AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

israel-palestine-small

Unas pocas palabras pueden tener un enorme impacto, especialmente a la hora de redactar leyes y sobre todo cuando involucran conceptos religiosos en una zona tan compleja como el Medio Oriente.

Por estos días una discusión parlamentario en Israel ha revivido un viejo debate sobre la “naturaleza judía” de ese estado que puede terminar agudizando las crecientes tensiones entre israelíes y palestinos.

Hasta ahora las leyes fundamentales israelíes (equivalente a una Constitución, junto con decisiones jurídicas y la Declaración de Independencia de 1948) definen al Estado del Israel como “judío y democrático”.

De hecho, Israel se le conoce como “el Estado judío”, pero siempre ha sido una definición polémica que rebaten quienes consideran que una democracia debe ser laica y que, además, desconoce la milenaria historia de los palestinos que viven en la misma región.

Todavía no es ley y, de hecho, por las tensiones dentro de la coalición de gobierno, su discusión ha sido aplazada hasta la próxima semana, lo que a su vez ha aplazado su tratamiento parlamentario.

Consecuencias

¿Qué significa que el Estado de Israel se convierta en una nación judía, o sea, en un estado confesional por encima de la democracia?

Ante todo, que las orientaciones de la mayoría de sus normas, leyes y políticas estén destinadas a favorecer a las personas que profesan el judaísmo.

El marco legal israelí mezcla las costumbres de las leyes británicas heredadas del tiempo del protectorado con normativas cristianas, judías y musulmanas

El problema es que en Israel habitan al menos 1,9 millones de personas que son árabes (un 20% de la población) y que son de otra religión.

Por eso, la posibilidad de que en vez de ser un estado democrático, sea un estado confesional despertó el temor de que la normativa termine privilegiando la naturaleza judía de Israel y que institucionalice la discriminación en contra de los ciudadanos árabes en Israel, que representan un 20% de la población.

Por eso partidos de centro e izquierda han calificado la idea como un “crimen contra la convivencia”.

El fiscal general del país, Yehuda Weinstein, se ha mostrado crítico de que algo así pueda ocurrir. Dijo que la propuesta pone en riesgo el carácter democrático del estado.

Entre otros puntos contenciosos del potencial proyecto se encuentra la idea de que el árabe deje de ser uno de los idiomas oficiales del Estado de Israel, junto con el hebreo, y se convierta un una lengua con estatus especial.

Lugares sagrados

También se cree que prevé dar carácter legal a elementos que están vigentes por tradición, como el respecto de las festividades judías.

Uno de los puntos que podría generar más problemas es uno que plantea la posibilidad de que los lugares sagrados sean declarados parte del Estado de Israel.

Hoy en día, por ejemplo, la Explanada del Tempo (o de las Mezquitas) tiene un estatus especial, que le da mayor acceso a los musulmanes que a los judíos.

Fuente: BBC