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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Por Mitch Ginsburg

Desde la perspectiva de la seguridad de Israel, el acuerdo marco alcanzado en Suiza con Irán requerirá tres esfuerzos centrales relacionados con la inteligencia, la diplomacia, y, tal vez, la posición regional de Israel.

Este último puede ser el más apremiante. Israel no se ha visto involucrado desde que la Primavera Árabe se transformó en una guerra sectaria en marzo de 2011. Secreta o abiertamente, el Estado judío ha proporcionado apoyo médico a rebeldes sirios heridos a lo largo de la frontera del Golán y repartido distribuido alimento para bebés y ropa de abrigo.

Recientemente, un residente de la ciudad israelí de Majdal Shams, localidad drusa leal a Assad, fue acusado de espionaje, principalmente a través de Facebook. Él pretendía demostrar que presuntamente, Israel no es un enemigo implacable detrás de una gruesa valla de acero, sino un agente activo de la lucha de Jabhat al- Nusra contra Bashar Assad y los secuaces de Hezbolá dirigidos por Irán. Sudki al-Maqt, ex preso de seguridad quien fue arrestado nuevamente, publicó videos nocturnos de las regiones fronterizas, donde, según él, sin aportar pruebas, las tropas israelíes se reunieron con miembros de la organización afiliada a al-Qaeda.

Una fuente militar confirmó en marzo que la Sede del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel ha discutido la postura de Israel con respecto a la lucha que aún se libra en Siria, mientras que prevalece la visión que las fuerzas al-Quds dirigidas por el comandante iraní Qassem Soleimani, un operativo altamente competente y uno de los actores regionales más influyentes, son el enemigo más peligroso.

El acuerdo con Irán no conducirá a la bomba inmediatamente, pero sí fortalecerá la posición de Teherán en la región.

Las fuerzas apoyadas por Irán controlan actualmente cuatro capitales árabes: Damasco, Beirut, Bagdad, y Sana’a. Increíblemente, mientras líderes diplomáticos iraníes se sentaban alrededor de la mesa de negociaciones en Lausana, los Houthi respaldados por Irán derrocaban al liderazgo yemení.

Aparentemente, Estados Unidos ha optado por retirar su influencia de la región a fin de prevenir bajas americanas y en su lugar, crear, quizás por compromiso, una mayor uniformidad del equilibrio de poder entre un Irán ascendente y las fuerzas sunitas.

Con el acuerdo en mano, Irán probablemente tome medidas más estridentes. Israel, por su parte, tendrá que actuar en defensa de sus intereses inmediatos, contra el intento de Irán de crear un frente de Hezbolá a lo largo de la frontera norte en los Altos del Golán, parecido a lo ocurrido en enero. Asimismo, al menos de forma encubierta, Irán puede aumentar su ayuda mientras las fronteras se fusionan y el equilibrio del poder se desplaza hacia Teherán.

En el terreno diplomático, la tensión abierta con el gobierno de Obama es preocupante en demasiados aspectos. Pero la clave, desde una perspectiva de seguridad, se refiere a la comprensión de que podría, en un futuro, permitir un ataque militar contra las instalaciones nucleares de Irán. Hoy en día, esa posibilidad no es una opción. Israel no puede actuar ahora en desafío del mundo entero. La opción que el entonces Ministro de Defensa, Ehud Barak sugirió (aunque por razones diferentes), a principios de 2012 está cerrada ahora. Pese a que muchos, incluyendo los últimos dos jefes del ejército y ex líderes del Mossad y el Shin Bet, se expresaron en contra de un ataque entonces, el debate siempre ha sido sobre cuando atacar y no la necesidad de hacerlo.

Israel tiene la certeza de que el régimen de Teherán romperá el trato cuando mejor le parezca, como lo ha hecho durante las últimas dos décadas. Probablemente lo haga de manera calculada y muy cuidadosamente.

Israel necesita inteligencia sólida a fin de impedir tal movimiento. Con un acuerdo en mano y presuntamente una distancia de un año para fabricar la bomba, será extremadamente difícil persuadir a la comunidad internacional que una violación del trato requiere acción.

Cabe mencionar que en el verano de 2007, el primer ministro de Israel se presentó en la Oficina Oval con imágenes de la computadora de Ibrahim Othman, el jefe de la Comisión Siria de Energía Atómica; según un informó el New Yorkerl en 2012, las tres docenas de imágenes a color, mostraban un reactor de plutonio producido en Corea del Norte, cerca del río Eufrates. Comandos israelíes, con gran riesgo, habían recogido muestras de suelo del sitio. Y aún así, el Presidente George Bush, un firme defensor de Israel, no aceptó para lanzar un ataque militar.

Sin embargo, según su propio testimonio, Bush permitió que Israel haga lo que considera necesario.

A estas alturas, a fin de poseer una opción militar confiable contra el programa nuclear de Irán – y es crucial que Israel la tengaquizás el primer ministro deberá considerar cuidadosamente el esfuerzo invertido para crear una oposición al acuerdo en el Congreso en los próximos meses, y cuánto inviertir en llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos para consolidar la capacidad de acción de Israel en caso de violaciones flagrantes.

Fuente: Times of Israel