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EMMANUEL NAVON

Durante una reciente entrevista con el The Times of Israel, el ex embajador estadounidense en Israel Daniel Kurtzer “advirtió” a Israel que no desarrollara demasiado una estrecha relación militar con China. No hay nada nuevo acerca de la oposición de Estados Unidos a las relaciones militares de Israel con China. En 1992, Estados Unidos acusó a Israel de compartir la tecnología de misiles americana del Patriot con China. En 2000, Israel tuvo que cancelar la venta de su Falcon Airborne Warning and Control System (AWACS) a China debido a que el gobierno de Estados Unidos amenazó con cortar sus 2.800 millones dólares de ayuda militar a Israel. Lo que es nuevo, sin embargo, es que Israel ya no es “advertido” sobre un acuerdo militar concreto con China (actualmente no existe un acuerdo de ese tipo), sino sobre el hecho de que esté reequilibrando progresivamente su política exterior hacia el Lejano Oriente. Los Estados Unidos sienten con razón que está perdiendo algo de su influencia sobre Israel. Sin embargo, la capacidad de Israel de reducir su dependencia militar y diplomática de la buena voluntad de los Estados Unidos es un hecho positivo.

La disminución del alcance global de Estados Unidos no es sólo una teoría. China está llevando a cabo ejercicios militares conjuntos con Irán; Estados Unidos está más que ansioso por llegar a un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear; Rusia está siendo capaz de reconquistar sus antiguos satélites pese a las sanciones económicas lideradas por los Estados Unidos; el ISIS está progresando a pesar de los ataques aéreos de Estados Unidos, y Turquía no coopera, a pesar de las presiones de Estados Unidos; en África, China es un actor más influyente y poderoso que los Estados Unidos. En cuanto a la relación entre Estados Unidos e Israel, algo ha cambiado en la actitud de Estados Unidos. El gobierno de Obama sigue culpando a Israel y absolviendo a la Autoridad Palestina (AP) de la ausencia de paz. Durante la operación Margen Protector de este verano pasado, la administración Obama trató de imponer a Israel un alto el fuego qatarí-turco favorable a Hamas, mientras bloqueaba envíos de misiles a Israel. Mientras Estados Unidos es cada vez menos poderoso y menos fiable, Israel actúa correctamente diversificando sus alianzas estratégicas, especialmente con Asia.

Israel fue el primer país de Oriente Medio en reconocer al régimen de Mao Zedong. Sin embargo, cuando la China comunista pidió a Israel que estableciera plenas relaciones diplomáticas en 1954, Israel dudó por temor a alienarse a los Estados Unidos. Las preocupaciones de Israel eran injustificadas ya que la política de Oriente Medio de la administración Eisenhower era, de todos modos, abiertamente pro-árabe. De hecho, los propios Estados Unidos establecieron relaciones diplomáticas plenas con la China comunista en 1979. China e Israel comenzaron el desarrollo de sus relaciones militares no oficiales en la década de finales de 1970, gracias a la “división chino-soviética“. Hoy en día, Israel es el mayor proveedor de China de tecnología y equipos militares después de Rusia. China es también el tercer mayor socio comercial de Israel, con un volumen comercial anual de 10 mil millones de dólares. China se beneficia de la experiencia de Israel en tecnología militar, energía solar, riego y desalinización. En 2013, China ganó una licitación de 2.000 millones para construir el ferrocarril estratégico “Med-Rojo” que unirá los puertos de Ashdod y Eilat, y un centro de investigación conjunto de 300 millones de dólares se estableció entre las universidades de Tsinghua y Tel Aviv.

Israel también está profundizando sus lazos estratégicos con la India. Las dos naciones estaban en desacuerdo durante la Guerra Fría, cuando la India estaba alineada con la Unión Soviética. Durante años, el Partido del Congreso hindú se negó a establecer relaciones diplomáticas con Israel por temor a alienarse a la minoría musulmana del país y a los aliados diplomáticos de la India en el extranjero. Esta política fue criticada por la oposición nacionalista hindú. Con el fin de la Guerra Fría, la India perdió su patrocinador soviético. A medida que la rivalidad indo-paquistaní se deterioraba y se propagaba el terrorismo islámico, la India se aproximó a Israel por su experiencia tecnológica y militar. Esta alianza entre Israel y la India tras la posguerra recibió un nuevo impulso con la victoria electoral del partido pro-Israel hindú BJP en 1998 y, más recientemente, en el año 2014. Hoy en día, la India es el mercado militar más grande de Israel (lo que representa casi la mitad de sus exportaciones militares en todo el mundo), y el segundo socio comercial asiático, después de China. El nuevo gobierno de la India acaba de anunciar que compraría 13.100 millones de dólares en equipo militar y tecnología israelí, rechazando una oferta de Estados Unidos que representaba a la competencia.

Lo mismo ocurre con Japón, un país que tuvo que rebajar sus relaciones con Israel tras el embargo petrolero de 1973 impuesto por los miembros árabes de la OPEP. Pero con su estancamiento económico crónico, Japón ahora entiende que su crecimiento depende menos del petróleo árabe que de la tecnología israelí. La semana pasada, Toyota ITC (Centro de Tecnología de Información) celebró su primer hackathon en Israel. Japón busca comprar tecnología israelí para la seguridad cibernética, aplicaciones móviles y robótica.

La profundización de los lazos diplomáticos, militares y económicos de Israel con las principales potencias de Asia constituye un hecho positivo. Las relaciones internacionales están incrementándose. El hecho de que las potencias emergentes del mundo, que solían rehuir al Estado judío, ahora valoran sus relaciones con Israel, resulta un claro indicio de que Israel ha llegado a un nivel sin precedentes de poder económico y tecnológico. Nunca antes en su historia había disfrutado Israel de tal influencia global.

Fuente:safed-tzfat.blogspot.mx