intereses. Cuando cuestionas a un israelí sobre la paz, automáticamente respondere con tres preguntas: ¿Qué territorio cederemos por la paz? Esta es una pregunta que yo rechazo personalmente. ¿Cuando comeremos humus en Ramala, Damasco, Beirut, etc.? Espero hacerlo pero creo que me conformaré con el humus de Israel. Si se logra la paz, ¿dónde estarán los abogados que formularán el acuerdo detallado que firmaremos en la ceremonia de Oslo o la Casa Blanca? Yo considero que un acuerdo sin intereses no vale el papel en donde está escrito. Los intereses no requieren de ceremonias o acuerdos.¨

¨Tenemos paz con Jordania y con Egipto que se ha fortalecido recientemente debido a intereses. Lo vemos claramente, tal y como lo expresó el primer ministro en su discurso ante la Asamblea General de la ONU: El horizonte diplomático no se encuentra en Ramala, sino en otras capitales árabes. Sin ceremonias, sin acuerdos, sino en base a intereses comunes. Si nosotros y los estados suníes compartimos enemigos como Irán, la Hermandad Musulmana, el eje shií, los grupos jidahistas mundiales y Al-Qaeda – es todavía mejor.

Fuente: Shlomo Cesana, Israel Hayom.