Las medidas para una mayor cooperación en cuestiones de seguridad entre Estados Unidos e Israel incluye el aumento de la ayuda durante la próxima década, la colaboración en investigación y desarrollo, suministro de aviones de combate F-35.

Secretario de Defensa de E.U.A., Ash Carter (izquierda) le da la mano al Ministro de Defensa de Israel, Moshe Yaalon, en la pista antes de abordar un avión militar C-17 en el Aeropuerto Internacional Ben Gurión en Tel Aviv, Israel, el martes 21 de julio de 2015 | AP Photo/Carolyn Kaster, Pool.

AGENCIA DE NOTICIAS ENLACE JUDÍO MÉXICO.

En el momento en que el acuerdo nuclear de Irán se convierte en ley, como parece cada vez más probable dado el creciente apoyo del Congreso al acuerdo, el diálogo entre EE.UU. e Israel se enfocará en lo que vendrá después.

¿Qué hará Washington para mitigar la amenaza iraní y tranquilizar a Israel y a otros aliados regionales?

Para empezar, el presidente Barack Obama parece estar dispuesto a ofrecer una serie de suplementos. Uno de ellos es el aumento de la ayuda para la defensa de Israel durante la próxima década; una mayor presencia militar de Estados Unidos en el Medio Oriente; la implementación de las sanciones no relacionadas con el programa nuclear de Irán; una mejor respuesta de Estados Unidos contra iniciativas desestabilizadoras de Irán en la región; y el aumento de la cooperación en materia de defensa de misiles.

También habrá un énfasis en evitar que decenas de miles de millones de dólares sean transferidos a las organizaciones terroristas tras el alivio de las sanciones sobre Irán.

Adam Szubin, el Subsecretario del Tesoro, encargado de hacer cumplir las sanciones, destacó el tema de Hezbolá en sus reuniones con funcionarios israelíes la semana pasada, según informes de JTA.

Una vez que algunas sanciones relacionadas con tecnologías nucleares de Irán sean eliminadas – siempre y cuando Irán cumpla con los requisitos establecidos en el acuerdo – Washington se enfocará en otras sanciones que no ven afectadas por el acuerdo, incluidas las relacionadas con el respaldo del terrorismo, dijo un alto funcionario estadounidense a JTA.

El Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien no quiere aparentar apoyar el acuerdo mientras haya la oportunidad que el Congreso lo rechace, ha dado instrucciones de no dialogar con funcionarios estadounidenses sobre lo que podría hacerse después de su aprobación. Ron Dermer, embajador israelí en Washington, Ron Dermer, ha indicado que Israel estaría listo para dicho diálogo sólo luego de que se hayan agotado las posibilidades de abolir el pacto conocido como el Plan Conjunto de Acción General.

“Agradecemos el apoyo que hemos recibido del gobierno de Obama para mejorar nuestra seguridad”, dijo Dermer a USA Today en una entrevista del 27 de julio. “Y las discusiones  sobre el día después, tendrán lugar el día después.”

El Comité Americano Israelí de Asuntos Públicos, que encabeza la oposición al acuerdo, argumentó en un memorando distribuido el lunes que las promesas de Estados Unidos sobre suplementos de seguridad tras el acuerdo son inadecuadas.

“El gobierno ha tratado de tranquilizar a los países preocupados por las peligrosas consecuencias del Plan Conjunto de Acción General (JCPOA) de dos maneras: prometiendo un mayor apoyo a Israel y a sus aliados del Golfo y comprometiéndose a hacer cumplir el acuerdo”, dijo el documento titulado “Las promesas no puede reparar un mal trato.” “Estas alternativas no repararán el defecto fatal del acuerdo: la legitimación de que Irán se convierta en un estado al umbral de las armas nucleares en 15 años”.
En una entrevista a Forward, Obama habló de la urgencia de enfrentar a Hezbolá y a otros representantes de Irán.

Refiriéndose a Israel, dijo: “Nosotros podemos reforzar nuestra cooperación militar y de inteligencia sin precedentes con Israel y asegurar que ese país tenga las capacidades adicionales para impedir que Hezbolá adquiera misiles por ejemplo.”

“El presidente está en lo correcto al detectar un grado de urgencia tarde o temprano con respecto a Hezbolá,” señaló Uzi Arad, el asesor de seguridad nacional de Netanyahu de 2009 a 2011. Arad destacó la función del grupo terrorista como aliado de Irán para ayudar a mantener a Assad en el poder. “Tiene que ver con la necesidad de erradicar y neutralizar a este violento grupo radical, anti-Estados Unidos y anti-Israel. Es una urgencia común.”

Arad mencionó una serie de medidas que pueden incrementar la sensación de seguridad de Israel tras la aprobación del acuerdo:

* Mantener la ventaja militar cualitativa de Israel en la región, aunque Estados Unidos pretenda mejorar las capacidades militares de sus aliados árabes en el Golfo Pérsico, que al igual que Israel, exigen garantías de los americanos a raíz del acuerdo con Irán.

* Reforzar los programas conjuntos de defensa de misiles.

* Ampliar a 10 años el memorando de entendimiento de asistencia en materia de defensa, que desde 2008 ha proporcionado un promedio de 3 mil millones de dólares anuales a Israel (que expirará en 2018), y el suministro prometido de aviones de combate F-35.

* Incrementar la investigación y el desarrollo científico conjunto para fines civiles.

* El suministro de bombas anti búnker avanzadas para mantener la capacidad de disuasión de Israel en caso de que Irán engañe o abandone el acuerdo. “Israel debe de recibir este armamento especial para opciones militares más eficaz en caso de que la República Islámica no respete el acuerdo,” indicó Arad, argumentando que esto fortalecería el acuerdo mediante la creación de un desincentivo para que Irán engañe.

* Un componente “declarativo”, enfatizando los compromisos de Estados Unidos relacionados con la seguridad de Israel.

* Dejando en claro que los esfuerzos de Estados Unidos para detener la expansión del terrorismo islámico y del extremismo apunta a las actividades iraníes, así como a aquéllas asociadas con el grupo terrorista del Estado Islámico.

Obama tocó varios de estos asuntos en la carta que le mandó al Representante Jerrold Nadler, (demócrata, Nueva York), el 19 de agosto.

“Es urgente que, incluso mientras cortamos efectivamente los caminos de Irán hacia un arma nuclear a través de la implementación del JCPOA (Joint Comprehensive Plan of Action), tomamos las medidas necesarias para asegurar que nosotros y nuestros aliados y nuestros socios sean más capaces que nunca de lidiar con las actividades desestabilizadoras de Irán y su apoyo al terrorismo”, dijo Obama en la carta, misma que fue obtenida por The New York Times.

El presidente especificó cuatro áreas en donde la cooperación sería mejorada: extender la asistencia de defensa por una década, investigación conjunta de defensa de misiles, esfuerzos conjuntos para mejorar la detección de túneles, y “fortaleciendo nuestros esfuerzos para confrontar amenazas convencionales y asimétricas”.

La carta persuadió a Nadler a apoyar el acuerdo y debería ser un bálsamo para los funcionarios de seguridad israelíes, dijo Dan Arbell, ex Subjefe de Misión en la Embajada de Estados Unidos en Washington.

“Si yo fuera un burócrata israelí en este momento en cualquiera de las áreas relacionadas de trabajo en torno a esto, lo que el presidente ofrece en su carta es una lista bastante completa y detallada, con lo que creo que el establecimiento de defensa israelí estaría feliz”, comentó Arbell, quien ahora imparte conferencias en la American University.

Los aliados del Golfo Pérsico quieren las garantías que Israel está recibiendo, así como las garantías específicas de ayuda para mantener a Irán alejado de los asuntos árabes, dijo Michael Eisenstadt, un oficial de toda la vida de la reserva del ejército de Estados Unidos que sirvió en Medio Oriente.

“Incluso con tales garantías”, señaló Eisenstadt, “los aliados del Golfo permanecerían preocupados por el hecho de que el acuerdo aumenta la talla de Irán”.

“Las armas son curitas sobre una hemorragia”, dijo Eisenstadt, ahora un compañero del Washington Institute for Near East Policy. “Desde el punto de vista de nuestros aliados en la región, hemos contribuido a una gran parte del problema”, al acelerar el acuerdo con Irán.

Fuente: Jewish Telegraphic Agency / Traducción: Esti Peled y Miriam Baley.

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