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ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Tras largas semanas de negociaciones con sus socios políticos potenciales, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu finalmente logró formar una coalición de gobierno la noche del miércoles. La estrecha coalición, dominada por partidos nacionalistas y religiosos crea desafíos en varios frentes.

Perspectivas de paz

Las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos con destinadas a resolver el conflicto mediante una solución de dos estados se colapsaron el año pasado, en parte debido a la construcción de asentamientos israelíes en áreas que los palestinos demandan para su futuro estado.

El partido Habayit Hayedi, uno de los principales socios de la coalición de Netanyahu, está vinculado al movimiento de colonos de Judea y Samaria y se opone rotundamente a retirarse de territorios para el establecimiento de un Estado palestino. Muchos otros miembros de su coalición comparten el mismo punto de vista, ya sea por motivos de seguridad o espirituales.

Washington tiene por objeto poner fin al conflicto, entre otros objetivos de su política exterior. Las afirmaciones de Netanyahu antes de las elecciones que bajo su cadencia no se establecerá un Estado palestino mientras continué la violencia en la región enfureció al gobierno de Obama y deterioró las relaciones ya fragmentadas.

Esquivando el proyecto de ley

Sólo hace unos años cientos de miles de israelíes salieron a las calles para protestar por el alto costo de la vida y una serie de cuestiones sociales, entre ellas, la exención del servicio militar para los judíos ultra-ortodoxos, ya que la mayoría de ellos continúa sus estudios en yeshivot sin servir en el ejercito.

Como resultado de esta protesta, gran parte de la clase media votó por el centrista Yesh Atid en 2013, convirtiéndolo en el segundo partido más grande de la coalición anterior. Yair Lapid, su carismático líder, se comprometió conseguir que jóvenes ultra-religiosos se unan a un esfuerzo nacional y sirvan en el ejercito al igual que los demás y curar cuestiones sociales.

Sin embargo, el gobierno se disolvió luego de cumplir la mitad de su mandato y ahora se ha sustituido por partidos ultra-ortodoxos y otros a favor de los asentamientos que trabajarán para revertir los avances logrados en el proyecto de ley y otros temas sociales.

Probablemente grandes porciones de presupuesto ahora estarán designadas a los asentamientos o a causas religiosas en lugar de beneficiar a la clase media en Israel, lo que puede provocar una reacción negativa del público.

Diferencias internas

Con sólo 61 escaños, Netanyahu tiene ahora una pequeña mayoría en la Knesset. Esta realidad lo deja vulnerable a los caprichos de sus socios o a demandas de legisladores individuales miembros de la coalición. El gobierno ahora tiene poco margen de maniobra para la aprobación de reformas e iniciativas económicas sugeridas por Kulanu, el nuevo partido de centro que forma parte de la coalición.

La nueva constelación del gobierno no garantiza su estabilidad.

Fuente: Times of Israel/AP