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Por Boaz Bismuth
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Al igual que en París hace un mes, el terrorismo yihadista dio un golpe a la libertad de expresión este fin de semana en Copenhague. Los objetivos – un seminario de libertad de expresión en un café y judíos rezando en una sinagoga – no fueron casuales. El presidente estadounidense Barack Obama debería tomar nota de ello. Esto no fue imprevisto, ya que el continente europeo está infectado de yidahismo. Los principales síntomas de esta enfermedad son los ataques contra valores y judíos.
Dinamarca volvió a ser el blanco del terrorismo islámico. Esto no es sorprendente, ya que en 2005, Dinamarca era la fuente de las caricaturas del profeta Mahoma que irritó a millones de musulmanes en todo el mundo, provocando violentas manifestaciones contra los infieles.
Pero hay otra cara de la moneda. ¿Cómo es que Dinamarca se convirtió en el país con el mayor número de los ciudadanos per cápita que han viajado a Siria para luchar como yihadistas? Dinamarca es considerado uno de los países más cómodos del mundo para vivir. Dinamarca ama a sus inmigrantes y siempre se esfuerza por servir a sus ciudadanos. Pero como dicen en “Hamlet”, parece que algo está podrido en el estado de Dinamarca. La radicalización entre la población musulmana del país se ha incrementado, lo que hace pensar que quizás el modelo escandinavo ha fallado.
Si este es el caso, esto beneficiará al Partido Popular Danés, que desea poner fin a la inmigración y excluir a Dinamarca de la Unión Europea. Como el presagio en “Sometimiento,” el nuevo libro del autor francés Michel Houellebecq, en Dinamarca, la derecha y los musulmanes se preparan para una guerra total o al menos una guerra cultural.
Dinamarca está en shock.
“No hemos experimentado algo de esta índole desde la Segunda Guerra Mundial,” comentó un periodista holandés. “Esto es como una pesadilla. Sabíamos que existía la amenaza, pero era teórica hasta que algo realmente sucedió.”
Así que ahora los daneses – como los franceses y los belgas – comprenden que ya no se trata de una amenaza, sino de una realidad. El Primer Ministro danés Helle Thorning-Schmidt tenía razón al llamar al incidente un ataque terrorista.
Desde que la caricatura del profeta Mahoma con una bomba en su turbante apareció en el diario conservador Jyllands-Posten el 30 de septiembre de 2005, los islamistas vieron a Dinamarca como enemigo. Ahora, la bomba de tiempo se encuentra en la cabeza de Europa. Pero esta vez no es una caricatura, tampoco una broma.
Traducido desde Israel Hayom para Agencia de Noticias Enlace Judío México.
