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AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

El pasado Shabat miles de personas experimentaron su belleza por primera vez en sus vidas. Estoy segura de que para muchos la experiencia tocó lo más profundo de su ser e incluso se vieron transformados por ella. Pero este sentimiento se desvanecerá a menos que transformemos la inspiración en acción. Aquí hay tres formas para hacer esto, las cuales son aplicables también a todo tipo de experiencias inspiradoras:

1. Enséñaselo a alguien más. Incluso si sólo sabes unas pocas ideas, compártelas. Incluso si sólo has asistido a una mesa de Shabat, cuéntale sobre la experiencia a algún amigo que nunca ha tenido la oportunidad de ir a una. Si sabes A, enseña A. Cuando aprendas B, enseña B. Cada vez que recibes el regalo de la sabiduría, transmítelo al menos a una persona que conozcas.

2. Transfórmalo en un cambio de 5 minutos. Toma 5 minutos de tu día y utilízalos para hacer algo con respecto a lo que experimentaste. No importa qué cosa hagas. Aprende algo nuevo. Reza. Piensa. Haz un acto de benevolencia. Escribe las lecciones que has aprendido. Lo importante es que lo hagas de forma constante, para que el estallido de inspiración se transforme en una fuente diaria de luz.

3. Sepáralo en partes y haz lo que puedas. Probablemente te encantó experimentar un Shabat, pero no te imaginas respetándolo todas las semanas al menos por ahora. Por lo tanto, crea una lista de pequeñas metas específicas que sí puedas lograr. Como por ejemplo encender velas. O hacer kidush. O ir a la sinagoga el sábado por la mañana. Comienza tu lista por la meta más fácil y termínala con tu meta final. De esta forma podrás tomar la inspiración y transformarla en un plan concreto antes de que comience a desvanecerse.

Recuerda, no es todo o nada.

“Nada cambia a menos que algo cambie”.

Fuente:Halajá Diaria