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El encuentro se produce tres días después de que el Vaticano anunciara el reconocimiento oficial del Estado de Palestina

Tres días después de que el Vaticano anunciase la próxima firma de un acuerdo bilateral en el que reconoce de forma oficial al Estado de Palestina, el papa Francisco ha recibido hoy al presidente palestino, Mahmud Abbas. Desde su viaje a Tierra Santa en mayo de 2014, Jorge Mario Bergoglio ha colocado en un lugar preferente de su agenda diplomática el acercamiento entre israelíes y palestinos, aunque dejando siempre claro –lo dijo en Jerusalén y lo subraya ahora el acuerdo— que la Santa Sede apuesta por “el derecho de los dos Estados a existir” como única vía posible para la resolución del conflicto. Durante el protocolario intercambio de regalos, el Papa ha entregado a Abbas un medallón con la figura del Ángel de la Paz y le ha dicho: “He pensado en ti, que eres un ángel de paz”.

Durante su estancia en Roma, Abbas mantuvo el viernes sendos encuentros privados con el presidente italiano, Sergio Mattarella, y con el primer ministro, Matteo Renzi, y tras la visita al Papa se ha reunido en un hotel de la ciudad con el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo. El domingo, el líder palestino asistirá en el Vaticano a la ceremonia de canonización de dos monjas nacidas en territorio de Palestina.

El tratado que, a través de l’Osservatore Romano, el Vaticano anunció el pasado miércoles pretende regular “aspectos esenciales de la vida y la actividad de la Iglesia católica en Palestina”, pero según reconoció Antoine Camilleri, subsecretario vaticano para las Relaciones con los Estados, también aspira a influir en el ámbito político: “Aunque de modo indirecto, sería positivo que el acuerdo alcanzado pudiese de alguna manera ayudar a los palestinos a ver establecido y reconocido un Estado de Palestina independiente, soberano y democrático que viva en paz y seguridad con Israel y sus vecinos”. Y, mirando a Israel, el alto cargo vaticano añadió: “El acuerdo podría servir para alentar de algún modo a la comunidad internacional, y en particular a las partes más directamente implicadas, a emprender una acción más decisiva para contribuir a alcanzar una paz duradera”.

Fuente: El País