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BENJAMIN WEINTHAL

El acuerdo marco, profundamente defectuoso, del Presidente Barack Obama, diseñado para impedir que Irán construya armas nucleares no torcerá el patrioterismo de la República Islámica contra Israel, Yemen, Irak, Siria, Líbano y Estados Unidos. 

Los ataques terroristas de Irán contra Estados Unidos y sus aliados no han sido un tema de las conversaciones nucleares con las potencias mundiales. Vale la pena recordar que Irán ha estado en guerra con Estados Unidos desde el nacimiento de la República Islámica en 1979: Desde el apoyo de Teherán a las milicias que asesinaron a al menos 1500 soldados estadounidenses en los escenarios de guerra de Afganistán e Irak, a su apoyo a los bombardeos suicidas de Hezbolá de 1983 que mataron a 258 estadounidenses, en su mayoría marines, en Beirut.

Dicho simplemente, Obama nunca internalizó el odio de Irán a Estados Unidos.

Los últimos actos de belicosidad iraní son reflejados en los buques que envió para entregar armas a sus aliados huzíes en Yemen; y su captura ilícita la semana pasada de un buque de carga de las Islas Marshall. Según un artículo de Bloomberg, una hoja informativa del Departamento de Estado de Estados Unidos dice que Estados Unidos tiene “autoridad plena y responsabilidad por la seguridad y defensa de las Islas Marshall.”

Para su crédito, Obama envió al portaaviones Theodore Roosevelt de la Armada de EEUU a patrullar el Golfo de Adén y el Mar Arabe. Sin embargo, la misión de la Armada de EE.UU. busca “monitorear” y no interceptar los barcos iraníes.

Parece que la caravana de nueve barcos de Irán revirtió el curso y está regresando a Irán. No está claro si Obama convenció a Irán de retirar sus barcos a cambio de un fin a los ataques aéreos saudíes contra los rebeldes huzíes chiítas en Yemen. Estados Unidos hasta ahora no ha enfrentado a Irán por la intercepción ilegal del barco de Islas Marshall.

La crisis en Yemen fue creada por la República Islámica de Irán como parte de sus planes nuclear y militar para dominar la región.

El gran General George S. Patton, cuya vida en la película llamada como él (“Patton”) fue clasificada el mes pasado por una encuesta de Military Times como la segunda mejor película de guerra, ofrece consejo oportuno para la crisis nuclear: “Estados Unidos ama a un ganador, y no tolerará a un perdedor, este es el motivo por el cual Estados Unidos nunca ha perdido y nunca perderá una guerra.”

La estrategia negociadora de Obama carece de la determinación suprema de Patton de evitar la derrota y tiene dos defectos centrales: su fracaso en aumentar la presión económica sobre la República Islámica, tanto como en mantener una amenaza militar creíble. Como consecuencia, se cierne un ánimo de resignación sobre su acuerdo concesivo con el régimen radical anti-estadounidense y anti-Israel en Teherán.

La falsa dicotomía que postuló Obama, a saber, que la única alternativa a aceptar el acuerdo es la guerra, refleja su derrotismo. Por el contrario, Patton destacó “Las buenas tácticas pueden salvar incluso a la peor estrategia. Las malas tácticas destruirán incluso la mejor estrategia.”

Las sanciones firmes enviaron ondas de choque a través de la economía ya frágil de Irán y finalmente llevaron al régimen de los mullahs a la mesa de negociación. Lamentablemente, Obama abandonó la potencia de las sanciones como una buena táctica para despuntar una mala estrategia.

Algunos en el Congreso comprenden que el chasquido del látigo económico puede desmantelar la vasta infraestructura nuclear de Irán. El Senador (republicano) Tom Cotton, quien defiende un veto del acuerdo por parte del Congreso y la imposición de duras sanciones económicas, dijo, “No fue un marco, fue apenas una lista detallada de concesiones estadounidenses que va a poner a Irán en el camino a un arma nuclear, ya sea que ellos sigan los términos… o violen los términos.”

Además de las sanciones, una amenaza militar seria no puede ser pasada por alto en el camino a cambiar el comportamiento de Irán.

Como escribieron mis colegas Mark Dubowitz y Reuel Marc Gerecht en el Wall Street Journal después que fue alcanzado el acuerdo marco, “Pero detrás de todos los cálculos de fuga en un año, los enormes signos de interrogación sobre la verificación y posibles dimensiones militares, y provisiones sostenibles de regreso inmediato a su lugar, la pregunta final sigue siendo: ¿Estás dispuesto a amenazar con la guerra para obtener un mejor acuerdo, y preparado para atacar preventivamente si Teherán se mueve hacia una bomba?”

Recuerden, Irán suspendió su programa ilícito de armas nucleares después que Estados Unidos depuso a Saddam Hussein en el año 2003. El programa se reanudó cuando desapareció el temor a la acción militar estadounidense. En el año 2010, Irán anunció que enviaría un barco con suministros al enclave palestino controlado por Hamas en la Franja de Gaza. Después que Israel declaró que interceptaría el buque, Irán capituló y no envió el barco. Y justo este fin de semana, la presión naval estadounidense obligó a los barcos iraníes a dar la vuelta.

Abundan los ejemplos adicionales de Teherán retrocediendo frente a la acción o amenazas militares.

Una nueva ronda de sanciones económicas paralizantes pondría a Estados Unidos en una buena posición para ganar mejores términos de Irán.

Los estadounidenses odian perder, como destacó Patton. Y la República Islámica de Irán seguirá estando en guerra con Estados Unidos, con acuerdo o sin acuerdo. ¿El Congreso eliminará el mal acuerdo y ayudará a comenzar el proceso de terminar la guerra declarada de Irán contra Estados Unidos y sus aliados?

Fuente: I24

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México