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Desde los siglos VII hasta el XIV hay evidencia de la presencia de judíos en lo que hoy es Bielorrusia, Ucrania y la Rusia europea. Eran pocos comparados con los de los países vecinos de Rusia. Los países de Europa central y oriental, ya tenían una creciente población judía que llegó a Polonia por invitación del rey Casimiro III, después de haber sido expulsados de Inglaterra, Francia, España y haber sufrido persecuciones en Alemania en el siglo XIV. Los judíos se asentaron en la Mancomunidad de Polonia-Lituania, en Hungría y en regiones poco pobladas de Ucrania.

MARCOS GOJMAN

Durante el reinado de la zarina Caterina II la Grande, el imperio ruso tomó posesión de grandes territorios de Polonia y de Lituania que incluían una gran población judía. Esto sucedió durante la segunda (1793) y tercera (1795) partición de la mancomunidad polaco lituana. Caterina estableció que los judíos solo podían vivir en la llamada “Zona de Residencia,” en hebreo “Tjum Hamoshav”, una zona que incluía partes de Lituania, Polonia, Ucrania, Bielorrusia, Moldavia y Rusia Occidental.

El sucesor de Caterina, Alejandro I (1801-1825) amplió las fronteras del imperio hasta Alaska. Después de la derrota de Napoleón, encabezó la delegación rusa en el congreso de Viena que definió el nuevo mapa de Europa. En 1827 Nicolás I sucedió a Alejandro I y decretó el servicio militar para los judíos. Entre ese año y 1854, 70,000 judíos fueron reclutados, lo que provocó indirectamente que el aislamiento cultural y social de los judíos se fuera erosionando poco a poco. Un número importante de judíos adoptaron las costumbres, la educación y el idioma ruso.

Alejandro II lo sucedió, pero fue asesinado en 1881. Su sucesor, Alejandro III, fue un reaccionario y un antisemita. Una ola de pogroms se dio en Ucrania en 1881, con el pretexto de que los judíos habían asesinado a Alejandro II. Los hubo en 166 poblaciones ucranianas, donde miles de casas fueron destruidas y muchas familias reducidas a la pobreza extrema. Hubo muchos judíos heridos y asesinados. La ola de pogroms continuó hasta 1884, incitados inclusive por las mismas fuerzas del orden. En 1886 expulsaron a los judíos de Kiev y en 1891, de Moscú. En 1892 se les prohibió ser candidatos a elección para la Duma, el parlamento. Otra ola de pogroms se dio entre 1903 y 1905 dejando 1,000 judíos muertos y 7,000 heridos.

La respuesta judía a esta situación fue la emigración, principalmente a Estados Unidos. Entre 1881 y 1924 más de 2 millones de judíos llegaron a Estados Unidos, aunque no fue el único lugar. También emigraron a Australia, Canadá, Europa Occidental, Sudamérica, Sudáfrica y a Palestina con la primera aliyá de Bilu y de Hovevei Zion en 1882. Al final del siglo XIX y principios del XX, Rusia tenía la comunidad judía más grande del mundo. En el censo de 1897 habían 5,189,401 judíos, el 4.13% de la población total. Los que vivían dentro de la “Zona de Residencia” representaban el 11.5% de la población de esa área. La “Zona de Residencia” duró más de 100 años y terminó con la revolución rusa de 1917. Fue sin duda el “gueto” más grande que ha habido.

Bibliografía: Encyclopaedia Judaica y otras fuentes.

Fuente:alreguelajat.com