ESTI PELED PARA AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO – Los yidahistas del Estado Islámico (ISIS) destruyeron un templo ubicado en las ruinas de la ciudad siria de Palmira, confirmando los peores temores de los arqueólogos luego de que los extremistas se apoderaron del sitio y decapitaron al arqueólogo local.

Palmira es uno de los sitios arqueológicos más espectaculares de Oriente Medio y considerado un Patrimonio Mundial de la UNESCO. Activistas locales informaron que ISIS utilizó gran cantidad de explosivos para destruir el templo de Baal. La explosión fue tan grande que también dañó algunas de las columnas romanas de alrededor.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos con sede en Gran Bretaña afirmó la noche del domingo que el templo histórico fue dinamitado hace un mes, mientras que un activista de originario de Palmira, dijo que fue destruido el domingo. Su explosión no fue dada a conocer de inmediato.

En junio, el Estado Islámico hizo estallar dos santuarios antiguos en Palmira que no formaban parte de las estructuras de la era romana, pero el grupo yidahista los considera paganos y sacrílegos.

La destrucción de artefactos fue condenada por el la UNESCO, el organismo cultural de las Naciones Unidas que la describió como un intento de despojar al pueblo de su patrimonio con el fin esclavizarlo.

Los extremistas sunitas, que han impuesto una interpretación violenta de la ley islámica a través de su “califato” autoproclamado en el territorio controlado en Siria e Irak, afirman que las reliquias antiguas fomentan la idolatría y deben ser destruidas como parte de su purga del paganismo.

Sin embargo, también pretenden vender las antigüedades saqueadas a cambio de grandes sumas de dinero en efectivo.

El templo de Baal está ubicado a unos 500 metros del famoso anfiteatro de Palmira donde el Estado Islámico ejecutó a más de 20 soldados sirios al capturar la ciudad histórica en mayo.

La semana pasada, los yidahistas decapitaron a Khaled Assad de 82 años, destacado arqueólogo y Director General de Antigüedades y Museos de Palmira, considerado por ellos como “director de los ídolos”. Su cuerpo fue colgado de una columna en la plaza principal.

Fuente: Ben Ariel, Arutz 7

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