AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO

Happy-Cinco-de-Mayo

El cinco de mayo, se celebra la Batalla de Puebla, en la cual una pequeña fuerza mexicana dirigida por el general Ignacio Zaragoza Seguin derrotó a un ejército francés mucho mayor, el 5 de mayo de 1862.

El área de Puebla pudo haber sido el hogar de una próspera comunidad judía secreta: ver la sección de comida judía-mexicana más adelante.

A pesar de esta victoria, las fuerzas francesas lograron conquistar México, y establecieron el efímero Segundo Imperio Mexicano. En 1864, el emperador Maximiliano I se declaró gobernante y, aunque nunca consolidó su reinado sobre todo México, el monarca hizo un cambio notable:  promulgó un edicto de tolerancia religiosa e invitó a judíos alemanes a establecerse en México. Cuando Maximiliano fue depuesto y ejecutado en 1867, su sucesor, el presidente nacionalista mexicano Benito Juárez, proclamó la  separación entre Iglesia y Estado, asegurando que México siguiera siendo un refugio para inmigrantes judíos.

Los refugiados judíos comenzaron a llegar a México. Los  judíos asquenazíes que huían de los pogromos en Rusia y Europa del Este llegaron en la década de 1880;  la primera sinagoga de la Ciudad de México se construyó en 1885. Los judíos sefardíes los siguieron, huyendo de la persecución en el Imperio Otomano, que se desmoronaba.

Los judíos sefardíes tenían un incentivo adicional para emigrar a la nueva nación; hablaban ladino, un dialecto judío de origen español que les ayudó a sentirse como en casa en México.

Cocina judía-mexicana

Algunos de los platillos más conocidos de México resultan tener orígenes judíos sorprendentes. Los buñuelos, compuestos de tortillas de masa, se originaron como las sufganiyot,  delicias sefardíes de Janucá.  Se dice que el aceite utilizado para freír estos aperitivos salados estaba originalmente destinado para invocar el milagro del aceite.

Algunos proponen que la capirotada mexicana – un rico budín de pan con queso dulce, bañado en almíbar – también se originó con los criptojudíos, como una manera de disfrazar su consumo de pan sin levadura durante la Pascua.

De igual manera, las semitas o cemitas, cubiertos de ajonjolí, panes icónicos de Puebla (el área donde sucedió la Batalla del cinco de mayo) , pudieron ser una alternativa de pan sin levadura. Otro plato regional mexicano –  el cabrito asado, típico de Monterrey (que incluye también una bellísima comunidad judía establecida) –  tiene probablemente orígenes judíos, pues sería la manera en que los criptojudíos  evitaban comer el cochinillo asado, tan popular en México.

Las influencias culinarias han ido en ambos sentidos. Los cocineros judío mexicanos se han adaptado los sabores de México a los platos tradicionales judíos, añadiendo chiles al gefiltefish  y especias tropicales al caldo de pollo. En la Ciudad de México, hoy en día, los consumidores kosher pueden disfrutar de comida mexicana supervisada por la comunidad judía, como quesadillas, flautas, sopes, chalupas y otras- aderezados por tjine (salsa de ajonjolí de origen árabe)  salsa y guacamole.

Fuente: aish.com