Edy Cohen

SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los esfuerzos y los intentos de Irán para desestabilizar a los estados árabes por medio de la subversión han sido una gran fuente de tensión.

Ayatola JameiniMientras que los diplomáticos iraníes invierten enormes esfuerzos en llegar a un acuerdo con Occidente respecto a su programa nuclear, parece que ese asunto es sólo uno de muchos en la placa del régimen del Ayatola. De hecho, la nación iraní se enfrenta a una plétora de retos en este momento, procedentes principalmente de los gobiernos de los estados árabes.

Los esfuerzos y los intentos de Irán para desestabilizar a los estados árabes por medio de la subversión y la ayuda a los grupos chiítas han sido una gran fuente de tensión. Irán se ve a sí misma como una superpotencia regional, y ha adoptado una estrategia que le ha permitido acumular mucho poder e influencia en el Golfo Pérsico y el Medio Oriente. Es con este poder que Irán cree que será capaz de proteger a las minorías chiíes en los estados árabes, a la vez que destruir a la “entidad sionista”. La caída del régimen del dictador iraquí Saddam Hussein y la retirada de las fuerzas estadounidenses de Irak presentaron a Irán una oportunidad única para ampliar su influencia a otras naciones.

El “pulpo iraní” opera tanto pública como encubiertamente en varios países árabes. La marca de sus actividades es “exportar la revolución” para el mundo árabe, y es especialmente activa en países con poblaciones chiítas como Líbano, Yemen e Irak. Los Iraníes proporcionan ayuda en forma de dinero y armas a grupos chiítas en esos países. Ellos están ayudando a los houthis a tomar el poder en Yemen, por ejemplo. No es ningún secreto que la Guardia Revolucionaria iraní entrena a combatientes houthis en territorio de Eritrea por mucho dinero, que desemboca en las arcas de los líderes corruptos del país bajo el pretexto de tratados bilaterales.

Irán creó a Hezbolá en el Líbano y proporciona al grupo su armamento más avanzado. Esto llevó a que la minoría chiíta en Líbano, antes un grupo oprimido, ahora cuente con la milicia más poderosa del país al punto de representar una amenaza para el ejército local y la estabilidad nacional. Hoy Irán es un actor central y tiene una enorme influencia en el Líbano. En los últimos ocho meses, los miembros del parlamento libanés pertenecientes a Hezbolá han estado saboteando esfuerzos para nombrar a un nuevo presidente libanés. Michel Suleiman, el anterior presidente, completó su mandato en mayo. El objetivo es detenerse hasta que se pueda encontrar un candidato que sea del agrado de los chiítas e Irán.

La participación iraní en Irak incluye la financiación, entrenamiento y armamento de las milicias chiítas. Su influencia política, económica y religiosa en Irak lo ha convertido efectivamente en un estado patrocinador, situación que se ha incrementado por la frontera común y el ascenso del Estado Islámico. Siria y Hamas son aliados no chiítas de Irán. Los iraníes están ayudando a los sirios a combatir al Estado islámico y otros rebeldes en esfuerzos para llevar al asediado presidente Bashar Assad de Siria, socio natural y preferido de Irán, a que recupere de nuevo el control total. Es en este contexto que Irán admitió por primera vez que estaban bombardeando objetivos del Estado Islámico, y ayudando al régimen sirio contra los rebeldes y el Estado Islámico. En cuanto a los palestinos, Irán ve la obligación moral de apoyar a Hamas en su lucha con Israel y provee a la organización terrorista armas y dinero.

La participación iraní también se extiende hasta el Golfo Pérsico. En 1971 capturó las islas de Tunbs Mayor y Menor y Abu Musa, que los Emiratos Árabes Unidos veían como suyas. La toma de posesión puso de relieve el peligro que representa Irán para sus vecinos árabes. A pesar de la participación de la Liga Árabe, el conflicto aún no se ha resuelto.

Irán también opera en el vecino Bahrein y está ejerciendo esfuerzos para aumentar su influencia en el pequeño reino. Irán reclama la propiedad sobre Bahrein, nada menos. La mayoría chiíta en Bahrein da legitimidad a la pretensión iraní. El reino de Bahrein acusa a Irán de subversión. Irán ha dicho en más de una ocasión que Bahrein es una de las provincias de la república islámica.

Con la influencia militar, económica y religiosa de Irán representando una amenaza de seguridad nacional para los Estados árabes, bloquear el programa nuclear iraní es la más alta prioridad de esos países. Un Irán nuclear plantearía una amenaza mucho mayor para las naciones árabes.

Desde Israel against terror.blogspot.com.es

Traducción: Silvia Schnessel