ENRIQUE RIVERA PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Él colgó el estetoscopio hace unos dos años, dejando con ello una tristeza muy grande en las abuelas y madres que extrañan su dedicación, conocimientos, trato, gentileza, amabilidad y, sobre todo, su calidez humana.

Que los adultos recuerden a los pediatras de sus hijos es bueno; que los hijos recuerden a los pediatras de sus hijos, es increíble; pero que los hijos de los hijos y los papás recuerden con mucho cariño al pediatra es algo extraordinario. Llega a pasar y lo demostró hace unos días el emotivo homenaje que padres, hijos y nietos prodigaron al Dr. Nathan Viskinn, quien desde hace alrededor de 59 años comenzó su carrera profesional y marcó una diferencia notoria, tiempo durante el cual los padres y madres lo respetaron y quisieron.

A algunos niños les daba un poco de resquemor el que prescribiera inyecciones como si nada, siempre que se requiriera. Pero este sencillo homenaje, lleno de puntos tan sensibles y emotivos y que se llevó a cabo en el CDI, dejó entrever el gran cariño que se le tiene a este “revolucionario” –por decir lo menos- galeno que sorprendió a muchos padres, doctores y demás.

Hubo pastel, regalos, fotos y palabras, y los abrazos que le dieron podrían llenar una camioneta de redilas. Enlace Judío estuvo ahí y pudo platicar en exclusiva con muchas de estas mujeres que, en su tiempo, se “arriesgaron” a poner la salud de sus hijos en las manos del hoy afamado Dr. Viskin. Él colgó el estetoscopio hace unos dos años, dejando con ello una tristeza muy grande en las abuelas y madres que extrañan su dedicación, conocimientos, trato, gentileza, amabilidad y, sobre todo, su calidez humana.

Cabe resaltar el hecho de que muchas de ellas lamentaron el que no haya un galeno que haya recogido y que esté aplicando los conocimientos de este querido doctor, el cual siempre será recordado por una secuela de “víctimas” agradecidas, bendecidas y felices de haber recibido su atención y su filosofía de la atención médica.