AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO


Hace un mes, Don Benjamín todavía tocaba el órgano en su casa de la colonia Portales.

“No es el dinero la fuerza del Pueblo Judío, sino la solidaridad” dijo Don Benjamín Laureano Luna, defensor de los Derechos Humanos, del Pueblo Judío y de Israel.

Laureano Luna se refería a las muestras de fraternidad que le demostró nuestra colectividad cuando sufrió los embates del cáncer y un deterioro de sus funciones vitales.

Descendiente de los cripto judíos, donde su padre el Abogado Baltazar Laureano Ramírez era el Rabino de la Congregación Kahal Kadosh Bnei Elohim de los “judíos de Vallejo” o “judíos de Venta Prieta”, misma donde él siguió siendo el guía espiritual en su domicilio de la Colonia Portales. Como abogado, su padre ayudó a muchos de los primeros inmigrantes judíos a tramitar la ciudadanía mexicana; además fue clave para la fundación en 1930, del primer periódico en idish “Der Weg”, fundado por el Sr. Moisés Rosenberg, con el que compartió sus oficinas y con quien en 1937 colaboró estrechamente para la publicación del semanario en español “La Verdad”.

Como fundador del Frente Mexicano Pro Derechos Humanos, Don Benjamín colaboró como activista con el Lic. Sergio Nudelstejer, en la lucha pro los Derechos de los Judíos de la URSS, donde participaron destacados intelectuales mexicanos. Con el Lic. Nudelstejer mantenía una relación amistad desde su juventud: gracias a sus conocimientos musicales, el joven Sergio formó una orquesta de estudiantes para amenizar los famosos Tés Danzantes de aquella época y el joven Benjamín era nada menos que el pianista. Cabe mencionar que su hermano, que tenía una voz privilegiada, fungía como jazán en las bodas y fiestas judías.

Don Benjamín es un extraordinario defensor en pro de los Derechos Humanos de los más desprotegidos, no sólo en México sino a nivel internacional.

En la Comunidad, siempre está al tanto de los sucesos del mundo judío y como analista, no deja de denunciar todo aquello que afectaba al pueblo judío.

Como colaborador de Enlace Judío y del periódico Kesher, su capacidad de análisis político le permite anticiparse, a veces, a los acontecimientos; nos sorprende sobremanera leer, semanas después, en algún medio noticioso internacional, los desarrollos que él ha vaticinado.

Su casa está siempre llena de visitantes: ya sea por consultas, pues es médico iridiólogo y heredero de los conocimientos de herbolaria mexicana; o por quienes buscaban su apoyo en la lucha por los Derechos Humanos y la Justicia.

Participa en el quehacer político de nuestro país y es normal su presencia en la Cámara de Diputados. También imparte el curso de Guerra Secreta y Contrainsurgencia en planteles de nuestra ciudad.

Miembro de APEIM (Asociación de Periodistas y Escritores Israelitas de México), es respetado por la celeridad y veracidad de su pluma.

Aproximadamente, una vez al mes, Don Benjamín y yo celebramos reuniones en un Sanborn’s cercano a su casa, en las que, alrededor de un café, de un rollo de canela y de un mapa, me explica la mecánica de la política internacional, las alianzas y el entramado de los poderes.

Es este gran hombre que, hoy, en la Unidad de Terapia Intensiva del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, se debate entre la vida y la muerte. Sus dos hijas se turnan para atenderlo y luchan por solventarlos gastos generados por el tratamiento de la enfermedad. Si alguno de nuestros lectores desea apoyarlo, pueden llamar al (55)10530247 o al (55)53201103 (Ciudad de México).

Desde la redacción de Enlace Judío, le deseamos a Don Benjamín un pronto restablecimiento.

Gracias a Manuel Taifeld por su apoyo en la redacción de la presente nota.