JOSÉ MARÍA AZNAR

El expresidente de España y presidente de la iniciativa Friends of Israel, José María Aznar, ha publicado en las ediciones estadounidense y europea de The Wall Street Journal un artículo titulado ‘La confrontación con Irán es inevitable’ donde califica el pacto nuclear con Irán de “terrible” porque “reforzará su régimen tiránico, revolucionario y fundamentalista” y les permitirá “desarrollar un arma nuclear en unos años”.

“Solamente hay una cosa que los ayatolás de Teherán desean con mayor fervor que una bomba atómica: la supervivencia de su régimen. Gracias al acuerdo anunciado el pasado 14 de julio, alcanzarán ambos objetivos. El pacto reforzará su régimen tiránico, revolucionario y fundamentalista, además de permitirles desarrollar un arma nuclear en el plazo de unos años. La Friends of Israel Initiative, de la cual soy presidente, había advertido de que un mal acuerdo era peor opción que no tener ningún acuerdo, y estamos firmemente convencidos de que el acuerdo que finalmente se ha firmado, pese a la buena fe de la Administración estadounidense, es terrible.

El mal se halla en la naturaleza misma del régimen iraní, que considera la violencia un instrumento legítimo para alcanzar sus objetivos expansionistas. La Administración Obama estima que transferir miles de millones de dólares a Irán permitirá rebajar las aspiraciones de los ayatolás y moderar su comportamiento. Sin embargo, ese argumento se fundamenta en una vana esperanza, además de ser contrario a todo lo que sabemos de la República Islámica desde su creación en 1979 y a nuestra experiencia con otros regímenes tiránicos, como el de Corea del Norte. Los dictadores no desaparecen cuando se les colma de dinero.

Aceptar, como hace este acuerdo, que Irán moderará sus políticas, renunciará a sus aspiraciones de hegemonía, rechazará a sus filiales terroristas y se convertirá en un país “normal” es una estrategia altamente peligrosa. Lo más probable es que el régimen iraní salga reforzado, mejor dotado que antes para defender sus intereses regionales y perfectamente capaz de construir una bomba nuclear.

El presidente Obama presenta un falso dilema cuando afirma que posponer la adquisición de la bomba por Irán es el único medio para evitar un derramamiento de sangre en este momento. Existen alternativas eficaces a medio camino entre este acuerdo y la guerra.

Aunque probablemente Rusia y China habrían actuado a fin de paliar los efectos de las sanciones a Irán, es incuestionable que éstas estaban teniendo un efecto muy notable. Los iraníes no se avinieron a discutir acerca de su programa nuclear tras años de investigación en secreto porque súbitamente perdiesen el interés. Lo hicieron porque las sanciones funcionaron.

Es más, debido a las múltiples concesiones recogidas en el acuerdo, especialmente el levantamiento del embargo a la venta de armas a Irán, el régimen estará en condiciones de mejorar sus capacidades militares. Los diez años de suspensión que el acuerdo en teoría impone al programa nuclear iraní constituyen una eternidad para un político como Barack Obama, el cual puede permanecer en el poder un máximo de ocho años. Es un grave error regirse por plazos de tiempo tan cortos, pues las ambiciones iraníes los trascienden ampliamente.

Por último, algunos pragmáticos quizá sostengan que una vez eliminada la hostilidad que las sanciones habían generado será posible iniciar una nueva fase de colaboración con Irán, especialmente en lo que se refiere a la lucha contra el Estado Islámico. Sin embargo, cabe preguntarse si va en el interés a largo plazo de Occidente permitir la presencia iraní en Yemen, Irak o Siria. El enemigo de mi enemigo no siempre es mi amigo, en particular, en Oriente Medio. Por muy hastiados que los Estados Unidos estén de guerras lejanas en las que la victoria resulta ardua, el cansancio nunca debe abocar al abandono.

Permitir que Irán asuma el liderazgo en la campaña terrestre contra el ISIS es una negligencia en el cumplimiento del deber que ni Occidente ni mucho menos los Estados Unidos deben permitir. La razón de que al cabo de un año de ataques aéreos el ISIS conserve la mitad del territorio de Siria y un tercio del de Irak no es la debilidad de Occidente; la razón es que nuestra estrategia minimalista no sirve para revertir el sentimiento de victoria que anima a aquellos muchos que se unen al ISIS y luchan en sus filas. Los aliados occidentales pueden ser eficaces militarmente, pero ello solamente es posible con una mayor voluntad de victoria.

En Europa durante los años veinte y treinta del siglo XX muchos líderes capaces incurrieron en errores graves al partir de supuestos falsos. También en los Estados Unidos ha habido momentos en que los líderes políticos se han equivocado profundamente. Pero pueden aprender de la historia. Tarde o temprano Occidente deberá hacer frente a Irán, únicamente que si lo hace tarde deberá vérselas con un Irán envalentonado, mejor preparado, más moderno y rico, el cual hará todo lo posible por alcanzar aquellas metas cuya consecución siempre hemos intentado impedir”.

Fuente: Wall Street Journal