SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Pilar Rahola inicia una breve serie de artículos dedicados al rebrote yihadista que es perpetrado por los mal llamados “lobos solitarios”, y empieza por la idoneidad del nombre.

Inspire de Al Qaeda publicó en inglés el artículo “Como hacer una bomba en la cocina de tu madre”… 

wolf 

El concepto del ‘lone-wolf fighter’ (luchador lobo solitario, N.E.) nació en los noventa en Estados Unidos, de la mano de los supremacistas blancos Alex Curtis y Tom Metzger, que plantearon la idea de atacar al estado a través de pequeños actos diarios y anónimos de violencia, con el fin de sembrar el terror.

Más allá de los supremacistas y su teoría del “lobo solitario”, son muchos los terroristas de cualquier época que han perpetrado atentados sin otro amparo que su fanatismo y sus ganas de matar, de manera que lo que ahora ocurre con los yihadistas, no es singular, ni nuevo. 


Sin embargo, en el caso del yihadismo, 
¿podemos hablar de “lobos solitarios”? En línea con lo que piensa Eduardo Martín de Pozuelo y todos los que seguimos el islamismo desde años, considero que el término no es adecuado porque da una idea equivocada del fenómeno.

 

Aquí no hay planes terroristas nacidos al albur de un proceso de degradación fanática, sino un trabajo en red sólidamente trabado que aspira a tener un entramado de shahids adiestrados por una cantidad ingente de líderes, textos y proclamas.

 

El acto “solitario” que mata con un kalashnikov en un hipermercado kosher, o dispara en plena calle de Londres, Copenhague, o Sidney, o que ahora tiene en jaque a los Mossos, por el alto grado de riesgo detectado en Barcelona, ha sido previamente alimentado por un cuerpo doctrinal que se propaga a través de publicaciones en red.

Como ejemplo relevante, la publicación Inspire, editada en inglés en el Yémen por Al Qaeda, publicó en su primer número en 2010 un elocuente artículo con sus correspondientes instrucciones, titulado “Cómo hacer una bomba en la cocina de tu madre”, y desde entonces ha mostrado múltiples formas de perpetrar atentados aleatorios contra objetivos anónimos, siempre con vídeo incorporado.

En la misma línea, la publicación on line In Fight, editada en Afganistan, o la reciente Azan de los ‘Mujahidines de Khorasan’, que en julio pasado publicaba un artículo de Mustafá Setmarian que señalaba directamente a España. Setmarian es el gran ideológo de este nuevo yihadismo, y anima a atacar en “acontecimientos deportivos”.

De él nació la idea del atentado en el Maratón de Boston.

Es decir, aquí no hay tipos radicalizados que, en la soledad de su fanatismo, tienen una idea letal.

Muy al contrario, se trata de un cuerpo doctrinal profusamente difundido en red, con ideológos emblemáticos que seducen y reclutan a jóvenes de todo el mundo, para convertirlos en mártires de su yihad.

Detrás hay dinero, tecnología, estrategia y una gran capacidad de penetración.

 

 Y todo está perfectamente organizado para que, al final, el loco de turno perpetre su gesto solitario y macabro. ¿Lobos solitarios?

Lobos bien nutridos y bien dirigidos.