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MAURICIO MESCHOULAM

 

Un panorama más amplio de reacomodos de alianzas en Medio Oriente.

A un año del último conflicto de Gaza, las nuevas circunstancias podrían lograr algo que las negociaciones no han conseguido: la confluencia de intereses entre Hamás, Israel y Egipto. La causa más importante, no la única: el crecimiento y fortalecimiento de grupos militantes afiliados al “Estado Islámico” o ISIS. Un grupo palestino que se autodenomina “Partidarios del Estado Islámico2, ha atacado unas 12 veces a Hamás en lo que va del año en Gaza. El mismo grupo es el responsable de haber enviado varios misiles contra Israel en las últimas semanas.

“Permaneceremos como una espina en la garganta de Hamás y como una espina en la garganta de Israel”, indicó un portavoz del grupo. Al mismo tiempo, Egipto ha estado siendo atacado por otro grupo afiliado a ISIS: Ansar Bayt al Maqdis. Apenas hoy, alrededor de 50 soldados de ese país murieron en ataques simultáneos en 15 bases militares diferentes. Ayer, el mismo grupo se responsabilizó del asesinato del fiscal Barakat, el funcionario judicial más importante de Egipto, encargado de una serie de casos en contra de la Hermandad Musulmana. Por la cercanía geográfica e ideológica, los militantes de Gaza y los militantes del Sinaí, todos afiliados al “Estado Islámico”, se convierten en un enemigo común que podría acercar a tres diferentes actores generando una alianza improbable. Hoy en el blog, un análisis sobre el tema.

Distancias y enfrentamientos de Israel y Egipto con Hamás

  1. Hamás es un grupo islámico militante que controla de facto Gaza tras haber expulsado al gobierno de la Autoridad Nacional Palestina de esa franja. De su carta fundacional de principios destaco dos elementos: (a) Su pertenencia a la Hermandad Musulmana; y (b) Su meta última: la destrucción del Estado de Israel, y devolución a los musulmanes de toda Palestina, un Waqf o “territorio sagrado otorgado a la comunidad islámica en usufructo”. Este último factor explica el por qué Hamás se encuentra enfrentado a muerte con Israel, mientras que el primero exhibe la causa de sus más recientes conflictos con Egipto.

  2. Hamás e Israel son dos enemigos cuyos intereses parecen irreconciliables y se encuentran en estado de conflicto permanente, aunque a veces solo de manera latente. Estos dos actores se han enfrentado en choques armados varias veces a lo largo de los últimos años. El más importante de estos choques ocurrió en 2014.

 3. Las relaciones entre Egipto y Hamás también han sido bastante conflictivas, pero nunca como en los últimos tiempos. A partir del golpe de estado en el que el presidente Morsi -un hermano musulmán- fue depuesto por el general Sisi, quien hoy gobierna el país, El Cairo comenzó una campaña para aniquilar a la Hermandad Musulmana y a su liderazgo. Cientos de sus miembros fueron muertos por el gobierno durante las protestas en apoyo a Morsi. Otros cientos fueron condenados a muerte, Los más importantes líderes de ese movimiento, Morsi incluido, han sido apresados y condenados a muerte. El grupo fue prohibido, sus bienes confiscados y fue declarado organización terrorista. Esto, de manera automática, coloca en posición de choque a Egipto con Hamás, grupo que como dije, emerge de y se considera parte de la Hermandad Musulmana.

Aún así, las cosas pudieran estar cambiando pronto.

ISIS en la región

 1. Como hemos explicado en el blog, la mayor expansión del “Estado Islámico” se ha estado dando esencialmente a través de su exportación como idea, marca o bandera que es adoptada por individuos, milicias o células preexistentes, muchas de las cuales anteriormente se encontraban afiliadas a la red Al Qaeda.

  2. Este es el caso de diversos grupos de militantes jihadistas que ya operaban previamente en el Sinaí y en la Franja de Gaza. El más importante de estos grupos es Ansar Bayt Al Maqdis, responsable de numerosos ataques contra civiles y militares, principalmente egipcios, aunque también israelíes y extranjeros. Este grupo ha sido también responsable del envío de varios misiles contra el puerto de Elat en Israel. Ansar Bayt, como lo explicamos tiempo atrás en este blog, anteriormente manifestaba su alianza hacia Al Qaeda. Hace unos meses cambió sus lealtades y se unió a ISIS, de modo que ahora se autodenomina la “Provincia del Sinaí del Estado Islámico”.

 3. De igual modo, desde hace años operan militantes en Gaza que se consideraban afiliados a Al Qaeda. Se trata de grupos salafistas que se movían y atacaban a Israel de manera independiente a Hamás y a la Jihad Islámica. A partir de que varios de estos salafistas deciden manifestar su lealtad a ISIS, su enfrentamiento contra Hamás, un grupo al que consideran rival y no suficientemente fundamentalista, ha sido inevitable. De modo que han atacado una docena de veces instalaciones y a personal de Hamás. Por su parte, las autoridades en Gaza han conducido numerosos operativos en contra de dichos salafistas afiliados a ISIS.

  4. Cualquiera pudiera pensar que ISIS se ha expandido desde Irak y Siria hasta esta región. Y no estarían del todo equivocados, salvo que esta expansión no ha sido de carácter operativo sino ideológico y simbólico, lo que no le resta importancia. Al revés. Por el solo hecho de ahora llamarse filiales del “Estado Islámico”, no sólo su lucha ha quedado hermanada con la de esa organización, sino también su atractivo. Así, esta serie de pequeñas células ha sido capaz de crecer en número de combatientes con una notable velocidad. Los grupos afiliados a ISIS en Gaza, por ejemplo, pasaron de unos cientos de combatientes hace unos meses, a varios miles en la actualidad.

ISIS contra Hamás, contra Egipto y contra Israel

Lo anterior coloca a Hamás, Egipto e Israel, de alguna manera, en un mismo frente. Un análisis simple podría indicarnos que ante un enemigo común -el “Estado Islámico”- se generan suficientes incentivos para que estos tres actores colaboren entre sí, al menos en ese tema particular. El análisis, sin embargo, debe ser un poco más complejo, aunque la conclusión termine siendo la misma:

 1. Los diversos grupos jihadistas que existen en la Franja de Gaza y en el Sinaí, no se encuentran todos operativamente conectados o coordinados entre sí, a pesar de que todos ellos porten la misma bandera de ISIS. Esta es al menos la situación al día de hoy. De modo que no hay un “único Estado Islámico” que represente a ese enemigo común, sino muchas células separadas, las cuales todas se hacen llamar “afiliadas” a ese “Estado islámico”. En otras palabras, no es un ISIS, sino muchos.

  2. Sin embargo, es necesario considerar los siguientes factores: (a) La emergencia humanitaria que vive Gaza desde al menos hace un año (sin considerar las precarias condiciones en las que la franja se encontraba desde antes), lo que hace crecer el descontento de la gente con el gobierno de Hamás. Estas condiciones favorecen el caldo de cultivo del que grupos extremistas -incluso más extremistas que Hamás- se nutren, y (b) El gran atractivo entre jihadistas y extremistas que ha generado ISIS, su marca, su nombre, la percepción de su eficacia en todo el planeta.

  3. Con esos elementos se podría predecir que los grupos afiliados a ISIS tanto en Gaza (y Cisjordania) como en Egipto, seguirán creciendo en cantidad y en número de combatientes.

 4. Dado ese crecimiento y debido a la comunidad de intereses y enemigos, estos grupos podrían iniciar una colaboración entre sí, lo que sería particularmente peligroso para Hamás e Israel si se establece una cooperación activa entre los jihadistas de Gaza o Cisjordania con Ansar Bayt, el grupo egipcio afiliado a ISIS en el Sinaí, que es el más fuerte de todos ellos.

  5. Al final del camino, como dije, se están generando los incentivos necesarios para la cooperación entre Egipto, Hamás e Israel, al menos de manera limitada a la cuestión de ISIS, aunque si miramos un panorama más amplio, veremos que la colaboración pudiera darse no necesariamente solo en ese tema.

Un panorama más amplio de reacomodos de alianzas en Medio Oriente

Las piezas en Medio Oriente se siguen moviendo con velocidad. Acá algunos datos:

 1. A partir de que el nuevo rey de Arabia Saudita, Salman, asumiera el cargo, y sobre todo, a partir de una lectura común de diversas potencias en la región al respecto del fortalecimiento de Irán tras sus negociaciones y colaboración con Washington, varios países sunitas decidieron limar sus asperezas y retornar a la vía de la cooperación entre ellos.

  2. Estos hechos han acercado las posiciones de Arabia Saudita y sus aliados con las de Qatar y Turquía. Esto se puede apreciar con claridad en la guerra civil siria, donde estas potencias han empujado a sus milicias patrocinadas para que unan sus fuerzas en una coalición contra Assad, lo cual hasta hace unos meses parecía imposible.

 3. Pero además de Siria, el otro tema en el que se está apreciando cada vez mayor colaboración entre estas potencias es justamente el tema de Hamás. Hasta hace poco tiempo, Qatar y Turquía respaldaban y financiaban a esa organización islámica en abierta oposición a Arabia Saudita y sus aliados, especialmente Egipto, quien la consideraba parte del enemigo (Hermandad Musulmana). Desde hace algunas semanas, el rey Salman ha estado promoviendo encuentros secretos en los que además de intervenir su país, han participado Egipto, Qatar y prominentes miembros de Hamás. No es casual que hace pocos días nos enteramos que Egipto repentinamente reabrió su frontera con Gaza, eliminando en parte el bloqueo que la franja padece desde hace años por parte de El Cairo y Jerusalem.

  4. Israel no se encuentra fuera de este esquema. La emergencia de intereses comunes entre ese país y las potencias sunitas, le tienen hoy colaborando muy de cerca con Egipto, con Jordania y de manera menos abierta con otros países como Arabia Saudita. Más aún, hemos escuchado ya reportes de la reanudación de conversaciones entre Israel y Turquía, las cuales podrían terminar eventualmente con el restablecimiento de la cooperación militar y de seguridad entre estos dos países.

  5. Parte de todo el paquete incluye la reactivación de las negociaciones entre Israel y Hamás, las cuales, según se indica, podrían culminar en un cese al fuego de largo plazo entre esos dos actores, lo cual sería, sin lugar a dudas una de las mejores noticias para toda la región.

Ahora sí, sumando todas las cartas que acabo de describir, quizás, solo quizás, podríamos empezar a apreciar (aunque sin duda se haría de manera secreta) la colaboración tripartita entre Egipto, Israel y Hamás, intentando entre los tres, contener y en última instancia, liquidar las operaciones de ISIS en esa zona del mundo.

Suena extraño, ¿no? ¿Usted qué piensa?

 

Twitter: @maurimm

 

Fuente:eluniversal.com.mx