AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Detrás del surgimiento de ISIS, la guerra civil en Libia, los disturbios en Egipto, Yemen y en toda la región, se encuentra un pequeño documento aparentemente único: Este documento es la Directiva Presidencial de Estudio número 11.

Daniel Greenfield  

Adaptación: Teresa Zrihen-Dvir

President Barack Obama during the Clinton Global Initiative 2011 Annual Meeting Plenary Session on Sustainable Consumption: Redefining Business as Usual, held at the Sheraton New York Hotel and Towers in New York City, Wednesday, September 21, 2011. (AP Photo/Jennifer Graylock)
Presidente Barack Obama durante la Sesión Plenaria del Encuentro Anual por la Inicitativa 2011 Global de Clinton sobre Consumo Sostenido, en el Sheraton New York Hotel and Towers en Ciudad de Nueva York, miércoles, 21 de setiembre, 2011. (AP Photo/Jennifer Graylock)

Es posible descargar de la página web de la Casa Blanca la Directiva Presidencial de Estudio no. 10 sobre “La prevención de atrocidades en masa”, pero hasta ahora nadie ha sido capaz de meter su nariz en la Directiva. 11, excepto la administración de Obama.

La Directiva Presidencial de Estudio No. 10, en la que Obama buscó alternativas no militares para detener el genocidio, ha demostrado ser nada menos que un fracaso total. La única utilidad de la Junta de Prevención de Atrocidades tenía todo lo que una hoja de parra para una política que no ha hecho otra cosa más que causar atrocidades. Pero la causa real de estas atrocidades está enterrada en el número 11 de la Directiva.

Con el uso de las técnicas típicas de Obama para eludir la transparencia, la Directiva Nº 11 sirve para orientar la política en Medio Oriente, sin ser presentada oficialmente. Debemos creer que jamás lo será. Sin embargo, el grupo de la Directiva 11 ha sido descrito como “en vías de completar su trabajo”, mientras la primavera árabe se estaba desarrollando. Esta es sin duda una manera diferente de ver las cosas.

La Directiva Nº 11 reunió a activistas y militantes de múltiples organismos que venían con un enfoque “a medida” con el cambio de régimen en cada país. El objetivo era “manejar” las transiciones políticas. Al insistir en que los regímenes islamistas también están comprometidos con la lucha contra el terrorismo y la cooperación con Israel, pusieron a un lado los intereses de la seguridad nacional estadounidense. La mayor hazaña fue aparentemente decir que la mejor manera de lograr la estabilidad política en la región era a través de un cambio de régimen.

Lo poco que sabemos sobre el alcance del informe de 18 páginas es que usa eufemismos para convencer al público de la necesidad de la toma del poder por los islamistas en partes de Oriente Medio. Cuatro países fueron atacados. De los cuatro países mencionados en la lista, estaban, sin duda, Egipto y Yemen. En cuanto a los resultados, los sabemos con certeza.

Egipto fue a parar a manos de los Hermanos Musulmanes, que colaboraban con Al Qaeda, Hamas e Irán, antes de ser derrotados por una contra-revolución. Yemen está actualmente controlada por los terroristas Houthi de Irán y Al Qaeda.

Según un artículo en el New York Times, el programa de la Directiva 11 de Obama se parecen a Castro o el Che sobre todo en los “acoso de los consejeros para que estudien los levantamientos populares en América Latina, Europa del Este y Sur de Asia y defeniendo cuáles funcionan y cuáles no”.

La historia también señala que Obama “estaba fascinado por Indonesia, donde vivió varios años durante su infancia. Indonesia había depuesto a Suharto en 1998, su líder desde hacía mucho tiempo”.

El golpe de Estado contra Mubarak con su coordinación de liberales, islamistas y el ejército, evocó misteriosamente el escenario de Indonesia. La similitud más inquietante eran las turbas musulmanas en Indonesia, que dirigían los chinos, muchos de los cuales eran cristianos, mientras turbas Musulmana en Egipto se encargaban de los cristianos coptos.

Ambos eran grupos talentosos desproporcionadamente eficaces porque no llevaban la tradicional hostilidad islámica contra la educación, la integridad y el éxito. Los demagogos islamistas habían logrado asociarlos con el régimen, a fin de atacarlos como parte de las manifestaciones.

Las tiendas de chinos fueron saqueadas y miles de mujeres chinas violadas por musulmanes incontrolados. Al igual que en Egipto, los manifestantes y los medios de comunicación aliados propagan la idea de que estas atrocidades cometidas por manifestantes musulmanes eran obra de la policía secreta del régimen. Hasta la fecha esta versión sigue siendo la oficial.

La caída de Suharto abrió el camino al surgimiento del Partido de la Justicia Próspera, fundado pocos meses después de su renuncia, que más tarde se convirtió en una de los partidos más grandes del Parlamento indonesio. PJP fue creado por el brazo local de la Hermandad Musulmana en Indonesia.

Su sucesor, Jusuf Habibie Bacharuddin, era más explícitamente islamista que Suharto, y su Asociación de Intelectuales musulmanes (ICMI) había librado una campaña contra los cristianos, los hindúes y los budistas. Había ayudado a depurar a los no musulmanes del gobierno mientras islamizaban al gobierno y las instituciones clave en Indonesia.

Habibie era presidente de ICMI, mientras los islamistas del ICMI jugaban un papel clave en el traslado de Suharto y su regreso. El ejemplo de la islamización de Indonesia y la purga de los cristianos bajo el disfraz de un cambio político democrático hace más evidente la consideración de Obama de aplicar un plan similar en Egipto.

El contenido de la Directiva 11 es desconocido y lo seguirá siendo a menos que una nueva administración decida abrir las bóvedas del antiguo régimen. Por contra, estamos bien montados sobre los resultados.

A su manera, PSD-10 nos dice algo de PSD-11.

La insistencia de Obama de que los derechos humanos sean la base de la seguridad nacional ha allanado el camino para las intervenciones políticas y militares en nombre de los islamistas. Obama nunca ha estado interesado en los derechos humanos. Su costumbre de doblegarse a los peores genocidas y conspiradores del mundo, como Irán, Turquía y Sudán, lo confirma. Cuando habla de “derechos humanos”, lo que Obama en realidad quiere decir es “poder islámico”.

Esta fue la razón que llevó a Obama a negarse a intervenir cuando la Hermandad Musulmana fue perpetrando un verdadero genocidio en Sudán. Pero interfirió en Libia por la Hermandad Musulmana empleando una excusa amañada de genocidio.

Colocar a Samantha Power en la Oficina de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos en el Consejo de Seguridad Nacional, era parte del proceso de remodelación de la NSC de seguridad nacional para mantener una lista de deseos progresistas de los grupos terroristas islamistas en vía de convertirse en gobiernos nacionales.

Power, con Gayle Smith y Dennis Ross, dirigían el proyecto Directriz 11.

El procedimiento secreto fue utilizado para tejer la infraestructura de un cambio de régimen. Algunas de estas herramientas tienen nombres oficiales, como “La Oficina del Coordinador Especial para las transiciones de Medio Oriente”, que actualmente sustituye a la ex embajadora Anne Patterson, quien incitaba a los cristianos coptos a no manifestarse contra Morsi. Después de ser expulsada del país por multitudes furiosas debido a su apoyo de la tiranía de la Hermandad Musulmana, fue ascendida a secretaria de Estado adjunto para Asuntos del Cercano Oriente.

“La Oficina” permanece siempre centrada en “la sensibilización de las fuerzas políticas, económicas y sociales emergentes en Egipto, Túnez y Libia”, aunque la contra-revolución persiguió a los islamistas en Egipto y Túnez, y Libia sufre una guerra civil sangrienta mientras una alianza entre la Hermandad Musulmana y Al Qaeda controla la capital de la nación.

Pero incluso cuando el abuso de poder de Morsi orientaba a los egipcios indignados a las calles, Gayle Smith, uno de los tres líderes de la Directiva 11, tendió la mano a la “Unión Internacional de Eruditos Musulmanes”, un grupo de Hermanos Musulmanes que apoyaba el terrorismo contra soldados estadounidenses en Irak y ahora buscaba el apoyo estadounidense a sus brigadas terroristas islamistas en la guerra civil siria.

Los hombres y mujeres responsables de la Directiva 11 destacaban por su ignorancia.

La Directiva 11 acabó dando a luz un estado islámico a través de la primavera árabe. La reivindicación retorcida del PSD-11 de que la estabilidad regional sólo podía lograrse a través de un giro al régimen islamista ha desgarrado la región y la ha convertido en un área de juegos para los terroristas. ISIS es simplemente el grupo terrorista más grande y feroz capaz de prosperar en un entorno de violentas guerras civiles creadas por la Directiva 11 de Obama.

Durante las manifestaciones de la Primavera Árabe, el canciller egipcio Ahmed Aboul el Gheit dijo a Hillary Clinton que su gobierno no podía entregar el poder a los Hermanos Musulmanes. “Mi hija sale de noche. Y, maldita sea, yo no voy a entregar este país a personas que buscan provocar un retroceso en los derechos”.

Pero era eso exactamente lo que Obama y Hillary Clinton buscaban. Y lo consiguieron, cuando un sinnúmero de mujeres fueron violadas en Egipto. Después de Egipto, Hillary garantiza que las tácticas de Obama asistieron a la venta las mujeres yazidi como esclavas.

La Directiva 11 codifica la sucia alianza de la izquierda con la Hermandad Musulmana en la política exterior de Estados Unidos. Su apoyo a las tomas de control islamistas abrió el camino a los disturbios y guerras civiles que culminaron en la violencia que dio origen a ISIS, sumiendo a toda la región en un río de sangre.

Y sigue siendo secreto a día de hoy.

Fuente: https://therese-zrihen-dvir.over-blog.com/2015/06/directive-11-le-plan-islamiste-secret-d-obama.html

Traducción: Silvia Schnessel

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