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THE WALL STREET JOURNAL

 

El acuerdo levanta las sanciones contra dos científicos atómicos y un proliferador.

El debate sobre el acuerdo del Presidente Obama con Irán se ha centrado en provisiones en negrita como el alivio de las sanciones e inspecciones. Pero mientras inspeccionamos la letra chica, también nos vamos enterando más sobre las verdaderas prioridades nucleares de Irán—junto con la disposición de aceptarlas por parte de la administración.

Comienzan con Fereidoun Abbasi-Davani y Mohsen Fakhrizadeh-Mahabadi, ambos científicos nucleares iraníes.

Abbasi fue anteriormente jefe de la Organización de Energía Atómica de Irán después de sobrevivir a un intento de asesinato en Teherán. El Sr. Abbasi, quien es también un miembro del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, había estado bajo sanciones estadounidenses por su presunto rol en las “actividades nucleares o de misiles balísticos” de Irán. En el año 2012 Abbasi admitió haber mentido acerca del programa nuclear de Irán. “A veces fingíamos ser más débiles de lo que éramos verdaderamente”, dijo al diario Al-Hayat, “y a veces mostrábamos fuerza que no estaba realmente en nuestras manos.”

Fakhrizadeh es descrito a menudo como el Robert Oppenheimer de Irán, el desarrollador de las primeras bombas atómicas del mundo, y no debido a las convicciones pacifistas latentes del iraní. Su nombre salió a la luz aproximadamente hace una década como el jefe elusivo de la Organización de Innovación Defensiva e Investigación de Irán, que se cree ampliamente es el grupo que conduce el trabajo de armamentización nuclear de Irán. En el año 2012 Jay Solomon del Journal informó que, después de mantener perfil bajo durante algunos años, el Sr. Fakhrizadeh había “abierto una planta de investigación en los suburbios al norte de Teherán que participaba de estudios pertinentes para desarrollar armas nucleares.”

¿Entonces qué están haciendo los Sres. Abbasi y Fakhrizadeh en estos días? Esa es una gran pregunta, para la cual Estados Unidos podría querer algunas respuestas definitivas antes de firmar el acuerdo con Irán. En su lugar, ambos nombres—junto con el de la Organización de Investigación Defensiva e Investigación—aparecen en el anexo del acuerdo sobre individuos y personas sobre quienes serán levantadas las sanciones en aproximadamente ocho años, presuntamente una vez que se dé a Irán un certificado de buena salud nuclear.

Luego está el caso de Gerhard Wisser, un ingeniero alemán y residente durante mucho tiempo de Sudáfrica, cuyo nombre aparece en el mismo anexo. En el año 2007, Wisser se declaró culpable en un tribunal de Pretoria de ayudar a contrabandear componentes nucleares a Libia como parte de la red de proliferación nuclear del científico pakistaní A.Q. Khan.

Wisser, a quien le fue dada una sentencia de 18 años en suspenso, no era sospechoso anteriormente de estar involucrado en suministrar para el programa de Irán, así que su aparición en la lista plantea más preguntas sobre los vínculos de Khan con Irán. El Departamento de Estado no respondió a nuestra solicitud de una explicación. Pero es probable que Irán insistiera como parte del acuerdo en que  Wisser sea incluido en la lista de levantamiento de sanciones. Quizás Teherán está velando por su cuenta.

Mucho más difícil de explicar, o justificar, es el motivo por el cual el gobierno de Obama estaría dispuesto a perdonar a proliferadores nucleares atroces en el nombre de la no proliferación nuclear. En cuanto a Irán, si su objetivo al aceptar el acuerdo es mejorar su economía y probar sus buenas intenciones nucleares, no estaría exigiendo alivio de las sanciones para sus más importantes científicos nucleares y un proveedor extranjero ilícito.

Esta es otra pregunta para que investigue el Congreso antes de votar para bendecir a Irán como un estado en el umbral nuclear.

Fuente: The Wall Street Journal-

Traducido por Marcela Lubczanski para Enlace Judío México