RABINO SHMULEY BOTEACH

101512boteach-dngnk

La negativa del presidente Obama para reconocer el odio y la lucha el mal es algo que he dado a conocer en mis columnas, desde los primeros días de su política exterior. Pero aquí, la semana pasada, fue el presidente de los Estados Unidos que le dijo al columnista Tom Friedman que los repugnantes abusos de derechos humanos de Irán no eran su preocupación, mientras llevaba a cabo negociaciones históricas con este país.

Además de rabino, también soy consejero matrimonial.

Apenas la semana pasada terminé el rodaje de 18 nuevos episodios para mi programa de televisión canadiense Intervención Divina, que busca ayudar a las familias en crisis. Una analogía entre el acuerdo nuclear y mi trabajo sería éste: imaginen que yo sepa de un marido que maltrata a su familia. Él tortura a sus hijos, quemándoles los brazos con colillas de cigarro. Los golpea con barras de metal. Deja medio muerta a su esposa. Pero ahora he oído que él tiene un arma y está intentando comprar balas.

Intervengo entonces como consejero matrimonial y lo único que me interesa es impedirle adquirir balas para que no pueda dispararle a su esposa. Y todo el mundo me dice: “Por favor rabino, cuando usted hable con él sobre el arma y las balas, también recuerde el bate de béisbol que levanta sobre su esposa y las cicatrices que deja en los cuerpos de sus hijos. Haga algo acerca de eso”.

Yo respondo: “Eso no es asunto mío”. Yo sólo voy a hacer que no pueda usar su arma. ¿Cómo se vería este consejero matrimonial? ¿Me verían, incluso, como una persona moral? Dirían: ¿Cómo puede creer que mantendrá sus compromisos, si es un monstruo?

El presidente Obama y John Kerry dijeron que el asesinato por Irán de sus ciudadanos y otros inocentes en el extranjero no es su preocupación. Tampoco lo son las amenazas contra Israel y los Estados Unidos, simultáneas con las negociaciones. Ni siquiera pidieron la liberación de los cuatro estadounidenses inocentes presos en Irán, entre ellos Jason Rezaian, el jefe de la oficina del Washington Post en Teherán.

Obama y Kerry dicen: Nuestra responsabilidad es simplemente impedir que Irán detone un dispositivo nuclear.

El acuerdo es inmoral. Pero lo más inmoral es lo siguiente: el Presidente de los Estados Unidos ha puesto a Israel en un grave peligro de muerte, al permitir que Irán conserve su infraestructura nuclear.

Ahora corresponde al Congreso de los Estados Unidos detener la política exterior de un presidente que se atribuye el liderazgo moral de los Estados Unidos.

 

Fuente: Algemeiner (fragmento)

 

#NoalAcuerdoNuclear