Stefan-Löfven

EVELYN GORDON

Incluso cuando el Presidente Barack Obama estuvo argumentando que el antisemitismo iraní nunca triunfaría sobre los intereses del país (como él los define), estuvo desarrollándose un interesante caso de estudio en relación a  esa teoría en un lugar muy diferente: Europa.

Cierto, la versión europea no involucra la obsesión del antisemita clásico con los individuos judíos, sino sólo la obsesión del antisemitismo “nuevo” con el Estado judío. No obstante, los resultados no son alentadores. Sólo la semana pasada, en el nombre de esa obsesión, un país europeo ha destrozado su propia constitución y un segundo ha puesto en peligro a muchas de sus más importantes empresas comerciales.

El primer caso implicó un informe de la Comisión del Parlamento sueco sobre la Constitución, que concluyó que el gobierno del Primer Ministro Stefan Loefvan ha violado el procedimiento legal adecuado en su reconocimiento de “Palestina” el año pasado. El informe dijo que el gobierno anunció la decisión y ordenó incluso a las embajadas suecas en todo el mundo ponerlo en práctica sin consultar con el Consejo Asesor del Parlamento sobre Asuntos Exteriores, como es requerido, y sin tomar otras medidas preparatorias necesarias, tales como consultar con la Unión Europea. El informe fue emitido en forma unánime; incluso lo firmaron miembros del propio partido de Loefvan.

Y luego, habiendo declarado en forma inequívoca que la decisión viola el derecho constitucional sueco, el comité dijo que el reconocimiento de “Palestina” debe mantenerse no obstante, porque esa es una cuestión “política” sobre la cual no puede intervenir el panel. En otras palabras, declaró que no sólo Loefvan puede violar el derecho sueco con impunidad, sino que la decisión ilegal que tomó no será revocada.

Así, en el nombre de abastecer el penetrante sentimiento anti-Israel de Suecia, los parlamentarios suecos han creado un precedente que futuros primeros ministros podrán utilizar para justificar y  violar el procedimiento constitucional en otros casos. Después de todo, si se permitió mantener esta medida inconstitucional, ¿por qué no a otras? Y permitir que una constitución sea violada con impunidad es la forma más segura de destruirla.

Ese es un muy alto precio a pagar por complacer el ánimo anti-Israel, pero Suecia está evidentemente dispuesta a pagarlo.

El segundo caso involucró la declaración por parte del CEO de una empresa de celulares francesa que dijo que él estaría dispuesto a dejar de hacer negocios en Israel a fin de apaciguar a los boicoteadores anti-Israel. Algunos funcionarios del gobierno francés saltaron rápidamente en su defensa: el embajador francés ante Estados Unidos, Gerard Araud, por ejemplo, argumentó que el franquiciado israelí de Orange opera en los asentamientos y, en virtud de la Cuarta Convención de Ginebra, “la política de asentamientos en los territorios ocupados es ilegal. Es ilegal contribuir con ella en cualquier forma.” En otras palabras, las operaciones israelíes de Orange violan el derecho internacional.

Araud  no es la excepción,  muchos funcionarios europeos están presionando cada vez más esta visión. En el año 2013, por ejemplo, la empresa de aguas holandesa Vitens, canceló un acuerdo con la empresa israelí Mekorot después de que el gobierno holandés advirtió de potenciales problemas legales que se derivaban de las operaciones de Mekorot en los asentamientos.

Como señaló el profesor de derecho, Eugene Kontorovich, esto resulta ser falso: “Incluso si consideras a la Margen Occidental como territorio ocupado, ni el derecho internacional ni el derecho europeo prohíben a las empresas privadas hacer negocios en territorio ocupado”.

Pero Kontorovich destacó también que muchas importantes empresas europeas hacen negocios en otros territorios ocupados, incluyendo la empresa petrolera francesa Total en el Sahara Occidental ocupado por los marroquíes y el gigante de las cubiertas francés, Michelin, en el norte de Chipre ocupado por los turcos. Entonces,  si cualquier país europeo tiene éxito en declarar ilegales los negocios privados en “territorio ocupado por Israel”, los activistas en lugares como el Sahara Occidental y el norte de Chipre se precipitarán sobre ese precedente para demandar a las empresas europeas que operan en sus territorios.

Araud, por su parte, claramente no comprende esto. Cuando Kontorovich se lo señaló en Twitter, él ofreció la asombrosa respuesta : “Hablo de un territorio ocupado. Estoy respondiendo sobre otros territorios.”

Pero si algo es ley para un territorio ocupado, entonces es la ley para todos los territorios ocupados; como destacó Kontorovich, la ley por definición es “una norma que se aplica a situaciones similares.” De ahí que al presionar la línea que la actividad empresarial en “territorio ocupado ” es ilegal, los funcionarios europeos están haciendo vulnerables a sus propias compañías a las demandas legales en todo el mundo.

Nuevamente, ese parece un alto precio a pagar para complacer el ánimo anti-Israel, pero muchos funcionarios europeos evidentemente están dispuestos a hacerlo.

He escrito antes sobre casos de funcionarios europeos debilitando valores e intereses estimados en el nombre de complacer el ánimo anti-Israel, pero tales casos solían ser excepcionales. Ahora, si la semana pasada es algún indicativo, ellos se están volviendo rápidamente la norma. Un creciente número de europeos están dispuestos evidentemente a sacrificar tanto sus democracias como sus economías en el altar de su obsesión con Israel.

Pero para que no se preocupen – Obama dice que los antisemitas son racionales. ¿Y por qué permitir que los hechos interfieran con una buena historia?

Fuente:commentarymagazine.com

Traducción:Marcela Lubczanski para Enlace Judío México