SILVIA SCHNESSEL PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – La oficina de Blaney cita leyes de odio ‘integrales’ para los nuevos planes de tolerancia cero
Por Neil Macdonald / CBC News
El gobierno de Harper está señalando su intención de utilizar las leyes de delitos de odio contra grupos de defensa canadienses que fomentan el boicot de Israel.
Tal medida podría apuntar a una serie de organizaciones de la sociedad civil, desde la Iglesia Unida de Canadá y los cuáqueros canadienses a los grupos de protesta del campus y los sindicatos.
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Si se lleva a cabo, sería una táctica muy agresiva, y otra medida de apoyo de estricta adherencia del gobierno conservador al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
Mientras que el gobierno federal sin duda tiene la autoridad para asignar prioridades, tales como la búsqueda de ciertos tipos de discurso de odio, a la Real Policía Montada, cualquier enjuiciamiento resultante requeriría la aprobación de un fiscal general provincial.
Y es casi seguro que ser impugnada en virtud de la Carta de Derechos y Libertades, dicen los grupos de libertades civiles.
La intención del gobierno se puso de manifiesto en una respuesta a las consultas de CBC News acerca de las declaraciones de los ministros federales de un enfoque de “tolerancia cero” a los grupos que participan en una coalición llamada Boicot, Desinversión, Sanciones (BDS), que se inició en 2006 por petición de las organizaciones no gubernamentales palestinas.
Requerido a explicar lo que significa tolerancia cero, y lo que se está haciendo para aplicara, un portavoz del ministro de Seguridad Pública, Steven Blaney respondió, cuatro días más tarde, con una lista detallada de las leyes de odio actualizados de Canadá, señalando que Canadá tiene uno de los más completos conjuntos de dichas leyes “de todo el mundo”.
Táctica exitosa
La táctica BDS ha sido mucho más exitosa para los palestinos que la lucha armada. Y ha prendido internacionalmente, lo que enfureció a Israel, que reconoce que el boicot podría costar a su economía cientos de millones de dólares.
Apenas el mes pasado, 16 ministros de Exteriores europeos denunciaron la “expansión de los asentamientos ilegales israelíes en los territorios ocupados”, exigiendo que los productos importados originarios de los asentamientos fueran etiquetados con claridad.
Pero Canadá, un país donde los líderes federales Liberal y NDP también se oponen a BDS, parece haberse alineado con más fuerza detrás de Israel que cualquier otra nación.
En enero, el ministro de Asuntos Exteriores de Canadá luego, John Baird, firmó un “memorando de entendimiento” con las autoridades israelíes en Jerusalén, comprometiéndose a combatir el BDS.
El movimiento fue descrito como “la nueva cara del antisemitismo”.
Unos días más tarde, en la ONU, el ministro canadiense de Seguridad Pública Steven Blaney fue mucho más lejos.
Combinó el boicot de Israel con el discurso del odio antisemita y la violencia, incluidos los ataques mortales que solo habían tenido lugar en París, en la revista Charlie Hebdo y un supermercado kosher.
Blaney luego dijo que el gobierno está adoptando un enfoque de “tolerancia cero” para el BDS.
Viniendo del ministro responsable de la aplicación de la ley federal, su discurso alarmó a los grupos que, en diversos grados, han apoyado el boicots, creyéndolo una herramienta eficaz para poner fin a la ocupación israelí y la colonización de Cisjordania, y su apretado control sobre Gaza.
Algunos de estos grupos habían tomado nota que el gobierno cambió la definición del Código Penal de la incitación al odio año pasado, agregando el criterio de “origen nacional” al de raza y religión.
Este cambio podría, temieron, agrupar eficazmente a las personas que hablan en contra de Israel con los que hablan en contra de los judíos.
Micheal Vonn, abogado de la Asociación de Libertades Civiles de Columbia Británica, dice que la definición ampliada es claramente “una herramienta para perseguir a los críticos de Israel”.
Constitucionalmente protegido
Grupos de libertades civiles canadienses sostienen que los boicots son una forma largamente reconocida de expresión política, y por lo tanto protegidos constitucionalmente.
En marzo, los cuáqueros canadienses escribieron una carta al ministro de Asuntos Exteriores Rob Nicholson, expresando su preocupación por el discurso de Blaney y protestando la etiqueta de antisemitismo.
La respuesta de Nicholson se limitó a repetir los temas de conversación por primera vez utilizados por Blaney en la ONU, y la promesa de que el gobierno no tolera los boicots.
Pero en respuesta a preguntas específicas sobre la “tolerancia cero” de los medios de SDE, y cómo se hará cumplir, el ayudante de Blaney Josee Sirois dio CBC News una imagen mucho más clara de la intención del gobierno.
“Puedo decir que Canadá tiene uno de los conjuntos más completos de leyes contra los delitos de odio de cualquier parte del mundo”, escribió Sirois.
Destacó lo que ella denomina disposiciones de “propaganda de odio” que el Código Penal tipifica como delito la promoción del odio contra un grupo identificable, y también que “grupo identificable” ahora incluye cualquier sector del público que se distingue por “entre otras características, la religión, origen étnico o nacional”.
También se refirió a las disposiciones del Código Penal que requieren que un juez considere odio, prejuicio o perjuicio al sentenciar a un delincuente.
“No vamos a permitir que los crímenes de odio socaven nuestro modo de vida, basado en la diversidad y la inclusión”, concluyó.
“Tratando de asustar a la gente”
Tyler Levitan, portavoz de Voces Judías Independientes, el principal vehículo para la organización de BDS en Canadá, dijo que cree que él y sus compañeros organizadores ya están bajo vigilancia: “Esto tiene que ver con asustar a la gente.”
Dijo que el BDS es un “movimiento totalmente pasivo. Se trata de una decisión de no participar en algo. No significa implicarse, ni ser cómplice. Es totalmente no violento.”
Eso no siempre ha sido así en el mundo, sobre todo en Francia, donde los mítines de BDS han dado lugar a enfrentamientos con la policía.
Pero es la no violencia del enfoque del boicot lo que atrajo a grupos como la Iglesia Unida de Canadá.
Al igual que los cuáqueros canadienses, la UCC restringe su defensa del boicot a los productos de los asentamientos israelíes.
Según algunas versiones, el movimiento BDS ha dividido a las organizaciones judías en los EE.UU., algunos de los cuales, en su mayoría de izquierda, lo apoyan.(The Associated Press)
El capítulo de Ontario de CUPE (el sindicato canadiense), por otro lado, apoya plenamente el BDS, evitando cualquier contacto o comercio con Israel. Lo mismo ocurre con una serie de otros grupos canadienses y organizaciones de estudiantes en varias universidades.
“Es derecho y deber de los ciudadanos en cualquier estado libre participar en la crítica constructiva pacífica no violenta de las acciones y comportamientos del Estado”, dice Patti Talbot, un alto funcionario de la UCC.
La iglesia se ve a sí misma como antirracista y progresista, por lo que estaba horrorizada por la descripción que hace el gobierno de su promoción como antisemitismo, y preocupada por la declaración de tolerancia cero.
“¿Cómo va a manifestarse [la tolerancia cero]?” pregunta Talbot. “Podría dirigirse contra la Iglesia Unida, podría dirigirse a una gama de individuos de la sociedad civil canadiense. Gente de buena voluntad.”
Talbot dijo que es aún más preocupante dada la reciente aprobación de la Ley C-51, las nuevas medidas antiterroristas del gobierno, que empoderan aún más a las agencias policiales y de inteligencia que reportan a Blaney.
“No es ajeno”, dice ella, “a la represión de la disidencia”.
“Terror político ‘
Mucho antes de la firma de la promesa conjunta con Canadá, Israel aprobó una ley por la que es delito alentar o participar en el BDS.
Y el alto tribunal israelí recientemente confirmó la mayor parte, con uno de los jueces escribiendo que los boicots pueden considerarse “terrorismo político”.
En la Asociación de Libertades Civiles AC, Vonn dice que ella está segura que la acusación de la defensa del boicot por el discurso de odio no resistiría un desafío a la Carta [Magna].
Pero dice que el gobierno sin duda está sembrando “miedo y frío”, y que esa parece ser su principal intención en la pronunciación de la tolerancia cero.
“Hemos preguntado a nuestros abogados. ¿Qué significa eso?” dice el presidente de CUPE Pablo Moist”. ¿Ahora un delito penal caminar con un letrero que dice que Israel cierre todos los asentamientos, y salga de los territorios ocupados?”
En Francia, hace años que la ley ha criminalizado el discurso de odio por motivos de origen nacional, y las autoridades allí en los últimos años la han usado para procesar a defensores de BDS. Hasta la fecha, más de 20 han sido condenados.
Según el diario israelí Haaretz, los activistas pro-Israel en Bélgica están presionando para una ley similar allí.
El gobierno de Obama se opone oficialmente a los boicots de Israel, y una medida ahora ante el Congreso dirigida a los negociadores comerciales estadounidenses disuadiría el boicot de los productos israelíes.
Pero Estados Unidos no tiene leyes de discurso del odio. La Constitución de Estados Unidos garantiza la libertad de expresión. Así que una política de tolerancia cero, o el tipo de procesamientos que Canadá está considerando, sería imposible.
Fuente: CBC News
