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CHARLES KRAUTHAMMER

 

“Las negociaciones . . . para impedir una capacidad iraní para desarrollar un arsenal nuclear están terminando con un acuerdo que concede esta misma capacidad.”

 

— Henry Kissinger y George Shultz, The Wall Street Journal, Abril 8

No fue más de un año y medio atrás que Barack Obama respaldó el objetivo de abolición cuando dijo que la planta nuclear fuertemente fortificada de Fordow, de Irán, su reactor de aguas pesadas produciendo plutonio y sus centrifugadoras avanzadas eran todos innecesarios para un programa nuclear civil.

La lógica fue clara: Como Irán estaba afirmando estar buscando un programa exclusivamente civil, estos tendrían que irse.

Sin embargo, en virtud del acuerdo que ahora está tratando de vender Obama, ni uno de estos va a ser desmantelado. De hecho, la infraestructura nuclear entera de Irán es mantenida intacta, sólo congelada o reutilizada durante la extensión del acuerdo (aproximadamente una década).

Por lo tanto las centrifugadoras de Fordow continuarán girando. Ellas ahora serán alimentadas a xenon, zinc, y germanio en vez de uranio. Pero eso significa que siguen listas para regresar en cualquier momento de la planta de isotopos médicos más fuertemente fortificada (de hecho cómicamente) del mundo en una fábrica de bombas.

Y al momento de la expiración del acuerdo, que concedió Obama el lunes en NPR, el tiempo de fuga a una bomba nuclear de Irán será “casi de cero”, o sea, podrá producir armas nucleares a voluntad y sin dilación.

Y luego está el engaño. No es para preocuparse, dice Obama. Tenemos garantías de cumplimiento: “inspecciones sin precedentes” y “regreso inmediato de las sanciones a su lugar”.

Las promesas de inspección son una farsa. Ni siquiera hemos hecho que los iraníes cumplan con su obligación actual de confesar a la Agencia Internacional de Energía Atómica sobre sus actividades nucleares previas. La AIEA acusa a Irán de bloquear en 11 de 12 cuestiones.

Como señala el veterano experto nuclear David Albright, eso hace imposible la verificación futura — ¿cómo puedes determinar que ha sido cambiado ilegalmente o agregado si no tienes ninguna línea de base?

Peor, no ha habido mención al único régimen de verificación con impacto real  — visitas no anunciadas y a voluntad a cualquier instalación, declarada o no declarada.

La declaración conjunta europeo-iraní hablaba sólo de “acceso realzado a través de procedimientos acordados,” que no sugiere remotamente inspecciones en el lugar. Y el jueves, el Líder Supremo de Irán descartó cualquier “medida extraordinaria de supervisión.”

La AIEA no ha tenido permitido ver la planta de armas de Parchin en 10 años. Y el complejo masivo de Fordow fue divulgado no por la AIEA sino por los disidentes iraníes.

Pero aún si son encontradas violaciones, ¿entonces qué? En primer lugar, tienen que ser certificadas por la AIEA. La cual luego informa a las Naciones Unidas, donde Irán tiene el derecho de desafiar la acusación. La cual entonces tiene que ser considerada, argumentada y adjudicada. La cual entonces presuntamente pasa al Consejo de Seguridad donde China, Rusia y países anti-occidentales al por mayor actuarán como abogados de Irán. Todo lo que llevaría meses  — después de los cuales no hay garantía que China y Rusia ratificarán el hallazgo de todas formas.

En cuanto a la “vuelta inmediata a su lugar” de las sanciones — nuestro último poco de presión restante — es igualmente fantástica. No hay forma que las sanciones sean vueltas a imponer una vez que han sido levantadas. Hizo falta una década para trenzar a China, Rusia, y los europeos dentro de la actual infraestructura de sanciones. Una vez idas, no vuelven a su lugar.

Ninguno retirará a sus empresas de un Irán post-sanciones próspero. Como señalan Kissinger y Shultz, seremos combatidos a cada paso del camino, dejando a Estados Unidos aislado, no a Irán.

Obama imagina que este acuerdo traerá a Irán del frío, templando sus ambiciones territoriales y radicalismo ideológico. Pero esto desafía la lógica: Con las sanciones levantadas, su economía prosperando y decenas de miles de millones inyectados dentro de su tesoro, ¿por qué Irán torcería en vez de expandir su búsqueda implacable de dominación regional?

Un objetivo primordial de estas negociaciones, como ha dicho Obama, es impedir la proliferación inevitable — Egipto, Turquía, los estados del Golfo — que ocurriría si Irán se volviera nuclear.

Sin embargo el acuerdo futuro es tan claramente un camino a una bomba iraní que los saudíes están señalando que el acuerdo mismo los impulsaría a hacerse nucleares.

Te propones impedir la proliferación y la provocas. Te propones impedir una capacidad nuclear iraní y la legitimas. Te propones restringir al mayor exportador de terror del mundo que está amenazando a cada uno de nuestros aliados en el Medio Oriente y estás al borde de convertirlo en la potencia hegemónica económica y militar de la región.

¿Cuál es la alternativa?, pregunta el presidente. Él mismo ha respondido repetidamente la pregunta: Nada de acuerdos, es mejor que un mal acuerdo.

Charles Krauthammer es un columnista sindicado ganador del Premio Pulitzer, publicado semanalmente en más de 400 diarios mundialmente. Desde el año 2001 al 2006, se desempeñó como presidente del Consejo de Bioética. Es autor del libro de la lista de mejor vendido del New York Times: “Cosas que importan: Tres décadas de pasiones, pasatiempos y política.”

Fuente: Newsmax

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México