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“La supervivencia de Israel no es negociable” . Es el mensaje que el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha enviado este viernes, víspera de la festividad de Pésaj a Irán y a las grandes potencias que se felicitan por el acuerdo logrado en Lausana.

“Israel no aceptará un acuerdo que permita que un país que quiere aniquilarnos desarrolle armas nucleares. Además, Israel pide que cualquier acuerdo definitivo con Irán incluya un reconocimiento claro y sin ambigüedades de parte de Teherán del derecho de Israel a existir”, ha declarado el jefe de Gobierno israelí en una comparecencia.

Netanyahu realizó estas declaraciones horas después de una tensa conversación telefónica con el presidente estadounidense, Barack Obama, en la que éste no logró convencer al jefe de Gobierno israelí de que el acuerdo marco de Lausana es una buena noticia y de que la seguridad de Israel es una prioridad para Estados Unidos.

Sin embargo, el Departamento de Estado de Estados Unidos rechazó la demanda de Israel de que cualquier acuerdo final con Irán sobre su programa nuclear incluya el reconocimiento del derecho de Israel a existir, diciendo que no era el tema en cuestión.

“Éste es un acuerdo que es sólo acerca de la cuestión nuclear”, dijo la portavoz del Departamento de Estado Marie Harf a periodistas el viernes por la noche, de acuerdo con Fox News. “Es un acuerdo que no se ocupa de otras cuestiones, ni debería.”

Netanyahu reunió este viernes a su gabinete de seguridad, que ha mostrado tras el encuentro su oposición unánime al entendimiento logrado ayer en Suiza y ha coincidido en que el acuerdo, tal y como está planteado, “supondría un grave peligro para la región y el mundo”

“El acuerdo legitimaría el programa nuclear iraní que es ilegal. Dejaría a Irán con una vasta estructura nuclear (…) El acuerdo eliminaría las restricciones sobre el programa nuclear iraní, lo cual permitiría a Irán tener una capacidad de enriquecimiento (de uranio) masiva que podría usarse para producir bombas nucleares en cuestión de meses”, ha advertido el jefe de Gobierno.

Pese a todas estas advertencias, Netanyahu ha mostrado su lado pragmático y ha recalcado que la alternativa a este “mal acuerdo” no es la guerra, sino un buen acuerdo que impida a Irán dotarse del arma atómica. El jueves, miembros del Gobierno israelí dieron a entender que la opción militar contra Irán no estaba descartada.

“La alternativa a este acuerdo marco es un mejor acuerdo, un acuerdo que desmantele de forma significativa las infraestructuras nucleares militares de Irán, que exija que Teherán cese sus agresiones en la región, deje de apoyar el terrorismo en todo el mundo y pare de pedir repetidamente la desaparición de Israel”, resumió este viernes el portavoz de Netanyahu, Mark Regev, a la prensa.

En Israel, la amenaza iraní no es una cuestión de derecha o de izquierda. Todas las fuerzas políticas opinan que un Irán nuclear pone en peligro la existencia de Israel aunque difieran luego en la forma de hacer frente a este peligro potencial.

Desde que se hizo público el acuerdo de Lausana, diversos líderes políticos israelíes coinciden en que hay que trabajar junto a Estados Unidos para lograr un acuerdo final que proteja a Israel.

“La misión del Gobierno ahora es intentar reconstruir las relaciones con la Administración de Obama en la medida de lo posible con el fin de tener influencia en el acuerdo final que será firmado en tres meses”, ha pedido en una entrevista con la televisión israelí Channel 1 Omer Bar-Lev, diputado y miembro de la coalición opositora Unión Sionista.