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EDUARDO KOHN

 

Sofía Guterman es la madre de Andrea, una de las víctimas del atentado contra la AMIA, del cual esta semana se cumplen 21 años.

Sofía ha declarado estos días que: “A pesar de que para nosotros cada segundo desde hace 21 años es el 18 de julio de 1994, esta vez es especial por todos los problemas que hay con la Justicia y la violenta y dudosa muerte del fiscal de la ‘causa AMIA’, Alberto Nisman, que sigue cubierta de la misma impunidad que la de las 85 víctimas inocentes” del atentado.

José Eliaschev (1945-2014) fue un enorme periodista argentino que tuvo el coraje de denunciar la existencia de un memorando de entendimiento entre Argentina e Irán, un año antes que se hiciera oficial, y debió soportar toda la persecución que generalmente cae sobre alguien que dice la verdad en un mar de oscuridad.

Hace dos años (uno antes de su muerte), Eliaschev escribió, en ocasión del aniversario del atentado contra la AMIA:

“La idea de resaltar una fecha para resignificarla, rodearla de contenido y enriquecer su peso específico, es atendible y perfectamente legítima. No siempre la estrategia de las efemérides, sin embargo, es un acto de sinceridad. La efeméride está rodeada de un culto por el protocolo y, sobre todo, por una reverencia por las evocaciones formales, aniversarios, décadas, siglos, nacimientos y muertes. Este no es el caso. Este 18 de julio, se vuelve a recordar, no solamente un episodio atroz, sino, mucho más grave todavía. Como si aquella gravedad no fuera suficientemente importante, se va a volver a subrayar la impunidad subsistente tras lo que fue, puntualmente, el mayor atentado terrorista de la historia argentina”.

No hay un procesado, un condenado. Como dijo Eliaschev, obra maestra de la impunidad. Y hace dos años, agregó:

“La frutilla de la torta ha sido lo que denuncié en marzo de 2011, el pacto clandestino y secreto firmado por el gobierno argentino con la República Islámica de Irán. Al día de hoy, Argentina no ha recibido formalmente un solo mensaje, acreditación o señal de parte de los iraníes de que efectivamente aprobaban ese tratado, que –de todos modos- es nulo. Es una de las tragedias políticas más grandes de la historia democrática argentina, y, sin embargo, se quiso convencer a la ciudadanía argentina que luego de ese pacto con Irán vendría realmente la justicia”.

Y en 2015 llegó la víctima 86: el fiscal Alberto Nisman. Más silencios todavía.

Y aunque admirablemente, la señora Guterman y otros familiares de las víctimas seguirán de pie hasta el final de sus días intentando ya no saber la verdad, que ya la sabemos, sino que se haga justicia con los culpables, se cumplirá esta semana de 2015 lo mismo que Eliaschev escribió hace dos años:

“Este 18 de julio a las 9 y 53 vuelve a sonar la sirena para llamar a la reflexión y sobre todo la memoria. Vuelve a repetirse el nombre de los 85 muertos, vuelve a reinar el silencio de la gente en una mañana fría y destemplada. Volvemos a estar tristes, pero no habremos olvidado. Porque la única realidad es que la tragedia de la AMIA sigue siendo el sinónimo de impunidad”.

Fuente:cciu.org.uy