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AMOS HAREL

En los próximos días presenciaremos las consecuencias de la muerte del ministro de la Autoridad Palestina tras el enfrentamiento con soldados israelíes.

Ziad Abu Ein fue sepultado en un gran funeral en Ramala este jueves. Además, se prevé que los rezos del viernes vayan acompañados de una ola de disturbios dirigidos por Fatah y la Autoridad Palestina. Los acontecimientos de este fin de semana – la naturaleza de los enfrentamientos entre los manifestantes palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes – indicarán si esta crisis puede frenarse mediante un esfuerzo conjunto entre Israel y la Autoridad Palestina o, por el contrario, es un punto de inflexión que conducirá a una escalada de violencia en los territorios.

Si la calma prevalece o no depende en gran parte de la coordinación de seguridad en Cisjordania. El miércoles, el líder de Fatah Jibril Rajoub afirmó que la Autoridad Palestina suspenderá la coordinación de seguridad con Israel. Por la noche, líderes palestinos se reunieron en Ramala para discutir la continuación de esta colaboración.

Los palestinos pueden dar un gran paso adelante para protestar en contra de la muerte de Abu Ein y satisfacer las expectativas de los residentes de Cisjordania – aunque estas medidas pueden darse a nivel retórico únicamente. Pese a las circunstancias, los israelíes y palestinos podrían establecer un contacto extra oficial y asegurarse de no perder el control de la situación.

Israel propuso que se realice una autopsia con la participación de dos patólogos, israelí y palestino, a fin de calmar las tensiones. Mientras tanto, las FDI desplegaron dos batallones de infantería adicionales y policías fronterizos.

Funcionarios israelíes prevén que Mahmoud Abbas prefiere evitar enfrentamientos violentos.

En los días posteriores a los acuerdos de Oslo, oficiales del ejercito solían hablar de posibles dificultades que tendrían consecuencias estratégicas, como una ola de violencia palestina popular que perturba el proceso de paz. Actualmente no existe proceso de paz, pero la violencia palestina sigue siendo una amenaza.

La muerte de Abu Ein podría tener consecuencias graves – por ser ministro, porque el incidente fue grabado por video, y por el simbolismo de los hechos. Abu Ein era un activista veterano de Fatah, amigo cercano de Marwan Barghouti (preso en la cárcel israelí) y ex preso israelí. Abu Ein fue miembro de la célula que colocó bombas en Tiberias matando a dos adolescentes israelíes en 1979, fue encarcelado y liberado en 1985 en el intercambio de prisioneros conocido como acuerdo Jibril.

Pese a las afirmaciones de altos funcionarios de la Autoridad Palestina, las imágenes del video no parecen indicar que el ministro murió por extrema violencia de los soldados israelíes. Abu Ein era un hombre maduro y fumador con problemas de salud que se involucró en un enfrentamiento físico con las fuerzas israelíes, en donde los soldados posiblemente utilizaron gas lacrimógeno. Las imágenes no muestran disparos o golpes por parte de los soldados, pero la escena de un policía fronterizo tomándolo del cuello y empujándolo hacia atrás ya es bastante grave.

Estas imágenes aparecieron una y otra ves en la televisión palestina el miércoles. El joven que empuja al ministro es un conductor de la policía fronteriza. Hay algunas cosas que aparentemente no cambiarán en los territorios: El ejercito se prepara minuciosamente para la manifestación, coloca a un comandante de batallón que supervisa a las fuerzas y restringe a todos. Finalmente un conductor de jeep que se une a las fuerzas sin casco o chaleco protector causa un grave incidente.

La muerte de Abu Ein puede ser el preámbulo del tipo de incidentes que se esperan en los próximos meses. Probablemente, esta temporada electoral se desarrolle bajo una sombra de tensión en el frente de seguridad. Ante las elecciones, varios grupos podrían deteriorar la seguridad a fin de debilitar al gobierno de Netanyahu e intervenir indirectamente con sus posibilidades de ser elegido nuevamente. Tras indicios de una posible revolución política en el aire, el gobierno puede caldear conflictos para actuar (y así ganar más votos).

La primera indicación de esto se refleja en los comentarios de uno de los más cautelosos representantes del Likud, el Ministro de Defensa Moshe Yaalon. El martes, insinuó que Israel era responsable del ataque en Siria y dijo a los legisladores que el gobierno no permitirá que sus enemigos cruzen las líneas rojas.¨Líneas rojas¨ es el código utilizado por los líderes israelíes para impedir que Hezbolá adquiera armas avanzadas.

Israel generalmente no responde en estos casos, pero aparentemente los comentarios de Yaalon fueron parcialmente motivados por la situación política: La popularidad del Likud disminuye en las encuestas y hay rumores de que Benjamín Netanyahu asigne a Naftalí Bennett como ministro de defensa si gana las próximas elecciones.

Yaalon también intenta acercarse a los colonos, como indica en su discurso pronunciado en la yeshiva de Gush Etzión el miércoles. No es secreto que sus relaciones con los colonos son tensas, ya que esperan un mayor apoyo del ministro de defensa. Ahora Yaalon debe reconciliarse con ellos antes de las elecciones internas del Likud si desea sobrevivir la próxima lucha por el poder y conservar su puesto. Esto puede explicar sus expresiones contra el gobierno de Obama asegurando a los estudiantes de la yeshiva que Obama no será presidente de Estados Unidos por la eternidad.

Ahora es el momento de tener mayor cautela mientras que Yaalon trabaja para evitar un mayor deterioro de seguridad, en colaboración con el actual Jefe del Estado Mayor Benny Gantz y Eisenkot, quien asumirá su cargo en dos meses.

Traducción: Esti Peled.

Fuente: Haaretz.