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MORRIS STRAUCH PARA ENLACE JUDÍO MÉXICO

El hombre de la comunidad que México despidió estos días está muy presente en la vida de nuestras generaciones. Todavía él se encontraba en el hospital y yo recibía una llamada informándome sobre su estado crítico, sin que seamos parientes, ni amigos; pareciera que Zabludowsky –Zabludovsky, adaptado al español- tenía que ver con todo mundo. Muchos de nosotros crecimos viendo el noticiero 24Horas durante las noches, eran simbólicos sus grandes audífonos, lentes y ojos rasgados que conformaban su rostro. Jacobo podía jactarse de tener tres cosas en común con Theodor Herzl, ambos eran abogados, escritores y periodistas.

Su presencia en la televisión la dábamos por hecho, era una especie de presentador oficial de noticias del país, su entonación al hablar era como una firma acústica que parece dejó escuela en los noticiarios, si algún personaje internacional llegaba a México sería entrevistado por Zabludowsky. Esta presencia constante en las casas del país lo hicieron el blanco ideal de veneración y reprobación.

Antes de Jacobo tuve la suerte de conocer a su tía, Vele Zabludowsky, nuestra maestra de kínder, en algún momento de la primaria alguien me informó del parentesco, eso explica por qué su sobrino aparecía en algunos eventos de la Naye (1).

Foto: Jorge Abraham, Sinagoga Justo Sierra, 2015.
Foto: Jorge Abraham, Sinagoga Justo Sierra, 2015.

Hasta en la colonia donde vivíamos estaba presente Jacobo, al salir de nuestra calle y tomar Reforma, uno de mis padres me indicaba hacia la derecha: Zabludowsky vive en esa calle. Ya no solo lo veía en la tele, lo recordaba cada vez que bajábamos por Reforma, esa calle perpendicular ya tenía una etiqueta para mí, la calle de Zabludowsky. Más adelante, resultó que un consuegro de él era amigo de mi padre, entonces no faltaban los domingos de open house en casa de Jacobo, los cuales mi pa no se perdía.

No recuerdo el final del Noticiero 24Hrs, seguramente ya no lo seguía en ese entonces, las fuentes reportan que duró el periodo 1970-1998. A su salida de Televisa le perdí la pista, hasta que un día sintonicé el radio: Todo pasa de una a tres… ¡ahí estaba la voz de Jacobo! En el auto empezaba a recorrer las estaciones huyendo de los anuncios, si oía su voz ahí detenía la búsqueda, era una voz familiar.

En la reinaguración (2) de la sinagoga Justo Sierra, en el Centro, lo vi por última vez, ahí estuvo contando sobre su infancia y sus visitas al schul (3).

A la mañana siguiente de la llamada telefónica sobre su estado de salud, encontré comentarios sobre su muerte en un grupo de Whats App, regresé la llamada para confirmarlo. De repente sentí que un pedacito de nuestro mundo desapareció, ya no está más ahí; dicen que el entierro fue de una a tres.

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1.-Nuevo Colegio Israelita I.L. Peretz.

2.-La RAE lo escribe con dos u: reinauguración.

3.-Sinagoga