nisman.php_11ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Por Seth Frantzman

“Me pregunto cómo estas personas sabias y de buen corazón podían haber caído en la trampa y terminar del mismo lado de los fascistas del país,” escribió Meir Margalit, coordinador de la mesa de América Latina, en el Foro de Organizaciones de la Paz.

Esto es parte de un artículo conspiratorio en el diario israelí Haaretz titulado:Los judíos de la Argentina están sirviendo a la revolución silenciosa de la extrema derecha.” El artículo forma parte de una campaña más amplia contra los judíos de Argentina, utilizándolos como chivos expiatorios de los problemas del país.

El pasado septiembre, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner atacó a las organizaciones judías en su discurso ante la ONU, alegando que se habían “vuelto contra ella.” Ahora el fiscal principal que se atrevió a implicar al gobierno en las negociaciones con Irán que se remontan al ataque terrorista de 1994 en la comunidad judía de Buenos Aires, ha sido asesinado, mientras que Kirchner y sus aliados crean sus propias teorías conspiratorias.

Cómo es que una comunidad de  180,000 judíos de Argentina – la comunidad más grande de América Latina – se convirtió en un ogro y se les culpa de todo lo que sucede en ese país? Según Margalit, sin saberlo. Algunos medios han comentado: “la comunidad judía es jugando un papel en este asunto despreciable mientras protesta por el acuerdo que Argentina firmó con Irán.” La comunidad judía está “infectada por la obsesión con Irán”. “Este asunto apesta a una conspiración de la derecha, en confabulación con los que fueron oficiales de la policía y el ejército, para derrocar al gobierno y destruir la democracia en Argentina.”

Resulta irónico que se culpe a los judíos de ser parte de una conspiración de derecha en la Argentina, dado que muchos de ellos fueron víctimas de la junta militar que gobernó el país entre 1976 y 1983. Los investigadores señalan que cerca de 3,000 judíos fueron víctimas de la dictadura.

Pero existe una relación nefasta y extraña entre Israel, Argentina, Irán y los problemas que enfrentan los judíos de Argentina. El canciller argentino Héctor Timerman es judío y su padre, Jacobo Timerman, fue encarcelado por la junta y huyó a Israel en 1979. Pero en 2013, Héctor Timerman fue el hombre clave en la decisión de Cristina Fernández para firmar un acuerdo con los iraníes a fin de crear una comisión para investigar el bombardeo en el centro de la comunidad judía de Argentina, que mató a 85 personas. Timerman firmó un acuerdo con el país acusado de ser el responsable del asesinato en masa de judíos en Argentina.

En una reunión con la embajadora de Israel Dorit Shavit en 2013, Timerman lanza una diatriba, “Israel no habla en nombre del pueblo judío … el deseo de Israel de involucrarse sólo aporta armas a los antisemitas que acusan a los judíos de doble lealtad. Una vez más,”los judíosson el problema.

Alberto Nisman, el fiscal argentino que investigó el atentado contra la AMIA durante una década, desglosó los detalles de la colaboración iraní e incriminó al comandante de Hezbolá Imad Mughniyeh en 2006. No es de extrañar que luego de señalar a los militantes de Hezbolá, y acusar al gobierno argentino de encubrimiento, Nisman corría peligro, con varias personas que podían beneficiarse de su muerte.

El 15 de enero de 2015, justo antes de comunicar sus últimos hallazgos que incriminaban al gobierno de Kirchner, recibió un disparo en la cabeza. El periodista Damian Pachter, que descifró la historia de la muerte, dijo que lo perseguían y sintió la presión del gobierno. Finalmente huyó a Israel y relató su historia en una columna de Haaretz el 25 de enero. “Lo que sí sé es que el país donde nací no es el lugar feliz de mis abuelos judíos,” señaló.

El hecho de que un periodista judío descifró la historia de la muerte misteriosa de un fiscal judío, y que ahora se encuentra en Israel profundizó la narrativa de conspiración. Cristina Fernández de Kirchner decidió incriminar a su propia agencia de inteligencia y desmantelarla. ¿Por qué la líder de un país actúa como juez y jurado mientras habla de conspiraciones? The Economist señaló correctamente: “Lo que falta en su soliloquio es simpatía por los afligidos por la muerte de Nisman, además de garantías de que el sistema de justicia logrará descubrir lo que había sucedido.”

Los judíos están pagando el precio por lo que debía ser una cuestión sencilla. Si cualquier otro edificio hubiese sido atacado por terroristas dejando 85 víctimas, la investigación no habría tomado 20 años – especialmente ante la sospecha de la implicación de un país ligado al terrorismo como Irán.

La investigación sobre la muerte de Nisman se ha convertido en la fuente de interés de los medios en todo el mundo. Cuando Kirchner habló ante la ONU en septiembre de 2014, pocos escucharon su discurso detenidamente. La presidenta alegó que “demonios internos y externos se habían desencadenado debido a la firma del memorando de entendimiento con Irán. Las instituciones judías que nos habían apoyado todos los años se volvieron contra nosotros.

Kirchner comparó el papel de los judíos argentinos con los “fondos buitre que presionaron ante el Congreso de Estados Unidos.” ¿Buitres? ¿Demonios? En lugar de ser considerados víctimas, los judíos argentinos son vistos como un problema. Ellos son los culpables del “deterioroen las relaciones de la Argentina con Irán, y son acusados de “doble lealtad” o de estar detrás de lasintrigas de la derecha“. Son criticados de estar “obsesionadose “infectadospor el deseo de conocer la verdad acerca de quién asesinó a tantos de ellos en 1994.

El caso de Argentina muestra cómo antisemitas culpan a judíos por ser las víctimas; cómo la extrema derecha los persiguió y la izquierda los culpó; y que independientemente de lo que hagan, serán constantemente atacados a menos de que permanezcan en silencio.

Traducido desde The Algemeiner para Agencia de Noticias Enlace Judío México

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