AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – El pasado 22 de julio se llevó a cabo en Times Square, en la Ciudad de Nueva York, el rally (mitin) Stop Iran Now (Detengan a Irán ahora), al que asistieron más de 10,000 personas para escuchar, en la voz de varios congresistas, senadores, miembros del Ejército estadounidense y diversas personalidades de la política norteamericana, que su Presidente Barack Obama ha cometido un grave error y que el acuerdo nuclear con Irán es peligrosísimo. Todos ellos están a favor de que se nulifique o ‘eche para atrás’ dicho acuerdo.

Mortimer “Mort” Zuckerman es un editor de revista, publicista y multimillonario de bienes raíces. Es un ciudadano naturalizado de Estados Unidos. Ha sido el publicista / dueño del New York Daily News desde 1993 y, desde el 2007, el redactor en jefe de U.S. News & World Report. Co-fundó Boston Properties, Inc., en 1970, y es presidente de la junta y director.

Éstas son sus palabras en el rally:

Es maravilloso verlos a aquí porque ahora todos nos enfrentamos a una crisis extrema.

Les hablo con la convicción y devoción de toda una vida para el bienestar para Israel. Esto significa que tenemos que detener el acuerdo suicida que le permite a Irán construir una infraestructura nuclear; se trata de detener con eficacia al Estado terrorista antes de que se vuelva nuclear.

¿Qué escuchan en Irán? “Muerte a Estados Unidos. Muerte a Israel. Muerte a los judíos de todos lados”. Las multitudes lo cantaban; los líderes lo decían en serio. Esto se hizo claro mediante Ali Jamenei, el líder espiritual de Irán, quien, en un discurso reciente dijo, “humillaremos a Estados Unidos. Muerte a Israel y muerte a Estados Unidos”.

Ésta es una llamada de atención que debería despertar al público estadounidense. Dijo, “el intercambio no cambiará a Irán; el levantamiento de las sanciones no convertirá a Irán en un país moderado”. Así que es una falsa esperanza que levantar las sanciones hará que el régimen del Ayatola se vuelva más complaciente. Los extremistas ahora son más fuertes y casi imposibles de aplacar, de acuerdo con The New York Times.

Así que, ¿se puede confiar en Irán? Solamente tienen que…

(Público) ¡No!

Solamente tienen que hacerse la pregunta para conocer la futilidad del mismo. Vean su historia de desafío y engaño. Escuchen a los países árabes, tales como Arabia Saudita, Egipto, Jordania y los Emiratos, y su actitud hacia Irán. Como dijo el Primer Ministro israelí, “cuando los árabes y los israelíes están de acuerdo, vale la pena poner atención”.

Cada día de los siguientes 59 tenemos que hacer que nuestra voz se escuche en el Congreso. Se llama a hacer un juicio tan fiel como cualquiera en la historia.

El acuerdo no evita la guerra; por el contrario, alimenta las llamas de ésta y hace más posible la guerra con Irán. Inspira a cualquier número de países árabes, como Arabia Saudita y Egipto, a levantarse para poder obtener armas nucleares por sí mismos.

Lo que tenemos aquí son las semillas de una vasta transformación del balance del poder, lejos de los amigos de Estados Unidos y más cerca de sus enemigos. Y Estados Unidos no debe contribuir a eso.

Marca un punto de cambio potencial en el compromiso estadounidense sobre el Medio Oriente, que no le permite construir una seguridad regional con un equipo de viejos aliados, tales como Israel y los países árabes sunitas, como Jordania, Arabia Saudita y Egipto, a favor de un equilibrio entre esos aliados y nuestro viejo y conocido némesis, Irán.

Además, un Irán imperial y subversivo no tendrá que pagar por esta gigantesca ganancia estratégica al ceder su terror y subversión. El único pago que Irán hace por esta gigantesca ganancia estratégica es el aplazamiento de sus ambiciones nucleares por unos cuantos meses.

La Administración debe explicar y deletrear la lógica de este equilibrio estratégico entre nuestros viejos aliados y nuestro nuevo aliado potencial, Irán, que este acuerdo parece implicar.

Nos dicen que no sucederá; que el acuerdo corta cualquier camino hacia la bomba. Bueno, entonces, permítanme dejar por sentado que la voz más autoritaria, el Presidente Rouhaní, quien negoció este acuerdo con nuestro incansable Secretario de Estado, John Kerry…

…y las cinco grandes potencias, más Alemania.

Éste es el Presidente Rouhaní hablando de regreso en Teherán después de dar la mano en Viena: “Al principio, los EE.UU. querían limitarnos a únicamente 100 centrifugadoras; ahora, tendremos 6,000. Querían que las restricciones terminaran en 25 años; ahora, en 8. Habían dicho que solo podíamos tener centrifugadoras IR1; ahora, podemos tener centrifugadoras avanzadas IR6, IR7, IR8. Dijeron que la planta de agua pesada de Arak debía desmantelarse; ahora se mantendrá con agua pesada bajo estas condiciones. Los EE.UU. dijeron que la planta nuclear de Fordo debía cerrarse; ahora, tendrán 100 mil centrifugadoras ahí”.

Lo que sea que decidamos sobre el acuerdo nuclear, estamos dejando que el tigre iraní salga de la jaula. Estamos listos para alimentar a la bestia al aprobar la liberación de 140 mil millones de dólares en bienes congelados sin ningún compromiso sobre cómo se van a gastar.

¿Qué estamos viendo?

El día siguiente a que Irán y las potencias mundiales se dieron la mano con este acuerdo, Rouhaní presumió un poco. “Nadie puede decir que Irán se rindió”, dijo, “el acuerdo es una victoria legal, técnica y política para Irán. Es un logro que Irán ya no sea llamado una ‘amenaza mundial’”.

Si ésa era su intención, era sencillo portarse bien: pudieron dejar de rodear a los Estados árabes y de incitar a las poblaciones chiitas; dejar de amenazar a Israel con el financiamiento a las instalaciones de Hezbolá con más de 100 mil misiles; dejar de reunirse con los líderes y dejar de construir túneles en Gaza; dejar atrás la horrenda guerra de palabras y el odio primitivo hacia los judíos; dejar de matar judíos cuando y donde sea que estén, sin mencionar dejar de molestar a los árabes y los kurdos.

A medida que las sanciones se imponen contra Irán, olvídense del cierre brusco que Obama dijo que sucedería con cualquier violación. Tomó años imponer estas sanciones y se han terminado, y se habrán terminado dentro de 10 años. Será muy difícil mantener eso; únicamente el Congreso puede ahora detener lo que yo creo que será un desastre absoluto.

Pero ya sea que el Congreso vote ‘sí’ o ‘no’, esta Administración tiene un trabajo urgente. Nuestros amigos de las naciones árabes, junto con Israel, se sienten traicionados. El peligro para ellos, para los EE.UU., y las heridas a nuestras viejas y largas amistades son tales que nuestros compañeros buscan dos cosas: un retroceso contra los iraníes y relaciones más profundas con Estados Unidos.

Citaré a Winston Churchill, quien le habló al Congreso de los Estados Unidos de América después de Pearl Harbor: “¿Qué tipo de personas creen que somos?” Decimos que ‘no’ y les pido que digan ‘no’ junto a nosotros.

Gracias.

Fuente: YouTube / Traducción: Miriam Baley / Subtitulaje: David Crespo.

#NoAlAcuerdoNuclear