AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Un nuevo estudio publicado por el Instituto para el Estudio y Política del Antisemitismo Mundial  (ISGAP, por sus siglas en inglés) confirma lo que muchos han sospechado durante mucho tiempo: que los peores crímenes contra judíos en Europa son perpetrados por musulmanes (europeos), y que los musulmanes han sido responsables de un número “desproporcionado” de los ataques antisemitas en los últimos 15 años.

Por Abigail R. Esman 

europeo

Y no se trata sólo de Israel.

En general, las tendencias en la judeofobia han fluctuado según el país desde principios de este siglo. En su mayor parte, los informes de antisemitismo son más bajos de lo que eran durante la “segunda intifada” de 2008-2009 a pesar de los ataques terroristas contra judíos en Bruselas, Copenhague y París en el último año. Pero los incidentes antisemitas han aumentado sustancialmente desde los niveles de 1990; y si bien, como señala el informe, “las encuestas de ISGAP sobre antisemitismo que distinguen entre musulmanes y no musulmanes” han sido objeto de críticas, “la suma de los estudios disponibles hasta la fecha proporciona una fuerte evidencia de que el nivel de antisemitismo es de hecho particularmente alto entre los musulmanes”.

El informe, escrito por Gunther Jikeli, el director de ISGAP en Francia e investigador en el Centro Moisés Mendelssohn de Estudios judío-europeos en la Universidad de Potsdam, examina varias encuestas realizadas desde 2006, comparando los resultados país por país. (Francia y el Reino Unido reciben especial atención). La mayoría de esos estudios se basaron en respuestas de los sujetos a los estereotipos sobre judíos, preguntándoles si estaban de acuerdo o en desacuerdo con afirmaciones tales como “los judíos tienen demasiado poder en la política” y “los judíos tienen demasiado poder en los medios de comunicación”. País por país, el número de musulmanes de acuerdo con esas declaraciones antisemitas ha superado con creces al de los no musulmanes.

En un estudio de 2014 en Francia, por ejemplo, el 25 por ciento de la población en general estaba de acuerdo con la afirmación “los judíos tienen demasiado poder en la economía y el mundo financiero”, pero el 50 por ciento de los simpatizantes del Frente Nacional (ala derecha nacionalista) estuvieron de acuerdo; el 67 por ciento de la población musulmana encuestados estuvo de acuerdo.

Criterios similares utilizados por Ruud Koopmans en 2008 mostraron una tendencia similar entre los 9.000 participantes en seis países europeos, informa Jikeli.  En Suecia, Bélgica, Austria, Alemania, Francia y los Países Bajos se pidió que respondieran a la cuenta de “los judíos no son de confiar”. Consistentemente, mucho más auto-identificados como musulmanes estuvieron de acuerdo con esta declaración que los auto-identificados como cristianos. En Austria, por ejemplo, el 10,7 por ciento de los cristianos estuvo de acuerdo con esta afirmación; seis veces más musulmanes estuvieron de acuerdo -un 64,1 por ciento; en Bélgica, el 7,6 por ciento de los cristianos estuvo de acuerdo, mientras que un abrumador 56,7 por ciento de los encuestados musulmanes estuvo de acuerdo.

Otros estudios han examinado diferentes y posiblemente más preocupantes criterios. En Francia, una encuesta de Fondapol, dice el informe IGAP, encontró que “el veinticuatro por ciento del muestreo musulmán y el 12 por ciento de la población en general no estuvieron de acuerdo que se debe enseñar el Holocausto a las generaciones más jóvenes para evitar su repetición”. En Bruselas, el 53,7 por ciento de los musulmanes encuestados estuvieron de acuerdo con la afirmación “los judíos incitan a la guerra y culpan a los demás”, cuando sólo el 7,7 por ciento de los no musulmanes respondió afirmativamente. Y en los Países Bajos, encontró Jikeli, un estudio de 2013 entre los docentes mostró que las “actitudes antisemitas y de subestimar el Holocausto” eran “mucho más comunes” en las escuelas con mayor alumnado musulmán. Informe ISGAP:

“En las escuelas donde menos del 5 por ciento de los estudiantes tenían origen turco o marroquí, el 28 por ciento de los maestros informaron que sus estudiantes hicieron comentarios hirientes sobre judíos o subestiman el Holocausto, una vez o varias veces durante el año anterior. En las escuelas donde la población estudiante tiene más del 25 por ciento turco o marroquí, el 43 por ciento de los maestros dio esta respuesta. Curiosamente, cuando excluimos los insultos hechos en el contexto de Oriente Medio o el fútbol, ​​el porcentaje de insultos contra judíos también es significativamente mayor en las escuelas que tienen muchos alumnos de origen turco o marroquí. De acuerdo con informes de los maestros, los infractores con fondo marroquí o fondo turco están sobrerrepresentados, siendo el diez y ocho por ciento de los responsables, respectivamente, mientras que la cifra se sitúa en el tres por ciento para ambos grupos de estudiantes en los Países Bajos”.

Lo que hace al informe ISGAP especialmente interesante, sin embargo, es la evidencia que ofrece contra la creencia común de que la clase social, la discriminación y factores similares juegan un papel en el antisemitismo musulmán en Europa. Más bien, señala Jikeli, “el nivel de antisemitismo aumenta con el nivel de religiosidad y con las interpretaciones fundamentalistas del Islam”. Sin embargo, señala, “aunque el antisemitismo es particularmente fuerte entre los fundamentalistas, así como la creencia y la práctica de los musulmanes, el nivel de antisemitismo entre los menos religiosos musulmanes sigue siendo más alto que en la población general”.

Jikeli también realizó entrevistas más personales con “117 hombres musulmanes comunes” en Londres, París y Berlín para aprender más sobre las fuentes de estas ideas para su reciente libro, Antisemitismo musulmán europeo: ¿Por qué los jóvenes urbanos varones dicen que no les gustan los judíos, publicado por Indiana University Press.

Leer en profundidad el informe y las significativamente enormes diferencias en las encuestas entre las poblaciones no musulmanas y musulmanes en toda Europa es una lectura deprimente. Sin embargo, no queriendo darme del todo por vencido respecto a los cambios en las actitudes musulmanas, uno no puede evitar esperar un caso, el de un país, donde las cosas sean diferentes, donde los musulmanes – por lo menos, los musulmanes nacidos en Europa – criados en occidente- no manifestaran el más alto nivel de odio-judío e intolerancia, donde los musulmanes lideraran el camino en actitudes de tolerancia, de paz.

Pero nunca sucede.

Abigail R. Esman, autora más recientemente de Estado Radical: ¿Cómo está venciendo la Jihad a la democracia en Occidente? (Praeger, 2010), es un escritora independiente con sede en Nueva York y los Países Bajos.

Fuente: The Investigative Project on Terrorism

Traducción: Silvia Schnessel