Torah-Scroll-300x240RABINO SHMULEY BOTEACH

Las mujeres no sólo buscan amor en el matrimonio. Básicamente buscan deseo. Una mujer quiere ser querida, necesita ser necesitada, desea ser deseada. La mujer no contrae matrimonio para ser amada únicamente. Ella entra al matrimonio para ser deseada, para sentir que hay un hombre con una atracción magnética hacia ella. Este es un punto fácil de comprobar.

Si la mujer quisiera ser amada principalmente, ¿por qué entonces renuncia a su hogar paterno? Sus padres nunca la divorciarán, ni le serán infieles. Sus padres la amarán incondicionalmente. Ella no tiene que arreglarse para ellos, no tiene que impresionarlos. Si quieres ser amada, te quedas en casa.

Entonces, ¿por qué en la edad de la adolescencia sus padres tienen que advertirle que vuelva a casa? ¿Cuándo ella cambia el amor incondicional de sus padres por el amor muy condicional de un hombre?

Cuando sus padres le dicen que es la joven más bonita de su salón ella hace cara fea. Ellos dicen eso porque son sus padres, porque ella está en su mente. Ya que esta no es una elección, el amor de sus padres no la hace sentir especial.

Pero cuando un hombre dice eso mismo a una mujer, significa que ella es especial, única. Sus padres pueden darle amor pero no pueden otorgarle lo que desea: ser elegida.

Toda mujer desea ser elegida. Nuestros padres pueden darnos amor pero no la sensación de ser elegidos.

En hebreo hay una palabra específica para ¨esposo¨ (baal), a diferencia de ¨esposa.¨ El término utilizado para identificar a la ¨esposa¨ es ¨mujer¨. La ¨cónyuge¨ es una ¨mujer¨ en esencia. Una mujer es siempre una mujer, independientemente de quién es o que función tiene en la vida. Nunca puede ser totalmente poseída, ni siquiera en el matrimonio, lo cual es irónicamente positivo. Ella sigue siendo mujer que sólo puede ser ganada a través de una solicitud diaria de dedicación emocional y afecto, no mediante el compromiso de la institución conyugal. Las mujeres se sienten atraídas por hombres que las desean.

Este punto se encuentra ilustrado en la historia de Bruria, esposa de un sabio hebreo, el Rabino Meir, e hija del martirizado sabio, Rabino Jananiá Ben Teradión. Bruria es una de las pocas mujeres sabias mencionadas en el Talmud. Ella era una intelectual y un ejemplo de la fe, quien demostró su habilidad de consolar el dolor de su esposo al aceptar la voluntad del Todopoderoso cuando sus dos hijos perecieron en trágicas circunstancias.

Una curiosa historia mencionada en el Talmud (Avodá Zará 18b) sólo como el ¨incidente de Bruria¨ tiene mucho que enseñarnos sobre el enfoque tradicional judío en torno a la sexualidad de la mujer. Rashi, un judío erudito del siglo once comenta sobre esta referencia críptica:

Una vez, [Bruria] se burlaba de los Sabios diciendo que las ¨mujeres son sugestionables¨ (Kidushin 80b, Shabat 33b). El Rabino Meir le respondió: ¨En el trascurso de tu vida confirmarás sus palabras.¨ Entonces ordenó a uno de sus discípulos que la sedujera. [El alumno] la cortejó por varios días hasta que ella asintió. Cuando ella descubrió la trama se suicidó estrangulada y el Rabino Meir huyó envuelto en vergüenza.

Mucho se ha escrito en torno a este relato extraordinario y desgarrador a través de los siglos. Yo les daré mi perspectiva. Bruria escuchó que su esposo enseñaba a sus alumnos el pasaje (Kidushin 80b) del Talmud ¨Nashim daatán kalot aleihen¨, literalmente indicando que las mujeres son ¨sugestionables¨ o están ¨aturdidas¨. Rashi explica que esto significa que son desinhibidas y receptivas sexualmente y que aparentemente a esto se refería el Rabino Meir.

Las mujeres son mucho más sexuales que los hombres. Imagino al Rabino Meir indicando a sus alumnos que los maridos no deben tomar de hecho que sus parejas les serán leales permanentemente. En cambio, les explicó que ellas son profundamente románticas e impresionables. Una mujer difícilmente resiste a un hombre que enfoca su atención en ella. Por consiguiente, el cónyuge debe asegurarse de ser el seductor de su mujer.

Bruria no estuvo de acuerdo con la afirmación del Talmud que las mujeres son seducidas fácilmente. ¨Tú estás insultando a las mujeres al insinuar que no somos naturalmente morales y que cualquier Don Juan es capaz de cortejarnos. Yo no soy básicamente una persona emocional, sino una intelectual como tú. Cuando sé que algo está mal, esto responde a una clara convicción,¨ reclamó a su esposo.

Ahora, todo esto es obvio. Las mujeres son tan inteligentes, activas y ambiciosas como los hombres. Pero también están enamoradas del amor, lo que las transforma en más humanamente sensibles.

¨En el transcurso de tu vida, serás testigo de la verdad de este aforismo,¨ respondió el Rabino Meir.

El rabino pretendía comprobarle a su esposa la sabiduría del Talmud, recluyendo trágicamente a uno de sus alumnos para que la seduzca. Bruria se resistió al joven pero éste persistió. No sabemos si el alumno sentía algo por ella a si sólo pretendía cumplir las órdenes de su maestro. Tampoco sabemos si ella finalmente cedió a la seducción.

De cualquier manera, el desenlace la condujo a tomar acciones drásticas. ¿Por qué ella se sintió tan humillada entonces? Una opción es que al haberse comprometido moralmente, no podía seguir viviendo con ella misma. Otra explicación es que temía que otras personas se dieran cuenta. Yo no acepto ninguna de estas dos respuestas ya que ella es la misma Bruria que perdió a sus dos hijos y observó cómo su padre fue quemado vivo por enseñar Torá y aún así perseveró en su fe.

Yo pienso que Bruria se sintió humillada hasta el punto de desear poner fin a su vida debido a que su cónyuge estaba en lo cierto. Pese a sus pretensiones de ser alguien que supera emociones y pasiones, y elige su propio camino como alguien que es dueño de su destino, guiada sólo por principios lógicos y tajantes, ella descubrió que en realidad, la pasión humana sobrepasa al intelecto.

Y esto es cierto tanto para hombres como para mujeres.

Shmuley Boteach, conocido como el ¨Rabino de Estados Unidos,¨ es autor de 30 libros más vendidos internacionalmente. Boteach fue galardonado con el premio Predicador del Año, según el London Times, y recibió la más alta condecoración por excelencia en comentarios otorgada por la Asociación de Prensa Judía Americana.

Traducción: Esti Peled.

Fuente: The Algemeiner