foto
LEÓN OPALÍN PARA ENLACE JUDÍO

La lucha militar de Hamas contra Israel en la Franja de Gaza el verano pasado, que de acuerdo a líderes de ese grupo terrorista, logró la victoria contra las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ha acrecentado el odio y la violencia de los palestinos de Cisjordania y de Jerusalén Este, particularmente de los jóvenes adoctrinados en el Islam radical, contra civiles y militares israelíes, incluso algunos árabes israelíes se han unido a los combatientes del Estado Islámico (EI) en Siria. La legisladora del partido árabe Israelí Balad, Haniz Zuabimk, ha llamado a las FDI “terroristas peores que el EI” y otros calificativos negativos que han provocado indignación en la ciudadanía israelí, la cual ha solicitado sea expulsada del Parlamento de Israel y hasta que se le despoje de su ciudadanía.

Los recientes atentados palestinos en Jerusalén han “echado más leña al fuego” de la violencia, particularmente la embestida de un palestino con su automóvil a un grupo de personas en una estación del tren ligero de esa ciudad, que provocó la muerte de un bebé de tres meses, de origen estadounidense, y de una mujer de Ecuador que residía en Jerusalén para convertirse al judaísmo. Además, quedaron heridos varios israelíes; el atacante, asistente del Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, fue abatido en su huida; la ANP, en su página oficial de Facebook, difundió un poster de homenaje a este terrorista, “quien fue un héroe en la ejecución de la operación Jerusalén”; esta es la cultura de odio que fomentan los palestinos y que difícilmente propiciará que se alcance la paz.

Los actos de violencia de los palestinos llegaron al extremo de lanzar piedras a un jardín de infantes en el barrio de Maaleh Zeitim en Jerusalén; asimismo, arrojaron una bomba molotov al paso del tráfico vehicular en la autopista 60 de Israel y llevaron a cabo otros atentados en Jerusalén que causaron muertes de civiles; en este ámbito, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu (BN), ha culpado a Abbas de incitar a la violencia en la Ciudad Santa. “La seguridad en los barrios judíos del Este y Norte de Jerusalén se ha deteriorado considerablemente”; también la tensión ha aumentado por las visitas de judíos a la explanada del Monte del Templo en Jerusalén, que alberga a la Mezquita de Al Aqsa, tercera en importancia en el Islam; por lo demás, en el Monte del Templo han aparecido pintas de esvásticas. BN ha ordenado reforzar la seguridad, intensificar los esfuerzos de inteligencia y la presencia de las fuerzas del orden en Jerusalén. Por otra parte, para frenar el vandalismo de los palestinos que arrojan piedras a civiles, policías y a las FDI, BN ha convocado a que “tan pronto como sea posible se presente un proyecto de Ley para sancionar este delito”; lanzar piedras a un vehículo en movimiento podría ser penado hasta con diez años de prisión y hacerlo con el intento de herir a las personas hasta 20 años; tirar rocas a fuerzas de seguridad podría significar una sentencia de cinco años.

Igualmente, la violencia en Jerusalén ha sido promovida desde el exterior; en este sentido, el general iraní Amir–Ali Ajizadeh prometió hace poco “acelerar el rearme de Cisjordania y reservarse el derecho de dar una respuesta”. Irán ha sido un importante proveedor de armas de los palestinos de Hamas, especialmente de cohetes de mediano y largo alcance que por miles fueron lanzados desde Gaza a Israel, hecho que originó la ofensiva de las FDI en esa región.

En este marco, existen evidencias que apuntan a la reconstrucción de la infraestructura terrorista de Hamas. Un alto oficial de las FDI, cuya identidad no ha sido revelada, ha indicado que Israel tiene información que desde septiembre pasado Hamas inició la reconstrucción de los túneles que fueron destruidos durante la Operación Margen Protector; igualmente, Hamas está enfocado a reponer sus arsenales y ha reabierto el contrabando de armas a través de los túneles que quedaron intactos; paralelamente ha reanudado la producción local de cohetes M75, capaces de alcanzar los suburbios de Tel-Aviv.

A su vez, en el órgano de comunicación de Hamas, Al-Risala, se informa que los túneles que se extienden decenas de metros bajo la superficie, son excavados por miembros del ala militar de ese grupo, las brigadas Al-Qassam, trabajan durante las 24 horas del día. Hamas y otros grupos de Yihadistas ligados a la Hermandad Musulmana, a la que pertenece el derrocado presidente Morsi de Egipto, están en pie de guerra contra Israel y Egipto. El 24 de octubre pasado Egipto cerró sus fronteras a la delegación de Hamas que participaría en las pláticas de Paz con Israel en el Cairo, tras acusar a operativos de Hamas del atentado suicida de un coche bomba que mató a 33 soldados egipcios en un puesto de control en el área de El-Arish en el norte del Sinaí; 5 días antes hubo otro ataque al Suroeste de El Arish, en el murieron 5 soldados egipcios. Egipto ha declarado el Estado de Emergencia de tres meses de duración en el área fronteriza de Israel y Gaza; la imposición de un toque de queda y el cierre del cruce de Rafah, que comunica a Egipto con la Franja; mientras tanto, Jaled Mashaal, multimillonario líder de Hamas, desde su casa de Doha, capital de Qatar, “estará bien nutrido por el Emir de ese país llamando a la Guerra Santa (Yihad) contra el Satán israelí”. Las bases están puestas para que surja una nueva revuelva palestina (Intifada); sin embargo, lo cierto es que un Estado Palestino no puede emerger de la guerra, sino de un proceso de paz negociado.