AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Como votante implacable de la “izquierda” me sentí devastada por los resultados de las últimas elecciones generales israelíes, junto con muchos otros.
Por Varda Muhlbauer Se
Sin embargo, cuando puse a un lado las emociones y volví a reflexionar en la ruta que condujo a la subida al poder de los partidos de orientación derecha y nacionalistas tiendo a pensar que, al menos, parte de la explicación está anclada en los procesos políticos que se producen fuera de Israel. Con esto quiero decir que hay una línea que conecta los resultados de las elecciones israelíes a los intentos de expandir el BDS (e igualmente campañas) en los campus de Estados Unidos y en Europa. Permítanme explicar. Los judíos-israelíes son una nación post-traumática. Todos nosotros – de orientación de izquierda o derecha – somos portadores de recuerdos arraigados de horrores espantosos ejecutados contra los judíos y somos profundamente conscientes de que, si se dan las circunstancias, estas atrocidades pueden, de una manera u otra, volver a promulgarse.
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Mientras pasé un año sabático en la universidad de Nueva York, estuve expuesta a un intento de aprobar una resolución iniciada por el alumnado en apoyo del BDS (movimiento de boicot a Israel). Personalmente, por primera vez en mi vida, experimenté algo parecido a cómo y por qué un profesor judío debe haberse sentido en Alemania en los años treinta del siglo pasado. Me temblaban las manos y me dolía cuerpo. De repente me convertí en parte de una masa relegada que estaba marcada negativamente (como si los israelíes hablaran con una sola voz).
Las campañas BDS y similares no dan demasiada importancia (en el mejor de los casos) al derecho de la colectividad judía a vivir con seguridad dentro de las famosas fronteras internacionales de 1967. Las realidades geopolíticas pasadas y presentes de Oriente Medio están escondidas como si Israel se encontrara en la luna. La deslegitimación del pueblo judío a vivir en paz y seguridad como el resto de las naciones – es el mayor peligro. ¡Es una cuestión de percepción!
Últimamente releí la colección de ensayos de Susan Sontag “Ante el dolor de los demás” en la que se refiere al posible éxito en la universalización de un conflicto local. Cuando se refiere al conflicto palestino-israelí sobre las tierras ocupadas, dice que también está conectado a la posición de doble filo de los judíos con una buena reputación, por una parte, y un mal nombre, por el otro. Continúa diciendo que, si bien este conflicto está constantemente en el ojo público, conflictos mucho peores en los que muchos son sacrificados – pasan desapercibidos.
Jean-Paul Sartre también se enfrenta con la percepción de “el Judio”. En un ensayo fascinante titulado “Antisemita y Judío”, coloca el antisemitismo en una perspectiva socio-política y dice, entre otras muchas cosas, que es “el antisemita, el que hace que al judío”. Tiene que ver con la percepción, la propaganda y los intereses.
Como yo lo veo, si el centro-izquierda en Israel alguna vez recupera el poder, será cuando los judíos israelíes consideren que sus temores sustanciales son reconocidos y tratados. El complejo del conflicto palestino-israelí debe ser entendido en términos de los numerosos factores que han influido en él durante mucho (demasiado) tiempo.
Hoy en día, campañas como las del BDS son absolutamente unilaterales. Mi entendimiento es que a menudo se basan en la ignorancia, la ingenuidad de algunos de sus partidarios y también un exitosa politización del conflicto por las partes interesadas que no empujan hacia una solución de dos estados y un Israel viable, sino hacia la aniquilación de Israel. Mientras este sea el caso, los judíos-israelíes serán impulsados por los temores a votar por partidos de derecha nacionalistas.
Varda Muhlbauer Se es Dra. en psicología. Es autora de libros sobre las mujeres y el envejecimiento (en Inglés) y un libro sobre las familias que trabajan en Israel (en hebreo). También es miembro de un grupo independiente que se enfrenta al extremismo ortodoxo en Israel.
Fuente: i24news.tv
Traducción: Silvia Schnessel para Enlace Judío México
