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Los resultados preliminares de las elecciones de 2015 publicados en los tres canales de la televisión israelí revelan 27-28 escaños para el Likud, y 27 para la Unión Sionista. El resto de los partidos lograron los siguientes resultados:

Lista Árabe Unida – 13

Yesh Atid – 11-12

Kulanu – 9

Shas – 7

Judaísmo de la Torá – 7

Meretz – 5

Yisrael Beiteinu – 5

Yajad – 0

Sin embargo, el proceso de formación del gobierno, dependerá de los resultados definitivos, así como de quien tendrá mayores probabilidades de formar una coalición.

El conteo de votos continúa durante la noche, mientras que cifras más concluyentes aparecerán en la madrugada.

Según los resultados de las preliminares, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu podría formar una coalición de derecha con Habayit Hayehudi, Yisrael Beytenu, y Shas – que se han comprometido a respaldarlo, alcanzando 48 escaños.

Si Netanyahu logra atraer a Kulanu y a Judaísmo de la Torá, el Likud alcanzará 63 mandatos, según una encuesta del Canal 2.

La misma coalición suma 64 escaños según resultados del canal 10.

Por otra parte, Shelly Yachimovich de la Unión Sionista Unión asegura que un gobierno de izquierda es factible en base a una coalición de la Unión Sionista con la Lista Árabe Unida y Kulanu de Moshe Kahlon.

Sin embargo, la cruda realidad es que según las encuestas, la coalición natural de Netanyahu es mucho más grande.

Tras la publicación de dichos resultados, Netanyahu llamó a Naftali Bennett de Habayit Hayehudí y a Avigdor Lieberman de Israel Beiteinu para ofrecerles unirse a su coalición de derecha.

Con sus 10 escaños, Kulanu de Moshe Kahlon es la balanza de equilibrio en estas elecciones que puede determinar quien formará la siguiente coalición. Hace unos minutos, indicó a Netanyahu que decidirá a quien recomendar como primer ministro luego que se publiquen los resultados definitivos el próximo jueves.

El índice de votación en las elecciones de 2015 alcanzó un 71.8%, en comparación de un 66.6% en 2013, el más alto en las últimas cinco elecciones.

Mientras votaba esta mañana, Netanyahu se comprometió formar un “gobierno nacional”  con el partido religioso nacionalista Habayit Hayehudi como socio principal y subrayó que no formaría un “gobierno de unidad nacional” con Herzog.

Asimismo, Netanyahu protestó en varias ocasiones por lo que él llamó la financiación extranjera que lleva a los árabes a las urnas causando un posible desequilibrio en las elecciones. “No hay nada ilegítimo en que ciudadanos tanto árabes como judíos voten como les parezca, lo ilegítimo es la financiación. El hecho de que los fondos vienen del exterior, de organizaciones y gobiernos extranjeros a fin de fortalecer la la izquierda. Este movimiento proporciona un poder excesivo a la Lista Árabe extremista, y debilita el bloque de derecha con el objeto de impedirnos formar un gobierno, pese a que gran parte de los ciudadanos israelíes apoyan el campo nacional y me respaldan a mi como primer ministro por parte del Likud.”

Las declaraciones cada vez más beligerantes de Netanyahu reflejaron su exitoso esfuerzo para disuadir a la derecha a votar por el Likud, ya que las últimas encuestas de opinión pronosticaban una ventaja de tres a cuatro escaños para la Unión Sionista.

Por su parte, el líder de la Unión Sionista, hijo del fallecido presidente israelí Jaim Herzog y nieto del primer Gran Rabino de Israel, libró una campaña bastante efectiva, asociándose con Tzipi Livni de Hatnua y centrándose en cuestiones socio-económicas, siendo éstas las principales preocupaciones de muchos israelíes. Herzog responsabilizó a Netanyahu por la alza de precios de la vivienda y el alto costo de vida en general, considerándolo un líder aislado de las preocupaciones del pueblo.

Fuente: Times of Israel