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EDUARDO KOHN

Desde que se impuso la llamada ‘tregua’ entre Israel y los terroristas de Hamas, Israel ha sufrido 9 ataques con misiles.

Silencio absoluto: en los grandes medios internacionales; en el llamado Consejo de DDHH de ONU; en los organismos regionales de nuestra América Latina, tan proclives a ocuparse del Medio Oriente (¿y de América Latina?) bajo el liderazgo y agresividad de varios Presidentes y Presidentas.

Hace casi dos semanas un terrorista de Hamas atacó a transeúntes israelíes que esperaban un tranvía en Jerusalén: una beba de tres meses asesinada; una joven ecuatoriana que murió de sus heridas días después; varios heridos.

Hamas felicitó efusivamente al autor de los asesinatos. Eso y el silencio renovado: en la ONU no se enteró nadie.

Unos días después un rabino fue baleado en Jerusalén, y sigue en estado crítico. El autor del atentado fue abatido.

¿Silencio? No esta vez. El pacifista presidente de la Autoridad Palestina escribió y fue muy claro. Textualmente: ‘Hemos recibido con enojo el anuncio sobre el crimen despreciable perpetrado por las bandas asesinas y terroristas del ejército de ocupación israelí, contra, Muatez Ibrahim Hijazi, quien subió a los cielos como un mártir de la defensa de los derechos de la nación palestina y los lugares sagrados’. Un mensaje de paz, sin duda.

Hoy, mientras esto escribimos, un terrorista atropelló nuevamente en Jerusalén a transeúntes, por ahora un muerto y 13 heridos, muchos muy graves con alto riesgo de aumentar el número de víctimas fatales.

Si el presidente de la Autoridad Palestina dice en idioma árabe que los asesinos son mártires, y en idioma inglés que quiere la paz, el resultado es menos cero. Y no es la primera vez. Y no será la última.

Por eso, las ventanas de oportunidad en Medio Oriente están cerradas. Los líderes de Hamas, Ismail Haniyeh y Abu Marzuk felicitan efusivamente a quienes matan civiles israelíes en el mismo momento que una hija y una hermana de ambos son tratadas de graves enfermedades en hospitales israelíes. Pero de esto último, no se informa en Gaza.

Abbas, el aparente pacifista, eternizado en la Presidencia de la Autoridad Palestina, junta todos los adjetivos del odio cuando habla en árabe e incita a la violencia. En inglés, pide 4 mil millones de dólares para Gaza, aunque los expertos de ONU dicen que se necesita menos de la mitad.

Terrorismo es igual a violencia y violencia es un vocablo perverso que suele reproducirse.

Cuando ahora lleguen los moralistas de nuestra región y de alguna otra, y hablen de uso desproporcionado de la fuerza, porque los civiles israelíes van a exigir a su gobierno que actúe frente a la ordalía de muerte que están sufriendo, ya sabremos definitivamente de qué se trata: la retórica de dividir el conflicto entre buenos y malos, y con ello, con o sin intención, pero un hecho en la práctica, un apoyo reiterado al terrorismo, y se quiera o no, el renovado aumento del antisemitismo.

Fuente:cciu.org.uy