IMA SANCHÍS

Es la viuda de Daniel Pearl, el reportero de The Wall Street Journal que fue secuestrado, acusado de espía y asesinado por Al Qaeda en Pakistán (2002). Su hijo nació tres meses después. Se revela contra la imagen congelada de la viuda de un periodista mártir, pero estuvo en esa rueda siete años, escribió un libro sobre lo sucedido del que Brad Pitt co-produjo un film protagonizado por Angelina Jolie. Luego pudo pasar página y entró a formar parte del equipo de Chime for Change, fundación creada por Salma Hayek y Beyoncé, y financiada por Gucci, que colabora en proyectos de desarrollo para mujeres y niñas, y recoge y difunde historias de mujeres silenciadas. El 10 de junio participará en el TEDx Women 2015 en Barcelona.

Nací en París. Viví en Nueva York, Londres, Bombay y ahora en Barcelona con  mi hijo, Adam (13).  Soy viuda. Autodidacta. Vivimos dos grandes temas políticos: el terrorismo y el ascenso de las mujeres. Necesitamos la fuerza de las mujeres para vivir en paz. Soy budista

 ¿Dónde estaba el 11-S?

En Bombay, donde vivía con mi marido, Daniel Pearl, corresponsal en Asia de The Wall Street Journal. El 12 de septiembre nos instalamos en Pakistán para averiguar qué estaba pasando. Dani seguía la pista de Richard Reid.

 El terrorista del zapato (intentó detonar una bomba en el vuelo París-Miami).

La pista resultó una trampa de Al Qaeda para secuestrarle. Cinco semanas más tarde enviaron el vídeo de su ejecución. Yo estaba embarazada de cinco meses. Lo expliqué todo en un libro: A mighty heart ( Un corazón invencible).

Angelina Jolie la interpretó a usted en la versión cinematográfica.

Sobrellevar lo sucedido fue muy difícil para mí, pero 14 años después la prensa continúa insistiendo en el tema. Hace poco me invitaron a una televisión a hablar sobre mi trabajo en Chime for Change y mi sorpresa fue ver una pantalla gigante con la imagen de mi marido secuestrado.

Usted no es partidaria de que los medios de comunicación emitan los vídeos de ejecuciones, como pasó con su marido.

Yo nunca quise ver ese vídeo, lo que me resultó francamente difícil. Los medios de comunicación saben que tienen una noticia de impacto y luchan por la audiencia sin plantearse más.

¿Qué deberíamos plantearnos?

Esos videos están magistralmente elaborados, es su manera de sembrar el terror, de decirles a los suyos que están ganando la batalla, y de reclutar a jóvenes musulmanes descontentos y afincados en Occidente.

Yo no tengo la respuesta, pero considero que por encima de la audiencia, los medios deberían debatir si quieren hacer de voceros de los terroristas, ponerse de acuerdo en cuáles son sus valores y hasta qué punto están dispuestos a defenderlos en lugar de dejarse manipular.

Manda el dinero

Sí, y demasiadas cosas en esta profesión están cambiando sin que la prensa reflexione, como la obligación de cubrir los conflictos empotrados en un ejército… ¿Y la libertad de prensa?

Usted estuvo años hablando del secuestro y muerte de su marido en los medios.

Sí, estuve siete años apareciendo en los medios de comunicación del mundo entero, mi libro se tradujo a 15 idiomas, y lo hice porque tenía un mensaje que dar.

¿Y cuál es ese mensaje?

En Karachi, en mi casa, buscando a Dani, había dos judíos. Una hindú, una budista, dos cristianos y unos cuantos musulmanes. El FBI, trabajando con periodistas, algo inusual; y policía pakistaní, americanos y franceses trabajando codo con codo.

¿Algo inaudito?

Totalmente, pero fue así porque todos sabían que Dani defendía valores que nos representan a todos. Si esos grupos terroristas islamistas buscan un choque de civilizaciones sólo podemos combatirlo con una revolución humana, la suma de la toma de conciencia individual.

¿Tomar conciencia de qué?

De que es necesario vivir en paz, y para eso debemos pacificar nuestros corazones. Tras el 11-S nacieron 112 niños huérfanos de padre, padres que murieron en las Torres Gemelas. Esas mujeres fueron reunidas para una foto en Vanity Fair, y todas se preguntaban cómo podían dar esperanza a sus hijos. Los niños nacen con la esperanza puesta. Yo decidí dar respuesta periodística a esa pregunta y me lancé a buscar razones para creer en la humanidad, e hice un libro con 18 retratos de mujeres con coraje de todo mundo.

 Después de esos 7 años, ¿qué fue de usted?

Enfermé, y entendí que lo que le había sucedido a Dani había tenido un valor simbólico, y que la tendencia de la sociedad era… …

congelarla a usted en su drama.

Así es, y comprendí que esa era la enfermedad de la sociedad pero no la mía.

¿Por qué aceptó que se llevara su historia al cine?

Durante un año dije que no, pero un día vi por la televisión a la gente haciendo ondear la bandera americana a favor de la invasión de Iraq. Me parecía tan evidente que esa era la manera en que Al Qaeda iba a entrar en Iraq que llamé a Brad Pitt y le dije que sí. Y además sabía que Angelina lo hacía por convicción.

¿Cómo llega a Chime for Change?

Es una fundación que financia proyectos de mujeres y niñas y yo les propuse crear una plataforma donde visualizar historias sobre mujeres del mundo entero que sacan fuerzas de flaqueza para proteger la vida y transformar su entorno. Déjeme explicárselo con un ejemplo.

Adelante.

Una mujer angoleña con sida, contagiada por su marido, decidió invertir el dinero que tenía para los antirretrovirales en enviar a su hija a la escuela. La niña se convirtió en médico y fundó una organización en África para que los médicos no emigren y dejen el país.

Bonita historia.

Quien controla las historias tiene el poder. Si tú convences a tu pueblo de que en Iraq hay armas de destrucción masiva lo llevas a una guerra; si una sociedad les dice a las niñas que la ablación es buena no necesita más justificación. Las mujeres tienen que hablar para que se conozca otra narrativa.

Fuente:lavanguardia.com