AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los libros de texto de las democracias occidentales son el reflejo auténtico de los valores que conforman sus sociedades y su cosmovisión de los pueblos. Los libros de los escolares en tiranías son la imagen fiel de la naturaleza y misión encomendada por sus totalitarios regímenes.

Por ACOM

Ministro de AAEE español Margallo y su homólogo iraní, Mohamad Zarif
Ministro de AAEE español Margallo y su homólogo iraní, Mohamad Zarif

El profesor Eldad Pardo, de la Universidad Hebrea, ha investigado durante los últimos 10 años los libros de texto escolares de Irán. El resultado de tan extenso trabajo ha quedado recopilado en un reciente informe para el Instituto de Vigilancia de la Paz y la Tolerancia en la educación escolar, de Israel.

Según el profesor Pardo, “Irán ha creado un plan de estudios bélico para preparar a toda una generación de cara a la guerra global, una visión basada en la doctrina del martirio colectivo auspiciada por Jomeini”.

La batalla entre la nueva civilización islámica (iraní) y la occidental es proyectada como una polarización integral de combate entre “el bien” y “el mal”, siendo librada a escala mundial. Los libros de texto preparan al pueblo iraní para un constante estado de emergencia, una movilización permanente para fomentar revoluciones islámicas en todo el mundo.

Pardo documenta la vis apocalíptica en los textos escolares iraníes en libros como Preparación a la Defensa (correspondiente a su equivalente de 2º de bachillerato español), donde se alaba a los más de 500.000 niños en edad escolar que fueron enviados al frente durante la guerra de 1980-1988 contra Iraq. Como relata Robin Wright en su obra Sacred Rage: The Wrath of Militant Islam, era común práctica el obligar a penetrar a grupos de niños en campos minados, ataviados con una badana en la frente, al grito de “¡mártir, mártir!”. Ese modelo de actuación, que evoca al Volkssturm nazi, era ciertamente habitual en las operaciones terrestres iraníes durante la guerra. Esas escenas son revividas y glorificadas en el actual sistema educativo de Irán.

Los niños iraníes son empujados al martirio, relegando a la nada el papel de los progenitores: “La defensa del Islam y de los musulmanes es un deber, y no requiere la aprobación de los padres (del libro Resoluciones Religiosas, del curso homólogo español 1º de bachillerato) La educación en y por el martirio es una constante en todo el tramo educativo, incorporando también una narrativa propia para las mujeres mártires.

La visión apocalíptica de los ayatolás se ve reforzada por la Yihad, que encuentra en los libros de textos un impulso excepcional. Se insta descarnadamente a los niños a unirse a un frenesí milenarista de entrenamiento militar, preámbulo de una gran guerra santa. La emergencia es constante, la obediencia ciega.

Los libros de texto escolares iraníes reflejan la estrategia inequívoca del régimen iraní. Esos libros son el vivo relato de las intenciones genocidas de Irán, mucho más que todos los discursos, entrevistas y conversaciones diplomáticas realizadas por el canciller Rouhani Zarif en su persuasión a Occidente de alcanzar un pacto atómico. Como el propio Corán recoge, el arte de la Taqiyya ensalza el doble discurso y el acuerdo basado en el engaño si el fin último es proteger a los “creyentes” de los “infieles”. Cualquier condición pactada debe ser abolida cuando el equilibrio de poder cambie a favor. Esa habilidad la juegan especialmente bien los sátrapas de Irán. Y lo ponen sobre negro sobre blanco en los libros de texto.

La escuela es considerada un medio fundamental para movilizar a la juventud en su particular hoja de ruta que les conduzca a la victoria militar definitiva sobre el infiel EE.UU. y Occidente. De ahí, la importancia crucial para Occidente en general, y el Congreso estadounidense en particular, de valorar sin ambages los mimbres con los que se están haciendo los cestos del futuro en un país al borde de sellar un acuerdo marco nuclear definitivo. Con la aquiescencia pusilánime de quienes creen tener en Irán un socio fiable, no lo olvidemos.

Los niños iraníes estudian que en tiempos de necesidad, disimular engañosos pactos de paz con gobiernos idólatras es adecuado. No resultan por tanto extrañas las declaraciones de Jamenei acerca de que “las negociaciones nucleares se basan en la conclusión de un tratado provisional con un gobierno ilegítimo (de infieles)”. Parece claro que la intención del régimen iraní es única y exclusivamente ganar tiempo, afianzar su poder interno y minar dinastías rivales en el arco musulmán. Una conciliación genuina con Occidente no está entre sus planes.

Los textos escolares constituyen un detector muy preciso de la naturaleza, la misión y ilegitimidad del régimen de Irán. Y un terrible adelanto del uso previsto de su capacidad nuclear. Si bien las democracias occidentales marcan el umbral nuclear para reforzar la disuasión y la estabilidad mundial, regímenes criminales como Irán delimitan su capacidad atómica guiados por una engañosa supremacía, violentamente intolerante y megalómana.

Llegar a un acuerdo constructivo con Irán necesitará un período previo que suponga una drástica transformación de sus libros escolares y sus objetivos didácticos. En tanto en cuanto los actuales manuales de texto actuales persistan en esa estrategia del odio, cualquier acuerdo con la teocracia iraní conlleva una gran y definitiva histórica imprudencia, comenzando la cuenta atrás para la primera (y última) guerra nuclear.

Está en manos del Congreso norteamericano en gran medida el discernir sabiamente sobre los términos y alcance de un pacto todavía no definitivo. Y también está en la mano del resto de potencias firmantes del acuerdo marco. Pero también es responsabilidad de países occidentales vertebrados por el estado de derecho como el nuestro. El mirar hacia otra parte, conceder el mínimo crédito a los dirigentes de Irán, ya sea a través de pactos comerciales, culturales o de cualquier índole, es, en cierto modo, perpetuar un perverso sistema educativo.

Más info en The Ettinger Report

Fuente: ACOM