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MICHAEL LEDEEN

El pueblo iraní odia al régimen.

Irán está en marcha en todo el mundo, desde Siria e Irak a Venezuela y Cuba (donde tienen una base de Hezbollah). Excepto cuando se retiran ceremoniosamente, como en los últimos días cuando su flotilla a Yemen dio la vuelta cuando vieron a la Armada de Estados Unidos.

Hay una lección aquí: Si quieres que el régimen iraní sea menos belicoso, dirige un arma a su sien. Mejor aún, amenaza la supervivencia misma del régimen. No necesitas portaaviones,  aviones o siquiera fuerzas especiales. Todo lo que necesitas es la voluntad de apoyar a un Irán libre.

De todas las muchas preocupaciones que atormentan los sueños del Líder Supremo Ali Khamenei y del Presidente Hassan Rouhani, la mayor es la amenaza representada por el pueblo iraní, que detesta al régimen. En una carta abierta al Presidente Barack Obama, el sobrino de Khamenei, Mahmoud Moradkhani, planteó cuidadosamente la idea:

“Hay fuerzas poderosas y proactivas en la oposición iraní y si la censura de los medios de comunicación que están apoyando al régimen islámico de Irán fuera a ser quitada, la oposición puede organizarse fácilmente y ayudar a la poderosa desobediencia civil del pueblo iraní”.

Nosotros podemos ver el reconocimiento por parte del régimen de la amenaza a su poder en el comportamiento de los líderes de la República Islámica. Por un lado, el nivel récord de represión, aún más brutal bajo el falso reformista Hassan Rouhani que lo que fue bajo el monstruo Mahmoud Ahmadinejad, lo que nos habla del temor de Khamenei a estar perdiendo el control. Por el otro lado, el rechazo de Khamenei y sus esbirros a presentar cargos formales contra los líderes ahora icónicos del Movimiento Verde anti-régimen, los jefes Mir Hossein Mousavi y Mehdi Karroubi, y el Ayatola Hossein-Kazamani Boroujerdi. Los dos primeros están bajo arresto domiciliario, mientras que el clero disidente sufre bajo condiciones lamentables en prisión. Los tres son demasiado populares para ser enjuiciados, como han admitido en muchas ocasiones distintos líderes del régimen.

Este es un momento particularmente rebelde para el régimen, cuando las facciones compiten por posiciones en el Irán post-Khamenei. Una figura de alto rango en el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria tuvo que arreglar una entrevista en la que negó que él y sus secuaces estuvieran organizando un golpe. El General Hassan Rastegarpnah dijo que el CGRI no estaba tentado a tomar acciones drásticas para consolidar su poder, ya que “tiene su propio lugar en el gobierno y no necesita deponerlo.”

Que un oficial militar de alto rango deba verse obligado a emitir tal declaración dice mucho sobre el malestar interno. Y hay mucho más. El país es un caos.

El miedo a la furia popular es catalizado por abundantes pruebas de incompetencia y corrupción del régimen. Los alimentos están cada vez más  escasos, principalmente debido a que no hay dinero para pagar las importaciones (para todos los fines prácticos, los bancos iraníes están quebrados; en la medida que está disponible el dinero, es controlado personalmente por Khamenei y por el CGRI), y los subsidios gubernamentales han sido puestos en cuestión para el nuevo año fiscal. Esos fondos van en su mayoría para la guerra, no para el bienestar del pueblo.

Hay poca esperanza que mejore la agricultura iraní, ya que el país está en las garras de una escasez crucial de agua, y la respuesta del régimen la ha empeorado. Irán es un país árido, y el régimen ha construido represas en todo el lugar, con resultados desastrosos, según un informe australiano que cita un documento del gobierno iraní:

El impacto de estas represas en Irán ha sido importante y negativo; han producido importante disminución en los cuerpos de agua y reducciones en el acceso al río. Tres de los lagos de Irán, el Lago Maharlu, el Lago Bakhtegan y el Lago Parishan, se han secado y se han convertido en desierto… Una vez que el segundo lago más grande de Irán, el Lago Bakhtegan, se ha secado por completo…. el Lago Urmia, mientras tanto, está siguiendo un camino similar, con una reduccióm del 70% en la superficie del agua durante los últimos 20 años.

Los estudiantes de las políticas ecológicas de la Unión Soviética reconocerán esto como una repetición de la destrucción del Mar de Aral. La tiranía es letal para los lagos de agua dulce.

La muerte inminente del Lago Urmia, el mayor lago de agua dulce de la región, ha provocado manifestaciones periódicas por parte de los locales, y a ellos se unen otros manifestantes en la industria y la educación que están enfurecidos por ser estafados por el gobierno.

Hace algunas semanas, la organización de maestros nacionales fue a la huelga, exigiendo ser pagados y protestando por la implacable islamización de los manuales oficiales. El gobierno respondió con el método acostumbrado—arrojando al jefe del grupo a la prisión—pero la intimidación no parece estar funcionando: Los maestros han anunciado una huelga nacional para fines de la primera semana de mayo. No es de extrañar entonces que las fuerzas de seguridad cruciales del régimen, el CGRI y los Basij, hayan aumentado los preparativos para el conflicto urbano. En marzo, 5000 basij llevaron a cabo ejercicios de entrenamiento a lo largo del país, y este mes una fuerza mixta de 12000 basij y tropas del CGRI llevaron a cabo ejercicios en Teherán.

Si se hiciera una lista de las condiciones sociales, económicas y políticas que debilitan la legitimidad de un régimen, probablemente llegarían a la conclusión de que Irán está en lo que solíamos llamar una “situación pre-revolucionaria.”

Seguramente Khamenei y Rouhani concuerdan. No leo los análisis de nuestra comunidad de inteligencia, pero dudo que esos beneméritos estuvieran inclinados a pintar un cuadro tan explosivo de Irán, aun si lo creyeran. Lo que probablemente no sea así. Recuerden que a Reagan le fue dicho que Gorbachev tenía firmemente el control en vísperas de la implosión de la Unión Soviética, y la CIA se burló de la idea misma de un levantamiento organizado en Irán antes de las manifestaciones masivas del año 2009. En cualquier caso, ellos saben que Obama no quiere escuchar que su aspirante a socio está tambaleando.

No obstante, está tambaleante, y el apoyo occidental para un cambio de régimen—el cual ha sido durante mucho tiempo la política más sensible y honorable hacia Irán—hace señas una vez más a cualquiera que quiera dar un paso gigante hacia una política racional. Esos millones de iraníes airados sobre quienes escribe el sobrino de Khamenei están preparados para marchar, esperando un poco de apoyo nuestro y del resto del mundo libre. Sería lindo escuchar a algunos de los candidatos presidenciales decirlo.

Fuente: The Weekly Standard

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México