SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Ofra Haza fue una de las cantantes más populares de Israel. Representó a su país en Eurovisión en 1983 y quedó segunda, pero también formó parte de los coros de Avi Toledano en 1982, segundos también. Con todo, esta es la historia de una tragedia, porque que una mujer fallezca en plena juventud no es más que eso, una gran tragedia. En homenaje a ella eurovision-spain.com dedica esta biografía a esta mujer de ojos penetrantes y sonrisa mediterránea que nos dejó en el 2000 a los 42 años de edad.
Ofra nació en Tel-Aviv (Israel) el 19 de noviembre de 1957. Era la pequeña de una familia de nueve hermanos que residían en una población cercana a Tel-Aviv, Hatikva. Son de origen yemení y de costumbres muy tradicionales. Forman una familia humilde pero con muchas aptitudes para la música sobre todo folk tradicional de su país. Desde pequeña la madre de Ofra cantaba con ella y por eso cuando fue mayor comentaba que allí se inició su gusto por el mundo de la canción y sus aptitudes para este arte, que fue ampliando conforme se iba haciendo más grande, todo gracias a su madre.
Con doce años de edad, en 1969, debutó en la compañía de teatro de la población donde residía, Hatikva. El fundador del grupo era Bezalel Aloni que años después sería su mánager. Permaneció en el conjunto hasta los 19 años de edad, y fue afianzándose como una intérprete de fuerza y carisma. Con esa edad es cuando inició su carrera en solitario que le depararía grandes éxitos, corría el año 1976, haciendo coros, como bailarina, etcétera. Grabó su primer trabajo como cantante.
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Pero no será hasta su aparición en Eurovisión como solista cuando subió como la espuma. Nunca renunció tampoco al sabor del folk propio del Yemen, y ese aroma muy mediterráneo también en sus canciones. Como decía, su actuación en el Festival de Eurovisión en Munich en 1983 fue todo un bombazo. La canción “Hai” –Vivo- obtendrá 16 discos de Oro y un disco de Platino. Es quizás uno de los temas más conocidos de Israel en la historia de Eurovisión. Además será la gran plataforma para hacerse internacionalmente conocida.
Ofra ya formó parte de los coros y baile de Avi Toledano en 1982 en Harrogate, Allí quedaron segundos. Y cómo la fórmula resultó positiva, en 1983 Avi Toledano le compone el tema “Hai” con letra de Edhud Manor. De nuevo obtienen la medalla de plata. Fue una actuación muy comentada, primero porque se hacía en Alemania, judíos en Alemania defendiendo un tema tan tradicional. Aunque las cruentas heridas de los años treinta y cuarenta había cicatrizado un poco tras el exterminio nazi de la población judía, la participación de Israel en este Festival se consideró un símbolo, porque a pesar de todo, el pasado no se puede ni debe olvidar. De hecho, en esa ciudad y en la misma Villa Olímpica donde se hacía el Festival once años antes habían sido asesinados deportistas y periodistas de la delegación hebrea en las Olimpiadas de Munich de 1972. Se sumaban muchas cosas y el “morbo” estaba servido. Con todo, la actuación de Ofra fue la más aplaudida de la noche por parte del público, junto a la de los anfitriones Hoffmann und Hoffmann, la ganadora Corinne Hermès por Luxemburgo, Carola por Suecia y el guapo yugoslavo Daniel Pópovic. Ofra estuvo a punto de ganar ya que sólo la separaron seis votos del primer lugar. Tenía 25 años y muchas ganas de triunfar y así será en los años siguientes.
Ofra completaba sus actuaciones con vistosas danzas de aires tradicionales yemeníes, muy completa en sus números hizo entre 1983 y 1984 muchas galas por Europa. En 1985 saca su álbum “Yemenite Songs” que enseguida se hace un éxito de ventas en Israel.
El 3 de febrero de 1987, tras una gira por Los Ángeles, Estados Unidos, estuvo a punto de morir en un accidente de avión. La avioneta en que viajaba casi se estrella entre la frontera jordano israelí en Cessna. Salió intacta de accidente, pero desde entonces celebró el 3 de febrero de cada año como el día de su segundo nacimiento.
En 1988 aparece un remix que titula “Paid in Full” que está en la banda sonora de la película “Colors”.
En 1989 saca otro álbum, “Shaday”, que venderá un millón de copias en todo el mundo y especialmente en los Estados Unidos recibe el Premio al Mejor Álbum Internacional dado en la ciudad de Nueva York. Abrió las puertas del mercado más potente, mientras sus recopilatorios seguían vendiéndose en Israel y Europa. En España se editaron algunos de sus trabajos pero sin repercusión. Los países de habla hispana conocen poco de esta gran artista porque no tuvo la oportunidad de promocionarse bien en ese mercado.
Mientras en Canadá y Japón también empezó a cosechar grandes éxitos. Con el tema “Im Nin Alu” que ganó el primer premio en el Festival de la Canción de Tokio en 1989 se colocó la primera en ventas no sólo en esos países, sino también en Alemania. Este tema es uno de los más famosos de la artista. Su estilo de folk árabe con sonidos hebreos la hizo cantante de fusión porque mezclaba con la música pop, muy peculiar y considerada símbolo en pro de la paz entre civilizaciones enfrentadas.
Finales de los ochenta e inicios de los noventa son su cenit porque se hace una de las artistas israelitas más famosas en el Mundo, respetada en la escena, en la nueva década participará en eventos de mucha importancia como la entrega del Premio Nobel de la Paz a Yithaz Rabin, Simon Peres y Yaser Arafat en 1994. En la entrega celebrada en Oslo la cantante actuó para los presentes a tan insigne acontecimiento.
Dos años antes, en 1992 Ofra con su álbum “Kirya” fue nominada a los Grammy. Esa década estuvo llena de proyectos como la participación en las bandas sonoras de las películas “El Príncipe de Egipto” y “The Governess” en 1998. Sus galas se incrementaban y no paraba de trabajar siempre buscando la calidad y también la comercialidad, porque sus discos no abandonaban el estilo pop que tanto éxito le dio, unido al folk al que no renunciaba, no sólo en la música, sino también en sus puestas en escena y vestuarios.
Aparte de su carrera profesional Ofra también estaba en las portadas de la prensa rosa, ya no sólo por ser una de las cantantes más famosas de Israel y el Próximo Oriente, sino también por sus relaciones sentimentales a finales de los noventa, como sus dos años de matrimonio con el empresario Doron Ashkenazi. No tuvieron hijos y al final la pareja acabó separándose.
Pero la tragedia la rondaba, y la década acabó con el mal estado de salud de la cantante que hizo saltar todas las alarmas. Su delgadez era extrema y se barajaba que podía padecer anorexia, cáncer, enfermedad pulmonar o Sida. La artista fue desmejorándose por momentos y una fatal neumonía hizo que tuviese que ser ingresada el 13 de febrero de 2000 en el hospital Sheba de Tel-Aviv en estado crítico. Su situación empeoró y ya se hablaba de Sida en estado avanzado debido a su tremenda delgadez, que se confirmó con una analítica. Pero la cantante no dijo nada, ni su familia tampoco por lo cual saltaron todas las alarmas en el hospital donde fue ingresada. Unas enfermeras y algunos médicos de dicho hospital se enfadaron porque no habían sido informados de la enfermedad. Quizá ni ella misma tenía conocimiento de la misma. La malograda cantante sufrió la incomprensión y el estigma al final de sus días, injustamente.
La noticia saltó a los diarios hebreos, pero de eso ya ni la cantante tuvo conciencia porque falleció diez días después de ser ingresada, el 23 de febrero de 2000, a la edad de 42 años. Se fue con ella una gran voz, una persona admirable, comprometida con las causas que afectaban a su país, siempre fiel a su cultura y origen. Nos dejó una de las estrellas del Festival de Eurovisión, una de las más recordadas. Ofra, no te olvidamos.
Fuente: Yad beYad
